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Si esto va en serio...

Jueves, 11 de septiembre 2025, 00:26

Leo en el periódico cómo las exigencias se han acumulado, esta temporada de otoño, sobre los alcaldes valencianos. No es preciso que diluvie, ni que ... los ríos se salgan: con esa última creación de la dramaturgia meteorológica, el 'esclafit humit', las dimisiones están aseguradas. Un alcalde, el conseller de Emergencias, y desde luego el presidente, solo con que llueva un poco, tienen más tarea, más responsabilidad y peligro acumulados, que el astronauta Armstrong cuando aterrizó en la Luna.

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No es de extrañar que se marchiten las vocaciones políticas. Ser alcalde de Catarroja o Sedaví, ahora mismo, no está pagado ni con el sueldo de Bill Gates. El riesgo que se asume con cada decisión es tan extremo, está tan alto el listón de las exigencias que vamos creando en un clima de sobreexcitación, que pronto van a faltar candidatos.

Y es que conforme se toman medidas se hace evidente, seamos serios, que para las cuestiones más delicadas se debería haber producido ya una concentración cooperativa de ayuntamientos. Los municipios 'antiguos', los que teníamos y tenemos antes y después del 29-O, no tienen utilidad, no son herramientas válidas para la gestión de catástrofes. Pueden seguir manteniendo, quizá, los programas de fiestas, la banda y el casino de los jubilados; pero no están preparados, no tienen presupuesto para sostener en plantilla técnicos que aborden decisiones ante y contra las inundaciones. Debería haber habido ya una fusión de competencias. Y debería haber equipos técnicos especializados para dirigir las estrategias de toda la Comunidad Valenciana.

Un ejemplo: ¿qué hace la resignada y voluntariosa corporación de Alfafar ante al equipo de técnicos de Ikea o del ministro Óscar Puente? En aras de la democracia, las leyes valoraron mucho el papel de los electos que nos proponen los partidos. Pero ¿por qué un alcalde decide con sus cortas entendederas si se cierran o no las escuelas y no lo puede hacer el jefe local de policía o el director del colegio? Pensemos si habría que despolitizar las tareas de vigilancia, control y gestión de las gotas frías, de los incendios y otros episodios superiores a todo lo conocido, generadoras luego de terribles debates políticos.

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Para profesionalizar muchos cometidos de alerta y gestión ¿no habría que hacer que meteorólogos, bomberos, policías, urbanistas e ingenieros hidráulicos de todas las administraciones trabajasen juntos? ¿No habría que poner en sus manos las decisiones que ahora confiamos a políticos con menos formación en la materia que los funcionarios que están a sus órdenes? Si es verdad que esto va en serio, y que dependemos todos de un amenazador cambio climático mundial ¿qué puñetas puede hacer el buen alcalde de Lloc Nou de la Corona con diez funcionarios y 126 habitantes?

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