Acabamos de despedir un mes de julio plagado de actividades y damos la bienvenida al mes de agosto con su habitual abanico de festejos, sobre ... todo en las cercanas pedanías, en las que se mezcla tradición, costumbrismo y antigüedad, que debemos recordar como parte de nuestra cultura.
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La verdad es que los valencianos somos un pueblo eminentemente festivo y, sobre todo, laborioso. Al hilo de lo expuesto, recuerdo que el escritor Lisard Arlandis, en su obra 'Fiestas y costumbres de Valencia', dice: «No somos una eterna fiesta, aunque las fiestas sean constantes. La diversión, el boato, la vanidad, el lucimiento e incluso una dosis de teatralidad nos llega como premio a un cotidiano esfuerzo del que, a todas luces, se beneficia la colectividad». Este escritor fue colaborador, entre otras publicaciones, del diario LAS PROVINCIAS en la década de los 60.
El ciclo de los festejos se iniciará mañana, día 2, con la festividad de la Virgen de los Ángeles, que se celebra en el barrio del Cabanyal con misas y procesión general, con la presencia de la llamada 'orfena', una clavaria que es elegida todos los años continuando una tradición de principios del siglo XX que rememora la ayuda del barrio a una feligresa que se quedó huérfana.
Entre otras celebraciones, cabe destacar la del Cristo de la Salud en El Palmar, con su grandiosa y popular romería por el lago de la Albufera, costumbre que se inicia en 1974; el Cristo Verdadero en Benifaraig; la Virgen de los Desamparados en La Font d'En Corts, más exactamente en la ermita del Fiscal, en el corazón de lo que aún nos queda de huerta; la llamada Festa Grossa en Pinedo; La Purísima y San Miguel en La Punta, con una procesión vespertina espectacular, sobre todo por su itinerario; San Bernardo en Poble Nou y La Asunción, el día 15 de agosto, también conocida por la Virgen de Agosto, en nuestra ciudad y en numerosos pueblos de la Comunitat.
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