Imagen de archivo de edificios de vivienda nueva en Valencia José Luis Bort

¿Quién vive en los coliving de Valencia? Estos son los perfiles más comunes en las casas de moda

La demanda de vivienda de media estancia no deja de crecer y las promotoras apuestan por alternativas habitacionales de todo tipo

Kike Cervera

Valencia

Viernes, 26 de septiembre 2025, 00:51

Valencia se ha convertido en una de las capitales españolas donde el coliving está ganando más terreno. Consistente en un espacio con zonas comunes como ... cocina, salón o lavandería y habitaciones privadas que pueden tener baño propio, como si fuera un hotel de larga estancia, no es un concepto nuevo, pero sí atraviesa en la capital del Turia un momento de fuerte auge. La combinación de escasez de vivienda asequible, la creciente llegada de estudiantes, nómadas digitales y profesionales temporales, así como las limitaciones impuestas a los apartamentos turísticos, ha disparado el interés de promotores e inversores por este modelo de alojamiento flexible.

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El detonante más reciente ha sido la moratoria municipal sobre las licencias de pisos turísticos que ha dejado en suspenso numerosos proyectos en la ciudad. Ante este escenario, varias promotoras han optado por reorientar sus inversiones. Un caso ilustrativo es el de Talvion, gestora de capital asentada en Valencia que, ante la imposibilidad de levantar un edificio de apartamentos turísticos en el centro de Benicalap, ha decidido transformar su proyecto en un coliving.

La lógica es clara: la demanda de vivienda de media estancia no deja de crecer y el coliving —que en la mayoría de casos admite estadías de mínimo un mes— permite maximizar el uso de cada inmueble. En lugar de alquilar una sola vivienda, se alquilan varias habitaciones o microestudios dentro del mismo edificio, con acceso a zonas y servicios comunes. «De esta forma se obtienen siete u ocho unidades en lugar de un solo alquiler», explica un joven promotor valenciano, quien afirma que «aunque cada unidad individual pueda ser menos rentable, el volumen compensa».

Por su parte, el portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Valencia, Vicente Díez, lo describe así: «Básicamente es como vivir en una especie de habitación de hotel, de más larga estancia, donde el espacio privativo se reduce, normalmente, a una habitación con baño propio, mientras que se comparten servicios como cocina, salón, lavandería o incluso gimnasio, terraza, cafetería o club social».

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Según Díez, este modelo responde a dos motivaciones claras: economía y estilo de vida. «Construir una sola cocina es más barato que hacer veinte», apunta, «pero también hay una vertiente social: favorece la convivencia, permite socializar más con los vecinos y es una forma de vida muy extendida en otras ciudades europeas».

El perfil de usuario más habitual son jóvenes, profesionales desplazados o parejas sin hijos que no pasan demasiado tiempo en casa y, tanto a nivel adquisitivo como funcional, se decantan más por la flexibilidad, la ubicación y la posibilidad de compartir espacios que por inmuebles tradicionales más inasumibles económicamente.

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Un marco legal que se actualiza

La expansión del 'coliving' en Valencia se ha topado hasta ahora con un obstáculo importante: el encaje urbanístico. El Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), aprobado en 1988, no contemplaba esta fórmula híbrida a caballo entre el uso residencial y el terciario, lo que generaba inseguridad jurídica a la hora de tramitar licencias.

Para resolver esta laguna, el Ayuntamiento ya ha iniciado una revisión de las normas urbanísticas que permitirá regular y dar cobertura legal a estos proyectos. El borrador presentado a consulta pública el pasado enero define el 'coliving' como un «inmueble compartido» donde el espacio privativo se limita al dormitorio y baño, y enmarca su desarrollo dentro del uso «residencial colectivo».

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Entre las exigencias previstas figuran una plaza de aparcamiento para coche y otra para bicicleta por cada unidad de alojamiento, así como el cumplimiento de las normas de habitabilidad y calidad. Además, la nueva normativa permitirá cambiar el uso de vivienda turística a 'coliving' siempre que se cumplan estos requisitos, un punto clave para muchos inversores que buscan reconvertir activos.

Valencia, polo de atracción para la inversión

La revisión normativa coincide con un momento de máxima efervescencia en el mercado inmobiliario. Según datos de la consultora CBRE, en 2024 se movieron 328 millones de euros en soluciones de vivienda flexible en la Comunitat Valenciana, el 7% del total nacional. Solo en el primer trimestre de 2025, la cifra ya alcanzaba el 11% del total español, lo que demuestra el creciente apetito inversor. Y es que la capital del Turia es especialmente atractiva por su enorme población estudiantil —más de 100.000, de los que un 40% necesita alojamiento— y por la llegada de nómadas digitales y profesionales en remoto, que requieren soluciones de media estancia.

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Así, mientras se ultiman los detalles de la nueva normativa, los proyectos de 'coliving' continúan multiplicándose en Valencia, especialmente en barrios bien comunicados y en edificios rehabilitados que permiten optimizar espacios. Los expertos prevén que, una vez aprobado el nuevo PGOU, la oferta se dispare todavía más.

Para Vicente Díez, se trata de «una excelente alternativa en una ciudad con escasez de vivienda y precios al alza», que permite a los promotores reorientar inversiones y a los usuarios acceder a un alojamiento flexible, comunitario y más asequible que el alquiler convencional.

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