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Donde hace unos años había una mercería regentada por una vecina del barrio que ya se ha jubilado, ahora hay una tienda de comida colombiana. O lo que antes era un local vacío ahora lo habitan las sillas de una barbería gestionada por unos hermanos que viajaron miles de kilómetros en busca de una vida mejor. Todos conocemos algún bar cuyos propietarios traspasaron el negocio a una familia procedente de China, que ha sabido replicar a la perfección la receta de las patatas bravas de toda la vida. Y, así, historias como estas se han multiplicado en los últimos años.
Ya bien sea por huir de una economía paupérrima o de la propia guerra –como es el caso de numerosos ucranianos–, los autónomos que proceden de otros países han protagonizado un 'boom' en las afiliaciones como autónomos en la Comunitat Valenciana. Las cifras hablan por sí solas: en 2024 se dieron de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA) 8.179 extranjeros en la Comunitat frente a las 583 altas de residentes locales. Es decir, el emprendimiento de negocios por parte de ciudadanos foráneos es 15 veces superior al impulsado por residentes valencianos.
Con este incremento en las afiliaciones, uno de cada cinco autónomos en la Comunitat Valenciana son extranjeros, según el informe realizado por Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (Uatae). En concreto, suponen el 19%, una cifra bastante superior a la proporción a nivel nacional, puesto que en España suponen el 13,75%.
En los últimos años, este perfil ha estado marcado cada vez más por la presencia de personas extranjeras, que representan un porcentaje creciente del total de nuevas altas. Se trata, en muchos casos, de personas procedentes de Europa del Este, América Latina, Asia o África, que encuentran en el autoempleo una vía de inserción laboral «ante las barreras estructurales que enfrentan en el empleo por cuenta ajena», según Uatae.
Pero si se hace balance de los últimos cuatro años, desde marzo de 2021 a marzo de 2025, se puede apreciar que los extranjeros son el pilar que sostiene la creación de nuevos negocios. En España suponen el 96,5% de las nuevas altas en ese periodo, donde destaca todavía más el comportamiento de la Comunitat Valenciana, donde frente al aumento de 22.391 autónomos extranjeros, la Seguridad Social sólo ha logrado sumar 2.134 autónomos de nacionalidad española, según los datos de la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA).
Con todo ello, a cierre de 2024 la Comunitat alcanzó un total de 375.728 personas trabajadoras por cuenta propia, con 73.159 extranjeros, lo que sitúa a la región valenciana como la tercera con más peso del colectivo autónomo foráneo en España. Pero, además, la Comunitat fue la región donde más extranjeros se dieron de alta en el RETA en 2024.
La hostelería, el comercio y la construcción se han convertido en los sectores más apetecibles para emprender un negocio en la región valenciana. Sin embargo, este crecimiento de los autónomos foráneos convive con una estructura del colectivo envejecida, donde más del 40 % tiene más de 50 años, y con una escasa incorporación de jóvenes, especialmente menores de 25 años.
La mayoría de los autónomos extranjeros provienen de Europa, con 30.615, de los cuales, 14.965 son de la UE. El segundo grupo más numeroso proviene de América (11.293 personas), siendo Sudamérica el principal origen con 9.834 personas. La presencia de autónomos procedentes de Asia en la Comunitat es de 11.509 personas mientras que de África proceden 4.760.
Este reparto es consistente con la tendencia general en España, donde la inmigración europea y latinoamericana tiene un mayor impacto en el autoempleo. Sin embargo, regiones como Madrid, Comunitat y Cataluña cuentan con una mayor diversidad en la procedencia de las personas trabajadoras autónomas, con un peso más alto de emprendedores asiáticos y africanos.
Jacqueline Isabel Masache, ecuatoriana, y Jimmy Valencia, colombiano, llevaban más de una década en España cuando decidieron dar un giro a sus vidas. Se conocieron trabajando en una cafetería de especialidad en Pamplona y fue allí donde surgió la idea de emprender por su cuenta. Eligieron Valencia por el clima y el tamaño de la ciudad, sin tener contactos ni garantías. «Fue una aventura», resumen.
El inicio de la cafetería Kohi fue duro al no conocer el entorno ni tener visibilidad. «Lo más difícil fue darnos a conocer. Estuvimos casi un año hasta conseguir beneficios», explican. Abrieron el 17 de julio de 2023 y un cliente ucraniano, que llegó por casualidad, se convirtió en habitual y en el primer altavoz para atraer a otros. Pronto descubrieron que gran parte de su clientela era extranjera y adaptaron la oferta. «Tuvimos que aprender sobre sus gustos y cultura del café».
Las inversiones iniciales fueron elevadas. Solo la cafetera o los molinos pueden costar entre 20.000 y 35.000 euros. Ahora, con el negocio en funcionamiento, aseguran estar contentos y su objetivo es seguir creciendo.
Denys y su familia huyeron de la guerra en Ucrania. Decidieron poner rumbo a Valencia y emprender una vida que nada tiene que ver con la anterior. Al menos para Denys, que ejercía como abogado en Ucrania y a día de hoy regenta una empresa de construcción. «En mi etapa como abogado tuve que trabajar con empresas de construcción, por lo que ya conocía procedimientos y la forma de funcionar de la administración, que en el caso de España es muy parecido a la de Ucrania», cuenta Denys con la ayuda de un paisano que le hace de traductor.
Pese a llevar apenas dos años en Valencia, ya ha conseguido montar una empresa con diez trabajadores en plantilla y su objetivo es ir ampliando conforme consigan nuevas licitaciones. Para arrancar el negocio tuvo que recurrir a sus ahorros. «Lo más costoso es la adquisición de maquinaria, seguido de la contratación de personal», explica.
Actualmente está inmerso en la construcción de cinco viviendas en L'Eliana. «Sólo tardamos tres meses en conseguir la licencia. Creemos que en Valencia hay mucho suelo pero no suelo para vivienda, pero eso tiene que cambiar porque habrá más necesidad porque cada vez vendrá más gente de fuera. Por ejemplo, vendrán muchos polacos por miedo a que la guerra se extienda a su país», anticipa.
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Juan Sanchis | Valencia
Ivia Ugalde, Josemi Benítez e Isabel Toledo
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