Un centenar de carretilleros harán uso del recinto habilitado junto al Hort del Monjo

Desde la Asociación de Carretilleros y Tradiciones de Elche (ACTE) aseguraron ayer que hasta la fecha han expedido un centenar de carnés para hacer uso de las instalaciones que se habilitarán en el aparcamiento situado junto al Hort del Monjo. Así, la tradicional guerra de carretillas que tiene lugar después de la Nit de l'Albà contará este año con esta cantidad de participantes acreditados.

Por lo que respecta al espacio habilitado para tirar las carretillas, Jaime Sánchez, presidente de la ACTE, explicó que se instalarán varios contenedores en el interior del mismo «para que los participantes puedan refugiarse y para introducir alguna variante u obstáculo durante el desarrollo de la guerra de carretillas». Un aliciente que sí que tenían antes los carretilleros cuando el evento se desarrollaba en el centro de la ciudad.

Además, Sánchez aseguró sentirse «satisfecho» con la participación de los ilicitanos en un evento que ha ido perdiendo adeptos desde que se cambiase de ubicación hace tres años por decisión municipal. Una polémica, la del cambio de lugar de lanzamiento de carretillas, que desde la asociación quieren olvidar y pasar página para intentar mantener una tradición que, nacida el siglo pasado, hace cinco años llegó a tener el doble de participantes.

Por otro lado, el presidente de los carretilleros quiso recordar a los participantes que nadie va a tener que abonar ningún tipo de cantidad de dinero para hacer uso de la instalaciones. No obstante, sin el carné que acredita que se han llevado a cabo los cursos previos pertinentes, la entrada quedará terminantemente prohibida. Además, Sánchez hizo un llamamiento a los participantes para que extremen las precauciones y minimizar así las incidencias.

Así con todo, alrededor de la una de la madrugada dará comienzo un año más la guerra de carretillas en la que, además de estar dentro de un recinto vallado para evitar que los artefactos lleguen al público asistente, habrá un puesto de socorro para atender posibles quemaduras.