Xabi Alonso, con cara de circunstancias en Anfield. Phil Noble (Reuters)
Análisis

Anfield retrata las carencias del Real Madrid

Sin ritmo suficiente para plantar cara a un Liverpool mucho más agresivo en los duelos, los blancos sucumbieron en otro partido de tronío y avivan las dudas que dejó el derbi y acalló el clásico

Óscar Bellot

Madrid

Miércoles, 5 de noviembre 2025, 13:26

El Real Madrid pudo salir chorreado este martes de Anfield. No ocurrió por la simple razón de que tiene bajo palos al mejor portero del ... mundo, uno que come en la mesa a la que se sientan los más grandes de todos los tiempos. Un Liverpool que llegaba en horas bajas pasó por encima de un equipo que concurrió al templo de Merseyside con la moral por las nubes, registros históricos y un técnico que estaba recibiendo una lluvia de parabienes. Todo eso queda puesto en tela de juicio a raíz de lo ocurrido en el recinto 'red', donde el conjunto dirigido por Arne Slot desencadenó una tormenta que se llevó por delante a los visitantes. Aunque Xabi Alonso tratase de poner paños calientes a una derrota que pudo ser mucho más dura y mostrase una preocupante falta de autocrítica, al menos de puertas para afuera, lo cierto es que el duelo con el vigente campeón inglés volvió a poner de manifiesto las carencias de una escuadra que necesita mejorar en muchas facetas para recuperar el trono europeo.

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Si bien conviene huir de análisis tremendistas al calor de un tropiezo que podía permitirse en uno de los estadios más complicados de Europa, queda claro que a la tropa de Xabi Alonso le falta todavía ritmo y agresividad en los duelos para resultar fiable en pleitos de máxima exigencia con otros colosos del Viejo Continente, especialmente los de la Premier League, cuyo nivel de intensidad está a día de hoy muy por encima del que presentan los representantes de la Liga.

El Liverpool tuvo menos posesión en Anfield que el Real Madrid, pero recuperó más balones (43 frente a 34), recorrió más kilómetros (110,2 por los 106,5 que cubrieron los blancos) y disparó más veces (17, con nueve remates entre los tres palos, frente a los ocho que efectuó el Real Madrid, de los cuales solo dos fueron a puerta). Los hombres de Arne Slot salieron con el cuchillo entre los dientes, traspasaron con pasmosa facilidad las líneas enemigas y se plantaron con frecuencia en las inmediaciones del área de Courtois, que rozó la antológica actuación que permitió al Real Madrid levantar la Decimocuarta en París precisamente ante el Liverpool, pero que terminó siendo superado a la salida de una falta innecesaria de Bellingham al borde del área que ejecutó con maestría Szoboszlai y que cabeceó a la red Mac Allister.

El centrocampista argentino del Liverpool burló la tibia marca de Huijsen para descerrajar a Courtois y poner de manifiesto, una vez más, los enormes problemas que está teniendo el Real Madrid en la defensa del juego aéreo. Cinco de los doce goles que ha encajado el equipo de Xabi Alonso en lo que va de temporada han llegado por esa vía de agua que aprovecharon el mallorquinista Muriqi, el levantinista Etta Eyong y los rojiblancos Le Normand y Sorloth antes de que lo hiciera el Colo este martes.

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Muchos señalados

Huijsen está precisamente en el foco tras la deslucidísima actuación que completó en Anfield. El internacional español perdió 15 balones y falló 14 de los 70 pases que intentó, con un porcentaje de acierto del 80% que está muy por debajo de los registros habituales de un zaguero que llama especialmente la atención por su buen manejo de la pelota y que en la Liga completa con éxito el 88,23% de las entregas que efectúa. Al margen de esos datos, dejó un error grosero en un mal despeje que precipitó un disparo de Szoboszlai que repelió Courtois con una parada descomunal y se ganó la amarilla por una acción en la que rozó incluso un mayor castigo. Al todavía bisoño central, que ya naufragó en el derbi, le falta contundencia y volvió a suspender en Anfield, donde evidenció de nuevo una blandura defensiva que contrasta con la jerarquía que demostró Carreras, quien sí ha despejado las dudas que ofreció en el Metropolitano.

También salió malparado Camavinga, anárquico y desubicado en esa banda derecha en la que sí rindió en el clásico y al que Xabi Alonso acabó sustituyendo para dar entrada a Rodrygo, quien no levanta cabeza. El tolosarra no se salva, ni mucho menos, de la quema. Intervino tarde y mal, con ese manejo de los tiempos que tanto le reprocharon a Ancelotti. Debió reaccionar en el descanso y los relevos, cuando llegaron, no sirvieron para modificar el escenario. No se llevó la sangrante goleada que encajó la pasada campaña cuando visitó Anfield al mando del Leverkusen (4-0), pero eso debe agradecérselo a Courtois, casi el único que mantuvo el tipo.

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