El miedo a las fuertes lluvias marcará un otoño que promete ser de alta tensión. En lo climático y en lo político. Lo vivimos ayer, ... con la Comunitat en jaque por el riesgo de grandes precipitaciones. El mero anuncio de la alerta naranja ya implicó que el presidente Mazón mantuviera un encuentro informativo con el conseller de Emergencias e Interior, Juan Carlos Valderrama, para conocer las medidas que se estaban adoptando. Poco después, se celebraba una reunión para evaluar el episodio de lluvias. Asistieron representantes de todos los organismos implicados ante una emergencia. También la delegada del Gobierno, que puso en valor «la colaboración» de todos. Parecía, de hecho, existir la intención de unos y otros de no cometer fallos anteriores. Esos errores que, con la forma de actuar ahora, se reconocía de forma implícita que se habían cometido con letales consecuencias el pasado octubre. Estos meses serán duros. Por miedo, por los recuerdos, por la crispación política y, sobre todo, porque habrá mucho ruido. De un sorbo y sin azucarillo.
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