Mbappé se lamenta tras fallar una clara ocasión ante el Girona. Efe
Jornada 14

El Real Madrid vuelve a griparse en Montilivi

El equipo de Xabi Alonso sufre otro atasco frente a un Girona que le cortocircuitó con un bloque bajo, suma su tercer empate consecutivo en Liga y se queda a rebufo del Barça

Óscar Bellot

Madrid

Domingo, 30 de noviembre 2025, 23:17

El Real Madrid volvió a echar en falta este domingo el talento del que desde hace mucho tiempo carece en la sala de máquinas, concedió su tercer empate consecutivo en Liga y fue incapaz de recuperar el liderato que le había arrebatado el Barça el día anterior. Los azulgranas, que salieron del clásico con cinco puntos de desventaja, sacan ahora uno al equipo de Xabi Alonso, que ha cambiado las neuronas por el músculo en el centro del campo y no levanta cabeza.

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Un noviembre negro en el que se le han subido a las barbas tres rivales que juegan en otra liga como son el Rayo, el Elche y el Girona deja a los blancos a rebufo del nuevo líder de Primera, con el Villarreal y el Atlético pisándoles los talones y la planificación deportiva también puesta en tela de juicio, por más que los palos casi siempre vayan para Xabi Alonso. Tal vez al guipuzcoano puedan reprochársele cosas en el ámbito de la gestión, pero no fue intención suya abordar una nueva temporada sin un motor capaz de combustionar una maquinaria que volvió a griparse en Montilivi y abordará una final el miércoles en San Mamés frente al Athletic.

Los triunfos de Barça, Villarreal y Atlético dejaron sin red al Real Madrid, que saltó a Montilivi con un tercer puesto provisional en la tabla y sintiendo el aliento del conjunto colchonero. Bajo presión máxima de sus rivales, Xabi Alonso efectuó cinco cambios respecto al once que conformó el miércoles en la Champions. La nota más relevante fue el regreso a la zaga de Militao y Rüdiger, recién salidos ambos de la enfermería. En la medular aparecieron Bellingham y Arda Güler, dos talentos híbridos que codician la mediapunta. Frente al Girona le tocó al inglés desempeñarse de inicio como interior, dejando al turco la misión de enlazar con Vinicius y Mbappé, una pareja que esta vez no tuvo carga atómica.

Girona

Gazzaniga, Hugo Rincón (Francés, min. 72), Arnau, Vitor Reis, Álex Moreno, Witsel, Iván Martín, Tsygankov (Asprilla, min. 72), Ounahi (Abel Ruiz, min. 83), Bryan Gil (Joel Roca, min. 72) y Vanat (Lass, min. 83).

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Real Madrid

Courtois, Trent (Gonzalo, min. 89), Militao, Rüdiger, Fran García (Carreras, min. 89), Valverde, Tchouaméni (Rodrygo, min. 72), Bellingham, Arda Güler (Camavinga, min. 46), Mbappé y Vinicius.

  • Goles: 1-0: min. 45, Ounahi. 1-1: min. 67, Mbappé, de penalti.

  • Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Comité Vasco). Amonestó a Gazzaniga, Ounahi y Vanat.

  • Incidencias: Partido correspondiente a la decimocuarta jornada de Liga, disputado en Montilivi ante 14.005 espectadores.

Había reclamado Xabi Alonso a sus futbolistas en la previa que fuesen agresivos, protagonistas e intensos a la hora de recuperar y estos cumplieron con una puesta de escena energética frente a un Girona en el que Míchel replicó la alineación que empató contra el Betis y dispuso un bloque bajo que puso coto al dominio territorial que estableció el Real Madrid.

El conjunto visitante amasó balón en la primera parte, pero le faltó profundidad para dañar a un adversario que lanzó un par de avisos en transición antes de que Ounahi castigase otro desbarajuste defensivo del Real Madrid rematando un centro desde la derecha de Tsygankov. Poco antes, Gazzaniga había registrado un paradón en respuesta a un cabezazo imperial de Militao y Mbappé vio cómo el VAR le invalidaba un tanto por mano previa en una embarullada acción en la que el Girona reclamaba falta sobre Arnau. Del posible 0-1 al borde del descanso se pasó al 1-0 que obligaba al Real Madrid a remar a contracorriente en la segunda parte.

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Más corazón que cabeza

Reaccionó Xabi Alonso retirando a Arda Güler, menos entonado que otros días, para dar entrada a Camavinga al inicio de la segunda mitad. El cambio de piezas concedió mayor libertad de movimientos a Bellingham, que empezó a pivotar en las inmediaciones de la frontal para intentar abrir una lata que estaba cerrada a cal y canto.

Sin capacidad para activar el parabrisas, tirar desmarques ni filtrar pases, el Real Madrid incurrió en ataques precipitados a costa de descubrirse atrás, lo que pudo costarle más caro aún de no tener a un portero estratosférico como Courtois, que impidió un gol cantando de Vanat.

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Equipo que lleva la valentía por bandera con independencia de que le sonrían o no los resultados, el Girona asumió el riesgo de que el partido se descosiese, un escenario que complacía a un Real Madrid que sufre muchísimo en los ataques estáticos, pero que resulta quirúrgico cuando los duelos se ponen bravos. Nadie disfruta tanto con ese guion metalero como Vinicius, que sacó de rueda a Hugo Rincón en el área y provocó el penalti convertido por Mbappé que devolvió a la vida al Real Madrid.

Redoblaron su ofensiva en busca de la victoria los hombres de Xabi Alonso, que se recompusieron en torno a un 4-3-3 con la entrada de Rodrygo por Tchouaméni, mientras el Girona se rearmaba con un triple cambio para frenar el vendaval. Tuvo el 1-2 Vinicius con uno de sus clásicos disparos que cogió esta vez demasiado vuelo, Rodrygo reclamó penalti por un toque de Joel Roca que De Burgos Bengoetxea estimó insuficiente para decretar la pena máxima y a Mbappé le faltó una pizca para arreglarlo todo a última hora con un remate que no cogió puerta. Puso el Real Madrid corazón, pero le faltó cabeza y ve cómo la Liga cambia de color mientras rumia sus penas.

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