Mathias Cormann, secretario general de la OCDE EFE

El impuesto de sociedades repunta pero se mantiene lejos de los niveles de principios de siglo

España, con un tipo nominal del 25 %, se sitúa en la media de la OCDE, similar a Bélgica o Reino Unido y próxima al 26% de Estados Unidos

Martes, 25 de noviembre 2025, 13:11

El tipo nominal del impuesto de sociedades se sitúa en el 21,2 % en 2025, apenas una décima más que en 2024 y muy por ... debajo del 28 % registrado en 2000. Así se desprende del último informe de la OCDE sobre sistemas tributarios corporativos que analiza cómo los países recaudan impuestos de sociedades, cómo evolucionan los tipos impositivos y qué señales ofrece el comportamiento de las multinacionales en relación con el traslado artificial de beneficios (BEPS)

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La estabilización de los tipos nominales del impuesto de sociedades tras dos décadas de descensos generalizados contrasta con la fuerte caída acumulada entre comienzos de siglo y 2019, cuando el tipo medio era del 21,7 %. De las 145 jurisdicciones analizadas, 114 han reducido su tipo desde 2000, 15 lo han mantenido y 16 lo han incrementado.

En los últimos años buena parte de los países con economías desarrolladas apostaron por rebajar paulatinamente el impuesto de sociedades como fórmula para atraer inversión y fomentar la competitividad de las empresas en un entorno cada vez más global. De hecho, solo Francia, Gibraltar, Túnez y Eslovaquia aumentaron este gravamen entre 2024 y 2025, mientras que España -con un tipo nominal del 25%-, se sitúa en la media, similar a Bélgica o Reino Unido y próxima al 26% de Estados Unidos. El informe también detalla que 26 países mantienen tipos del 30% o más, entre ellos México, Alemania, Francia, Malta o Colombia, mientras que once jurisdicciones aplican tipos del 0 %.

La organización analiza igualmente el tipo impositivo efectivo, que tiene en cuenta deducciones y exenciones, especialmente las ligadas a inversiones en I+D. Este tipo ha seguido una senda paralela a la del tipo nominal, aunque en niveles inferiores: pasó del 21,5 % en 2017 al 20,5 % en 2024. Si bien en 2024, 33 de los 38 países de la organización ofrecían incentivos fiscales a la I+D, el estudio detecta una tendencia reciente a contener o reducir estas ayudas tras años de expansión motivados por la competencia internacional por atraer empresas intensivas en intangibles.

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En cuanto a la recaudación, el impuesto de sociedades ganó peso en 2022, impulsado por la recuperación pospandemia y el auge de los precios de las materias primas. Representó en promedio el 17,8 % del total tributario, frente al 15,9 % del año anterior, y alcanzó el 3,6 % del PIB, su nivel más alto en dos décadas. Este impuesto es especialmente relevante en países en desarrollo —en África, Asia-Pacífico y América Latina— donde su peso supera con frecuencia al de otros gravámenes. En 26 jurisdicciones aporta más del 25 % de la recaudación total, mientras que en los países desarrollados su importancia es menor: apenas el 6 % en Alemania o Francia, o el 7 % en España, Estados Unidos o Italia. Aun así, existen excepciones notables como Noruega, donde ascendió al 18 % del PIB en 2022.

El informe incorpora además señales moderadas pero consistentes de reducción de prácticas de evasión y traslado artificial de beneficios hacia jurisdicciones de baja tributación. Los países siguen atentos a los efectos de la reforma fiscal internacional conocida como Pilar Dos, que introduce un tipo mínimo del 15 % para grandes multinacionales y podría incidir en la futura evolución del impuesto de sociedades.

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