Animalitos del Señor

Jueves, 4 de diciembre 2025, 00:00

Vaya, vaya, vaya... Los efectivos de la UME desplegados a toda velocidad. Y en las montañas de Cataluña, nada menos, donde un soldado con la ... bicolor en la hombrera es plato que se pide poco. Maravilla ver qué en serio se están tomando las autoridades los graves riesgos de la peste porcina; pero maravilla más todavía comprobar cómo los que hasta ahora venían recibiendo con indiferencia y desdén el creciente problema de la plaga de jabalíes, reaccionan ahora con preocupación. Con esa cara circunspecta del que está a punto de decir que «sería muy conveniente que se tomaran medidas».

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En España nos estamos acostumbrando a usar dos raseros para medir la gravedad de un asunto: la UME y el doctor Badiola. Cuando la una y el otro salen en televisión, mal asunto. Y no vean la cara de la buena gente cuando el famoso epidemiólogo informa de que no, de que estamos en el siglo XXI pero no hay una vacuna que evite que los cerdos se contagien de peste porcina.

Medidas, medidas, pide el pueblo llano, que no quiere disgustos ni complicaciones: que traigan más soldados...Pero el caso es que no creo que la UME haya sido desplegada para disparar a los muy peligrosos jabalíes contaminados de la sierra de Collserola hasta exterminarlos. Es de esperar que para hacer esa tarea tan necesaria haya métodos más eficaces y expeditivos. La UME, seguramente, se debe estar aplicando en la muy delicada misión de retirar con garantías los restos de los animales contaminados, usando materiales adecuados contra el riesgo de contagio. Aunque también es seguro que los soldados, y sus armas, se van a mostrar muy útiles a la hora de espantar de la sierra a los ciclistas, excursionistas, motoristas, andarines, corredores y buscadores de setas, plagas urbanas extremadamente numerosas y contumaces, que en los primeros días desafiaron con bravura las órdenes de entrada en el monte de la policía local y la guardia civil.

En Cataluña, solo en Cataluña, hay unas 5.400 granjas, habitadas por un censo de unos diez millones de cerdos. Una enorme empresa, un grandioso negocio del que viven miles de familias y trabajadores; una línea de exportación de extrema importancia... que no es mas que una parte de esas dedicaciones españolas -las del campo, la pesca y la ganadería, las de los oficios 'viles' y sin ordenador- en las que nadie repara y nadie respeta. Ahora, cuando suban los precios, cuando un miedo sin fundamento invada al consumidor de cara a la Navidad, quizá algunos reparen en que, desde hace años, los agricultores estaban clamando contra la preocupante plaga de los jabalíes sin que nadie tomara medidas eficaces de control radical de ejemplares.

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Igual ocurre con las palomas y la peste aviar, señor Caballero.

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