Manu Sánchez, ante Pablo Ibáñez, en Mendizorroza. EP
Crónica

El Levante peca de inocente

Un par de goles encajados en segundas jugadas provocan la derrota en Vitoria. El equipo de Calero cae en su regreso a la Primera División por la fragilidad defensiva en las acciones donde debe mostrar oficio

Marc Escribano

Valencia

Sábado, 16 de agosto 2025

El regreso a Primera División estaba claro que no iba a ser plácido. La exigencia de la élite del fútbol español es tan elevada que ... pasar de la categoría de plata a la cima de LaLiga no es fácil. Incluso si llegas como campeón. Ya lo avisó Julián Calero durante la rueda de prensa previa, no iba a ser fácil. Se va a sufrir. Va a haber momentos difíciles. Y uno de ellos llegó en el redebut. En Mendizorroza. Un estadio siempre complicado. Pecó de inexperto y de inocente el Levante, que al igual que le costó proponer algo de peligro para incomodar a los babazorros, también padeció de lo que no debe sufrir nunca un recién ascendido: el balón parado. La defensa de la segunda jugada fue el talón de Aquiles granota en la primera derrota de la temporada, ante el Deportivo Alavés (2-1). La insistencia granota sirvió para empatar, pero se terminó escapando por un nuevo error atrás. No hay que quemar la falla aún. Queda mucho. 37 partidos más.

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Deportivo Alavés

Sivera, Jonny, Tenaglia, Garcés, Parada, Blanco, Ibáñez (Rebbach, 77'), Guridi (Mariano, 77'), Aleñá, Vicente (Calebe, 86') y Martínez.

2

-

1

Levante UD

Cuñat, Toljan, Dela, Elgezabal, Cabello, Manu Sánchez (Pampín, 78'), Oriol Rey, Pablo Martínez (Moreno, 85'), Víctor García (Morales, 54'), Brugué (C. Álvarez, 85') y Romero (Lozano, 78').

  • Goles 1-0, Toni Martínez (36'). 1-1, Jeremy Toljan (68'). 2-1, Nahuel Tenaglia (90+2').

  • Árbitro Sesma Espinosa (Comité riojano). Amonestó a Manu Sánchez.

  • Incidencias 12.837 espectadores en Mendizorroza.

El Levante de Calero sacó su renovado libreto táctico a relucir en Mendizorroza, alineando una formación con cinco defensores, que más bien eran seis, ya que Jeremy Toljan, Adrián de la Fuente, Unai Elgezabal, Jorge Cabello y Manu Sánchez formaban la línea de zagueros, pero en el costado derecho aparecía Víctor García, doblando el lateral actuando como falso extremo por delante, aunque no tuvo apenas participación y fue el primer sustituido. El doble pivote, el esperado con Oriol Rey y Pablo Martínez. Y arriba, Roger Brugué y un Iván Romero que fue capaz de lo mejor y de lo peor. El delantero granota demostró su sacrificio en la presión al contrincante, llegando a robar un par de balones que propiciaron transiciones ofensivas.

Eso sí, de cara a portería y con el balón en los pies, el excanterano del Sevilla desesperó a todos los granotas. Un intento de disparo lejano en el que erró al balón y chutó al aire, y posteriormente, el primer acercamiento que terminó en tiro a puerta, muy mordido y directo al muñeco, para que lo detuviera el exvalencianista Antonio Sivera con facilidad. Justamente, en la jugada siguiente a esa llegada de Romero, el Alavés encontró petróleo después de una media hora inicial en la que prácticamente no había hecho nada destacable, al igual que el Levante. En un saque de esquina botado desde el costado derecho, el balón llegó al segundo palo, donde Jon Guridi cabeceó. Pablo Cuñat —en su debut en Primera— despejó de puños, pero no lo suficiente, ya que el balón cayó de nuevo en propiedad del conjunto babazorro. Carles Aleñá volvió a colgar el esférico al corazón del área, donde se erigió Toni Martínez, que con un potente cabezazo sin apenas marca alrededor, abrió la lata y le endosó al Levante el primer gol en contra en el regreso a la élite.

Calero se desgañitaba con instrucciones a sus defensores, ya que de nada servía acumular una línea de cinco zagueros si el marcaje zonal en el área era nefasto. La llegada del descanso permitía al equipo granota resoplar, ya que se había estado viendo muy presionado por el empuje del Alavés, espoleado tras encontrar el gol. Tras el paso por los vestuarios, eso sí, no hubo modificaciones. Pero tras diez minutos de segundo tiempo, José Luis Morales entró al campo. La inclusión del Comandante dio algo más de empaque al Levante, que aprovechó también el bajón físico de un Alavés al que el partido se le empezaba a hacer largo. Precisamente así, a base de insistencia y resistencia, encontró petróleo el conjunto granota. Un disparo cruzado de Brugui fue detenido por Sivera, que solo pudo lateralizar. Ahí, llegando desde atrás, apareció Toljan, que empujó al fondo de las mallas el rechace para igualar la contienda y volver a poner con vida al Levante. El alemán, en su debut como granota, fue el encargado de marcar el primer tanto del regreso a la élite.

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El Levante cambiaba su cara con el gol, llegando a tener más protagonismo ofensivo que un Alavés, que eso sí, con la llegada de los últimos minutos, volvió a tomar la batuta fruto del empuje de sus aficionados locales. Por momentos, el conjunto granota mostraba esa clásica conformidad de dar por bueno el empate, ya que mejor tener un punto asegurado que perderlo por querer ir a por los tres, y más sabiendo que el rival está destinado a ser uno directo en la lucha por la permanencia. Los de Calero empezaron a retroceder metros para defender el resultado, con más cambios que tenían índole defensiva, como la entrada de Sergio Lozano y el también debutante Matías Moreno. Eso sí, notorio también la entrada de Carlos Álvarez, que pese a haberse perdido toda la pretemporada por una pubalgia, disfrutó de sus primeros minutos.

Con el tiempo añadido en marcha, el Alavés se volcó arriba y volvió a hacer daño al Levante de la misma forma que lo hizo inicialmente, con una segunda jugada. Un centro al área repelido terminó en un segundo envío envenenado desde el costado derecho, que encima fue ligeramente desviado por Cabello. Apareció Nahuel Tenaglia en el segundi palo para fusilar a un Cuñat que poco pudo hacer. El Alavés se llevaba así, en casi el último suspiro, los tres puntos y dejaba al Levante con cara de tonto. De tanto intentar amarrar el empate, terminó perdiendo. Lección para aprender, ya que todavía queda margen, pero no es lo ideal.

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