foto cedida por teresa bueso
HISTORIAS DE SUPERACIÓN

Teresa Bueso: «Volvería a romperme la rodilla 1.000 veces»

La jugadora valenciana relata cómo sus dos lesiones le sirvieron para evolucionar en el rugby y a nivel personal pese a perderse los Juegos

Lunes, 21 de febrero 2022, 00:51

Teresa Bueso vislumbraba la recta de meta. Hace más de un lustro, estaba a punto de cumplir el sueño de casi todo deportista: disputar ... unos Juegos Olímpicos, en concreto, los de Río 2016. Este evento ha acabado convirtiéndose en una maldición para ella. O una bendición, ¡quién sabe! Meses antes de la cita de Brasil sufrió una grave lesión de rodilla que le cambió la vida. Cuando volvía a pelear con la selección española seven, esta vez por Tokio 2020, sufrió la misma dolencia, pero en la otra articulación. «He jugado Europeos, el Mundial, y nada... ¡hasta que llegan los Juegos!», comenta medio en broma. Con el tiempo, ha extraído una lectura positiva a algo que podría llegar a hundir a cualquiera, hasta el punto de afirmar: «Volvería a romperme la rodilla 1.000 veces».

Publicidad

La valenciana de 24 años empezó con el rugby a los 8 gracias a Enrique y Enrique, su padre y su hermano: «Yo era muy deportista de siempre, sobre todo jugaba a tenis y fútbol. Los vi a ellos y quise probar». Hasta ahora. Formada en el CAU Valencia, integraba en 2016 una generación que había logrado un hito: clasificar a los dos equipos de España, el masculino y el femenino, para Río 2016, donde el rugby seven se estrenaba en un programa olímpico. Pero entonces llegó la lesión y ella, con su rodilla quebrada, decidió romper con todo: «Quería alejarme de aquí, por eso me marché a estudiar a Estados Unidos».

No se separó, claro está, del rugby. «Lo que me gustó de allí fue las facilidades que te dan los profesores, que les dices que tienes un examen y te lo cambian sin problema. Te dan millones de oportunidades, es más fácil llegar a la élite», comenta Teresa Bueso. Estudió en la Universidad Lindenwood y en diciembre ya estaba compitiendo: «Allí hay equipo en las high school, por lo que las chicas ya llegan al equipo de la facultad con un nivel». Compartió vestuario con jóvenes de distintos países como Australia o Nueva Zelanda y viajó por todo Estados Unidos.

Ganaron varias ligas, tanto de la modalidad seven como de 15. «Si no me hubiera lesionado, habría ido a los Juegos y habría estudiado aquí. No habría crecido tanto, ni en el rugby y ni como persona. Aprendes a afrontar las adversidades, a seguir adelante en días en los que crees que ya no puedes más», reflexiona Teresa Bueso: «Y además todas las experiencias, conocer gente tan distinta, viajar por todo el país, el idioma...».

Publicidad

Todo esto la ayudó, por ejemplo, a encarar con naturalidad la segunda lesión: «Siempre dicen que cuando te rompes una rodilla, a los cuatro o cinco años te pasa lo mismo en la otra. Y yo nunca he jugado con miedo». Pero sí había aprendido a gestionar sus sentimientos y a apoyarse en otras personas si es necesario: «Mi primera lesión me pilló en Estados Unidos y los tiempos me coincidieron con un chico del equipo masculino que le había sucedido lo mismo. Compartimos tiempos de recuperación, rehabilitación...».

Experimentó que sólo con sacrificio se puede volver a la casilla de salida. En su caso regresó a la alta competición y terminó sus estudios de administración y dirección de empresas. Se sacó un máster sobre relaciones internacionales y diplomacia y, con la llegada del Covid, decidió que era hora de regresar a España.

Publicidad

Crimen financiero

Ahora trabaja en Madrid, en el Grupo Santander, en un departamento de supervisión del crimen financiero. «Y no sólo eso, por las tardes hago un máster», precisa a modo de argumento. Ha decidido pausar su dedicación al rugby, que no dejarlo de lado: «Al menos este año he sentido que necesito desarrollarme en otros aspectos».

Esto no impide que siga entrenándose por su cuenta y haya decidido volver a sus orígenes: el CAU. Desde marzo competirá con un equipo joven, recién ascendido y que lucha por mantenerse en la División de Honor B. Sobre si se plantea pelear por París 2024 y romper, al fin, su maleficio con los Juegos, se muestra tajante: «Quiero disfrutar con el club de mi vida, este año no me planteo objetivos grandes». Tras superar dos lesiones graves se siente capaz de afrontar cualquier reto.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio

Publicidad