Las valencianas Malferida y GrowPro, de la efervescencia empresarial a bajar la persiana
La compañía que impulsó el refresco de cola 'made in' Valencia ha sido disuelta y la plataforma educativa se encuentra en situación concursal | La falta de mercado y de control financiero, principales causas del fracaso de las startups
Ghop y sus tiendas inteligentes, la mallorquina Hotelbreak, la comercializadora de energía Holaluz –actualmente inmersa en un plan de reestructuración de deuda–, la cadena de ... lavanderías y tintorerías Jeff –que incluso apuntaba a convertirse en unicornio–, etc. Son algunos de los ejemplos de startups que triunfaron y que se vieron abocadas al cierre, un camino que también han seguido recientemente dos empresas valencianas: Malferida y GrowPro.
Publicidad
La primera, conocida por ser la marca del refresco de cola 'made in Valencia' impulsada por la joven Lucía Mompó en 2018; la segunda, la plataforma de experiencias educativas en el extranjero fundada por Goiko Llobet. Ni las rondas de inversión ni los crecimientos a doble dígito han evitado que las dos compañías se hayan visto abocadas al cierre.
Noticia relacionada
El nuevo CEO de Puma enciende todas las alarmas: «Necesitamos un reinicio»
Malferida lo hizo el pasado junio, según recoge el BORME del 13 de junio, que da cuenta del cierre de la hoja registral de la sociedad por «insuficiencia de masa activa». Las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil, que corresponden a 2023, ya reflejaban la inactividad de la empresa, que tuvo un gran impulso en el canal Horeca y entró en los lineales de los supermercados y el deterioro de los fondos propios.
En el caso de GrowPro, solicitó el concurso voluntario de acreedores en enero y su procedimiento se lleva en el juzgado de lo Mercantil 3 de Valencia. Con 14 oficinas repartidas por el mundo y varias rondas de inversión a sus espaldas (la última, de 1,5 millones en 2023), la startup ha convertido a cientos de estudiantes que contrataron sus servicios en acreedores a la espera de que se resuelva la situación concursal.
Publicidad
¿Por qué se fracasa?
¿Y qué lleva a una startup a fracasar? Los problemas más recurrentes son la ejecución comercial y la gestión financiera, según explica Tom Horsey, vicepresidente primero en BIGBAN. En este sentido, recuerda que el informe BIGBAN Research 2024 recoge cuatro causas. Una de ellas es la falta de desarrollo de mercado, pues «un alarmante 90% de las startups fallidas no lograron encontrar o desarrollar el mercado esperado. Esto significa que, aunque la solución sea innovadora, no hay suficientes clientes dispuestos a pagar por ella o el mercado es más pequeño».
Le sigue, la ausencia de ventas recurrentes. «El 73% no alcanzaron ventas consistentes. Esto indica una dificultad para convertir el interés inicial en ingresos sostenibles», comenta Horsey. Se suma el agotamiento de capital sin ingresos significativos. Aquí, «el 69% de las startups quemaron su dinero sin generar tracción monetaria». Y, añade, la falta de control financiero riguroso, pues más de la mitad, el 56%, carecían de una gestión financiera adecuada. «Señales de alerta incluyen la ausencia de presupuestos claros, el desconocimiento de los costes fijos y variables, y la falta de visibilidad sobre la liquidez real de la empresa», concluye«.
Publicidad
«Incorporar a tu ecosistema un buen comité asesor, un mentor adecuado o un inversor ángel de calidad puede marcar una diferencia abismal»
Tom Horsey
Vicepresidente primero en BIGBAN
Por eso, el vicepresidente de BIGBAN apunta la necesidad de incorporar una serie de buenas prácticas que aborden las causas más comunes de fracaso. Así, a su juicio, las claves para que una startup no sólo sobreviva, sino que prospere en el tiempo pasan por una una gestión financiera rigurosa; la validación exhaustiva del modelo de negocio antes de escalar; una gobernanza y gestión de equipo robustas; y tomar conciencia del riesgo inicial.
A eso añade un consejo asesor experimentado, pues sólo el 38% de las startups fallidas contaban con un consejo asesor. «Contar con la experiencia externa de un buen consejo es crucial para la toma de decisiones estratégicas, para navegar por desafíos inesperados y para aportar una red de contactos valiosa», explica. También, experiencia emprendedora en fundadores. «El 92% de las startups con crecimiento intenso tenían fundadores con experiencia previa en emprendimiento, frente a sólo el 22% de las fallidas. La experiencia dota a los fundadores de resiliencia, conocimiento del mercado y una mayor capacidad de ejecución», afirma.
Publicidad
«Desde BIGBAN Investors Spain enfatizamos que incorporar a tu ecosistema un buen comité asesor, un mentor adecuado o un inversor ángel de calidad puede marcar una diferencia abismal. Un inversor ángel no solo aporta capital, sino que actúa como guía y apoyo en múltiples frentes», añade.
¿Obsesión por el crecimiento rápido?
Ante la pregunta, Tom Horsey asegura que la percepción de la velocidad en el crecimiento de las startups ha evolucionado. «Hace unos años, la respuesta habría sido un sí rotundo; había una cultura de 'crecer a toda costa' que a menudo ignoraba la sostenibilidad. Hoy en día, el ecosistema ha madurado. Si bien la obsesión ciega por la velocidad ha disminuido, es crucial entender que un alto crecimiento sigue siendo una expectativa fundamental para los inversores, por una razón ineludible: la rentabilidad de su inversión», reflexiona.
Y pone un ejemplo: «Un inversor que inyecta capital en una startup con una valoración de dos millones de euros en 2025, es probable que necesite una valoración de salida de alrededor de 20 millones de euros para 2032. Esta cifra tiene en cuenta la rentabilidad mínima requerida por los inversores, el tiempo de inmovilización del capital, la probabilidad de fracaso de otras inversiones en la cartera y la dilución esperada por futuras rondas. Para alcanzar ese objetivo, la startup en este caso debería aspirar a un EBITDA (beneficios antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones) de, al menos, dos millones de euros anuales».
«Lograr un EBITDA de dos millones de euros desde una valoración inicial de dos millones de euros en siete años requiere, inevitablemente, un crecimiento rápido. La diferencia es que ahora buscamos un crecimiento más sostenible. Esto significa un crecimiento que no dependa de rondas de inversión continuas para su supervivencia, sino que demuestre la capacidad de generar ingresos y, eventualmente, beneficios de manera más autónoma, sin ahogar la liquidez. Es decir, un crecimiento que sea ambicioso pero también viable a largo plazo», comenta el vicepresidente primero de BIGBAN.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión