El mundo marino reclama una visión integral de los océanos
LAS PROVINCIAS reunió el martes a investigadores del programa ThinkInAzul en un foro sobre ciencia marina y acuicultura
La investigación marina avanza gracias a la conjunción de campos tan diversos como la biología, la microbiología o la tecnología de los alimentos. Con esa premisa, el diario LAS PROVINCIAS reunió el pasado martes a varios investigadores del programa ThinkInAzul en un foro celebrado en las instalaciones de la antigua rotativa del periódico. El Programa Complementario de Ciencias Marinas GVA-ThinkInAzul empezó en junio de 2022 y agrupa a más de 400 investigadores de distintas disciplinas, pertenecientes del CSIC, la Universidad de Alicante (UA), la Universitat Politècnica de València (UPV), la Universitat de València (UV), la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), la Universitat Jaume I (UJI) y la Universidad Católica de Valencia (UCV).
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La jornada, moderada por el redactor de LAS PROVINCIAS Nacho Martín-Loeches, contó con la participación de Jaume Pérez, profesor de Investigación y vicedirector técnico del IATS-CSIC, coordinador del proyecto GVA-ThinkInAzul y Chair del Congreso Aquaculture Europe 2025; José Tena, catedrático ordinario de Biología Marina y director del Imedmar-UCV; Josep Pardo, catedrático de Ingeniería Cartográfica, Geodesia y Fotogrametría de la UPV; Carlos Valle, profesor titular, vicedecano de Calidad de la Facultad de Ciencias de la UA y cocoordinador de GVA-ThinkInAzul; Carmen Amaro, catedrática de Microbiología de la UV; y Esther Sendra, catedrática del Área de Tecnología de Alimentos de la UMH.
«La tecnología de los alimentos debe permitir adaptar productos al gusto y necesidades de los consumidores»
Congreso AE2025
Valencia se convertirá en unos días en el epicentro mundial de la acuicultura con la celebración del Congreso Aquaculture Europe 2025 (AE2025). La cita, que tendrá lugar del 22 al 25 en el Palacio de Congresos de la capital valenciana, reunirá a más de 3.000 especialistas y representantes de más de 200 empresas, marcando un récord de participación a nivel global. «La clave del éxito es que combina academia e industria», subrayó Jaume Pérez, coordinador del proyecto GVA-ThinkInAzul, «para que lo investigado en ThinkInAzul pueda transferirse y aplicarse a nivel productivo».
La elección de la ciudad como sede del congreso no es casual. España es la primera productora en acuicultura de la Unión Europea y la Comunitat Valenciana lidera la piscicultura marina nacional. «Somos una referencia y cada vez se nos ve más desde fuera», indicó Carlos Valle.
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«Debemos entender que el mundo marino forma parte de un todo»
Avances en biología marina
El primer asunto de análisis del encuentro, tras presentar el congreso, fue el avance tecnológico relacionado con la biología marina. «Tanto el proyecto ThinkInAzul como la base del Congreso AE2025 nos lleva más allá de la acuicultura», aseguró José Tena, experto en Biología Marina, «por eso, los biólogos marinos nos sentimos interpelados a trabajar en estos grandes retos». Uno de los grandes desafíos del mundo marino, apuntó, es comprender que «forma parte de un todo». Esta visión holística del funcionamiento de los océanos en los que la acuicultura, la pesca, la conservación de especias y de los ecosistemas implica que «todos debemos trabajar en la misma línea». En este sentido, la Comunitat se ha situado en la vanguardia con mejoras tecnológicas aplicadas al control, la alimentación, el bienestar y la salud animal.
Sin embargo, Tena recordó que los océanos siguen siendo los grandes desconocidos de la investigación, especialmente a partir de los 200 metros de profundidad. Por ello, reclamó que es necesaria una red de seguimiento que permita obtener series temporales de parámetros físicos, químicos y biológicos para anticipar los cambios en las costas y en los ecosistemas. En este sentido, lo comparó con la predicción del tiempo «Hay cientos de estaciones meteorológicas que informan diariamente, sin embargo, a nivel del medio marino hay pocas boyas oceanográficas y aportan información a gran escala».
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««Se está alterando la dinámica de las costas y el entorno va a cambiar»
Josep Pardo, profesor de la UPV, enfatizó que el desarrollo de la tecnología ThinkInAzul necesita una continuidad. «Existen un montón de tecnologías que están entrando, que acompañan a los estudios clásicos» para asentar una metodología que perdure en el tiempo.
'One health'
Esther Sendra, experta en Tecnología de Alimentos, recordó que más de la mitad de los productos que se consumen son producidos por la acuicultura y que, sin estos sistemas intensivos, «no tendríamos suficiente aporte de proteínas procedentes de los pescados». En España, sin embargo, se consumen unos 50 kilos de carne al año frente a menos de 20 kilos de productos pesqueros. Sendra destacó que la tecnología de alimentos debe hacer un esfuerzo para «ofrecer presentaciones adaptadas a los gustos del consumidor e investigar nuevas fórmulas para adecuar su calidad».
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«Ambiente sano, pez sano, persona sana. Una sola salud»
La frase célebre de Feuerbach, «somos lo que comemos», encuentra hoy eco con una visión que relaciona la salud humana, animal y ambiental. Carmen Amaro, profesora de Microbiología, afirmó que trabajar con patógenos zoonóticos permite comprender mejor la idea de que «somos una sola salud». Estos microorganismos, explicó, también forman parte de los ecosistemas marinos y pueden afectar tanto a especies del mar como a las criadas en piscifactorías. «Algunos de ellos pueden transmitirse al ser humano por contacto de heridas abiertas con animales o con agua de mar, así como por la ingestión de peces o marisco crudo», advirtió. La microbióloga concluyó con el concepto 'one health': «Ambiente sano, pez sano, persona sana. Una sola salud».
Adaptación climática
El cambio climático suele plantearse como una amenaza, pero Pérez, vicedirector técnico del IATS-CSIC, lo interpreta como una oportunidad. «No tenemos que verlo sólo como algo pesimista, también tiene aspectos positivos de los que podemos sacar partido», señaló. Como ejemplo, citó el incremento de la temperatura en el Mediterráneo. Hasta ahora, Grecia y Turquía concentraban más de la mitad de la producción acuícola del Mediterráneo gracias a unas temperaturas más elevadas que acortaban los ciclos de cría. El investigador detalló que este aumento de temperatura está permitiendo reducir en dos meses el ciclo de producción de la dorada.
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«Debemos coordinarnos entre todos los actores de la ciencia»
Para aprovechar este cambio, advirtió, es clave aplicar nuevas tecnologías: desde alimentos y aditivos específicos hasta programas de selección genética capaces de mejorar la termotolerancia de las especies. Gracias a estos avances, la dorada ha elevado su temperatura óptima de cultivo de los 26-28 grados tradicionales hasta los 30 y su umbral de resistencia ha pasado de 34 a 39 grados. «Estamos creando animales más resilientes y robustos frente al cambio climático», concluyó Pérez.
El vicedecano de Calidad de la Facultad de Ciencias en la UA, Carlos Valle, afirmó que el cambio climático refleja «la importancia de que todos participemos juntos». «Necesitamos una foto muy bien definida, y para eso debemos coordinarnos entre todos los actores de la ciencia y establecer modelos de predicción», puntualizó.
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Ese optimismo, sin embargo, debe contemplar también el impacto directo de la acción humana. Josep Pardo, profesor de Ingeniería Cartográfica, Geodesia y Fotogrametría, explicó que hay ejemplos muy obvios que afectan al territorio como la regulación de toda la red fluvial que «aparentemente no actúa directamente sobre las playas, pero que evidentemente afecta porque la entrada de sedimentos procede de los ríos». También hizo referencia a las acciones más inmediatas en espacios costeros como la construcción de estructuras, espigones o paseos marítimos: «Todo eso está alterando completamente la dinámica de las costas, de manera que van a ir cambiando las playas en ese entorno».
«La clave del éxito es combinar academia e industria»
Educación ambiental
La mesa de expertos puso de relieve cuestiones tan relevante como que la ciencia debe trasladar inexorablemente su conocimiento a la sociedad. «Formamos profesionales que trabajarán en la investigación, en empresas o en la administración, pero también necesitamos una labor divulgadora que llegue a la ciudadanía», resaltó Carmen Amaro.
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Por su parte, Tena, apeló a referentes como Cousteau o Félix Rodríguez de la Fuente para subrayar la necesidad de implicar a la sociedad. «Cuando uno va a la playa ve un espejo de agua maravilloso y se piensa que es un vertedero universal donde poder realizar todo tipo de acciones», lamentó.
Aunque Valle, destacó la excelencia de la investigación española, también recordó una máxima de la educación ambiental: «no se cuida lo que no se conoce». El vicedecano de Calidad de la Facultad de Ciencias en la UA admitió que «falla la comunicación con el público general», un reto pendiente para científicos y administraciones.
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Amaro, no obstante, puso en valor las iniciativas que se desarrollan desde la universidad, como Expociencia o la Noche Europea de la Investigación. Asimismo destacó el papel de las redes sociales «en la universidad tenemos la ventaja de que estamos con gente joven que está muy involucrada en este tipo de canales».
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