De discoteca a espacio para las asociaciones de l'Horta

Abierta hasta los primeros años 90, la antigua discoteca Tabú en Benetússer acogerá un uso muy distinto al de bailar hasta altas de la madrugada y beber copas. Será un espacio comunitario, un albergue, refugio, centro de emergencias o, sencillamente, un lugar destinado a las asociaciones de la comarca, una iniciativa que promueve la Fundación Horta Sud y que cuenta con apoyo financiero y para el desarrollo del proyecto de la Fundación Princesa de Girona, también muy implicada en la reconstrucción tras la dana.

Julio Huerta, coordinador de la entidad, señala la belleza de la fachada, que se rehabilitará respetando su diseño modernista de principios del siglo XX. No en vano el conjunto situado en el número 94 de la avenida Camí Nou está declarado como Bien de Relevancia Local, por lo que está parcialmente protegido.

Dentro ya es otra historia. Cuenta con dos plantas en una superficie total de 750 metros cuadrados. Las reformas que se hicieron para la discoteca dejaron un interior diáfano y donde prácticamente no se podrá aprovechar nada.

Ahora es cuestión de darle forma a la iniciativa, una vez que la Fundación Horta Sud ha comprado el inmueble. La semana pasada se celebró un primer encuentro con representantes de unas 40 asociaciones, con el fin de que aportasen ideas, tanto para los usos como para la gobernanza. Esto último se trabajará a partir del próximo septiembre, cuando empiece a tomar forma la propuesta y se hable ya de la redacción del proyecto arquitectónico y la ejecución de las obras.

Huerta insistió en que tendrán cabida todo tipo de asociaciones. «Servirá para la presentación de un libro, para una audición musiical, será capaz de atender de manera constante a ocho o diez entidades, habrá salas para todo tipo de usos,...». El hecho de que el interior sea tan diáfano facilita la apertura de salas amplias y con aforo para actos, señala.

A la idea de rehabilitar un inmueble después de realizar un diagnóstico del estado de las asociaciones tras la dana. «Muchas se habían quedado sin sede», recuerda, y los locales que ofrecían los Ayuntamientos tampoco eran suficientes. De ahí que surgió la idea de un espacio comunitario.

Servirá también como albergue o refugio. «Estamos hablando hasta de comunicaciones de radio para crear una red de locales ante otra catástrofe», dice, aunque todo dependerá de las posibilidades de financiación. De momento, la rehabilitación de la antigua discoteca centra todos los esfuerzos de la entidad.

La elección de Benetússer, indica, se debió a que buscaron un municipio en la zona cero de la dana y que fuera «céntrico», en referencia a una comunicación fácil con otros pueblos. La fundación cuenta con una trayectoria de 52 años en el trabajo asociativo, uno de los aspectos que ha resultado especialmente perjudicado en la dana.

Huerta defendió el valor de estas entidades, como las fallas que sirvieron para acoger almacenes o el reparto de ayudas. Salvo cambios posteriores, la idea es que el Espacio Comunitario sirva precisamente para reforzar las asociaciones ante otra catástrofe. El propósito es que se vincule con otras cuatro sedes en diversos municipios de l'Horta.

En caso de emergencia serán las bases desde donde trabajen los voluntarios. Cuanto esto no ocurra servirán para acoger el trabajo diario de las asociaciones. Con zonas de reuniones e instalaciones preparadas como las citadas comunicaciones, en los próximos meses un grupo de arquitectos desarrollará todas estas ideas para darle forma en la antigua discoteca y «clonar» los criterios en los otros cuatro locales repartidos en l'Horta.

Temas

• DANA
• Benetússer
• Horta Sud