El granizo destroza la mejor campaña de aceite y vino de los últimos años para el pequeño agricultor valenciano
En la zona de Utiel-Requena la situación todavía no preocupa excesivamente, pero los productores permanecen muy pendientes ante posibles nuevas tormentas veraniegas
Perder el trabajo de todo un año en cuestión de veinte minutos. Es lo que le sucedió a Agustín Pastor, propietario de dos viñedos y ... socio de la Cooperativa de Viver. Sus fincas, ubicadas en Caudiel, fueron las que más sufrieron la tormenta de granizo y viento de este pasado sábado, que golpeó con fuerza a las provincias de Valencia y Castellón.
Publicidad
En un momento este agricultor de 75 años que cultiva sus terrenos con pasión y paciencia al poder hacerlo de ese modo, ya que está jubilado, se quedó sin el 80% de su producto. Como él, otros muchos pequeños productores ven como una campaña que podía ser espectacular, sobre todo de vino y aceite, se va a quedar muy por debajo de lo esperado por culpa a las cada vez más asiduas, más potentes y más tempraneras tormentas de verano.
«Esto ha sido un mazazo, porque la faena ya estaba toda hecha. La planta ya tenía los rácimos justos y ahora lo que queda no merece la pena ni recolectarlo», explica este pequeño productor castellonense, que ahora afronta meses de duro trabajo por delante.
Según las estimaciones realizadas por sus socios, en esta zona del Alto Palancia se pudieron llegar a perder 25.000 kilos de uva en la tormenta del pasado sábado, lo que también supone un descenso importante en la producción final de botellas de vino. «Habrá vino a final de año porque la cooperativa tiene otras fincas, pero será en una cantidad mucho menor», indica Agustín, quien coincide con Cati Corell, directora de producto de la cooperativa: «Pensábamos que podía ser una gran campaña e igual nos quedamos en una campaña justita».
Publicidad
Los pequeños viticultores de zonas como el Alto Palancia o La Serranía, donde dos granizadas seguidas el pasado mes de mayo hicieron olvidar las posibilidades de recuperar la confianza perdida en los últimos años con unas buenas cifras de producción, han visto como la cosecha que debía empezar a recogerse en septiembre se ha difuminado en cuestión de minutos.
«Venimos de años de tanta penuria que esto es todavía un fastidio mayor, porque anímicamente deja muy tocada a la gente», explica Cati Corell, que, con sus palabras, refleja a la perfección el sentir de los pequeños agricultores como Agustín. «La planta estaba en condiciones muy buenas por las lluvias primaverales. Además, más allá de las pérdidas económicas muchos de nosotros hacemos esto por ilusión. Ahora eso se ha ido al suelo», comenta el productor del Alto Palancia.
Publicidad
En la zona de Utiel-Requena, donde las tormentas con granizo también afectaron parcelas muy localizadas el mes pasado, no existe excesiva preocupación, ya que pese a haber sido un año marcado por la dana y por los episodios de fuertes lluvias se espera una cosecha mucho mejor que la de los últimos tres años. Desde la Unió Llauradora i Ramadera explican que en aquellos lugares en los que la piedra afectó pueden producirse pequeñas variaciones respecto a lo que se esperaba, sin embargo confían en que el final del verano pueda confirmar una buena cosecha en cantidad y en calidad.
Sin embargo, los trabajos para salvar el producto no se centran exclusivamente en los viñedos, sino también en los campos de olivares, almendros o nogales de la zona. La producción de aceite de oliva, que en la zona de Viver suele ser de una elevada calidad, puede verse mermada por la tormenta de esta semana.
Publicidad
Desde las Cooperativas Agroalimentarias de la Comunitat Valenciana, suscritas a Concoval, garantizan la continuidad de la actividad en las cooperativas «porque tienen que cumplir con sus socios», aunque plantean posibles alternativas para tratar de «sacar la mejor retribución posible al producto del que dispongan». Entre las que se han llevado a cabo en otras ocasiones cuando se han producido inclemencias meteorológicas similares a las de esta semana destacan la reducción del tiempo de las campañas para ahorrar costes o la unificación del producto que debía llegar a varias cooperativas en un sólo almacén.
Por el momento, ni en la zona de Viver ni en la de Villar del Arzobispo, dos de las más afectadas por el pedrisco en los últimos meses se plantean estas alternativas. El objetivo ahora pasa por evitar que los daños que provocaron las precipitaciones puedan prolongarse en el tiempo. Para ello tanto las cooperativas como los propios agricultores aúnan esfuerzos en la búsqueda de tratamientos para conseguir, en el caso de los viñedos, que cicatricen los sarmientos y se recupere la planta.
Publicidad
En el caso de la oliva, el proceso será algo más pausado, según explican desde la cooperativa de Viver, ya que todavía «hay que ver cómo evoluciona el cultivo conforme avance el verano». El temor a nuevas tormentas acecha entre el sector agrícola.
El precio final no se verá afectado
A pesar de la bajada de producción, el leve peso que tienen productos como el vino o el aceite en la producción nacional hará que el precio final no varíe con respecto a años previos.
Desde la Unió Llauradora i Ramadera también insisten en que las importaciones tienen un peso cada vez mayor en productos en los que la Comunitat antes contaba con un claro liderazgo, como son los cítricos. De tal modo, los daños en la cosecha sólo se traducirán en un mayor coste para compensar las pérdidas del productor, que no puede elevar demasiado el precio, porque se desajustaría dentro de un mercado con cada vez más competidrores.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión