Russafa

Ese Teatro y esa Valencia reclaman una historia

Lejos del Hospital d'En Bou y del puente de les Ánades. Lejos aún de la plaza de Toros y de casa el Capellà. El ... 4 de junio de 1863, 14 años antes de que Ruzafa fuera anexionada a Valencia, en la Ruzafa de fuera, la escuela de niños vivió una catástrofe. El edificio, relativamente nuevo, después de unas lluvias, se vino abajo, y fallecieron el profesor y doce de los alumnos, que estaban en ese momento en clase. Padres y hermanos de los atrapados, se dirigieron al lugar a intentar sacarlos. El cronista relata el horror de la docena de ataúdes. Ruzafa fue la belleza que nunca pudimos conservar, y que ahora es otro mundo. La ciudad fuera de las murallas, de sendas, huertas, caminos y alquerías que añorábamos, al tiempo que pensábamos en destruir. Hasta la obra 'All-i-pebre i ensalà', de 1967, incidía en la falsa nostalgia destructiva, sobre la que ahora escribo. Agricultores y constructores edificando a cambio de plantas bajas y dos pisos. En 1877 se produjo la anexión. Un siglo después todas las fallas de Ruzafa, yo tenía quince años, acudimos a San Valero a dar cuenta del descubrimiento de una plaza que conmemoraba el asunto. En el verano de 1868 se abría un Café Teatro en el camino de Ruzafa y la calle de Colón, bien cerca de la Puerta de Ruzafa, que fue luego el teatro Ruzafa, en el edificio de los Díaz, que gestionó la familia Culla. El legado, el fondo del teatro, con toda su historia, me resulta inmensamente atractivo del paso del tiempo. De momento, hay una tesis doctoral de Joana Sales Baviera, en la Universidad Politécnica de Valencia, sobre el teatro Ruzafa, «La vida artística musical i teatral de la ciutat vista mitjançant el llegat de Rafael Culla», que emociona pensando en la novela que se podría escribir con todo ese material. Hasta con fotos del archivo Desfilis de la Biblioteca Valenciana, de un mitin de la Derecha Regional Valenciana en el teatro, de 1936, con la señera en el escenario y una oradora dando el mitin, «Ruzafa vota a España», de R. Castejón. Se podría hacer una historia de ciudad de Valencia, desde la anexión, desde la perspectiva de Ruzafa, de la belleza que algún día fue Ruzafa, la terra del Ganxo, des de la plaza del Contraste, y la Valencia radial de las Carreras En Corts, San Luís, Malilla y del Río, que confluyeron en la Valencia radial amurallada. Puede que haya una novela, una historia, con esa perspectiva, de letreros de neón en la noche ilusionada de la Valencia de los años 60. Con Lauria, Barrachina y la Cafetería Ungaria. Ese Teatro y esa Valencia, reclaman una historia.

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