El fin de un romance

La solución es reclamar el fin de una medida demagógica que satura trenes y autobuses

Lunes, 14 de julio 2025, 00:27

La EMT se ha quedado corta. La solución para evitar las tensiones de tesorería que viene sufriendo la antigua SALTUV por los 40 millones que ... le adeuda ATMV en concepto de desplazamiento gratuito de los menores de 30 años no es acudir a los tribunales, que también, si menester fuera. La solución es plantarse. Reclamar el fin de una medida demagógica que lo único que ha conseguido desde su implantación en 2022 es saturar trenes y autobuses y agravar la situación de las empresas del ramo; por no hablar de cómo se resarcirán de este sobreesfuerzo económico las Administraciones que se sumaron irresponsablemente a esta quermés populista. Más hábil se me antoja la respuesta que ha dado la ATM de Barcelona a los autores intelectuales de esta idea. Sin poner en aprietos a su Generalidad, cosa que sí ha hecho el Ayuntamiento de Valencia, la ATM se ha servido de una encuesta de movilidad en días laborables para demostrar: A) que el aumento de las validaciones de billetes mes tras mes no ha disminuido el número de vehículos que accede a la ciudad. B) que sólo el 1% de los encuestados ha renunciado a coger el coche por las bonificaciones. C) que el 14% de los que antes iba a pie coge ahora el tren, el autobús, etc. para recorrer distancias cortas. Y lo que mejor explica el aumento de las validaciones: D) que el 87,5% de los desplazamientos los realizan abonados. Personas que disfrutan de tarjetas Móbilis30, SUMA y demás abonos sociales -¡Un tercio de los usuarios!-. Por lo que más que un sondeo es un mentís a la creencia de que el abaratamiento del transporte público detrae vehículos de calles y carreteras. Una enmienda a la totalidad si a los datos demoscópicos se añade la valoración que el responsable de la ATM Manuel Valdés hace de ellos. «Lo que incrementa el uso del transporte público -sostiene-, no es el precio sino la calidad del viaje, la frecuencia y la regularidad del servicio». A lo que añade, con un gran sentido de Estado: «No compensan los 220 millones anuales que nos gastamos en bonificaciones para los pocos viajeros que hemos conseguido captar». Lo que sí está fuera de toda duda es que el conflicto de las tarjetas Mòbilis y Suma se va a envenenar porque los impagos de la ATMV han venido a coincidir con el fin de los descuentos tarifarios en la zona D de Renfe y la amenaza de los ayuntamientos de los municipios afectados de promover protestas en línea con lo expresado por Darío Fo en 'Aquí no paga nadie'. Un conflicto que se podría haber evitado si todas las instituciones implicadas -Ministerio, Generalidad y Ayuntamiento de Valencia- hubieran acordado una fecha de caducidad.

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