Zevra se afianza entre los grandes festivales de España con una edición vibrante y 155.000 fans
Estopa protagonizó el concierto más memorable de la cuarta edición del evento de Cullera, ante 35.000 almas entregadas con un directo sensible, cercano y arrollador
Manuel García
Cullera
Lunes, 21 de julio 2025, 09:12
Un éxito y un gran sabor de boca. La cuarta edición de Zevra Festival se despidió esta pasada madrugada del domingo al lunes dejando una sensación de éxito rotundo entre público, organizadores e instituciones. En apenas cuatro veranos desde su debut, en 2022, este festival ubicado en la playa de Cullera ha escalado posiciones hasta convertirse en una de las grandes citas musicales del verano en España. Durante los tres días de conciertos (viernes, sábado y domingo), se han congregado un total de 155.000 personas, una cifra que iguala la asistencia de la anterior edición.
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Según el equipo organizador, más allá del dato de asistencia, lo más destacable ha sido el altísimo nivel alcanzado en ambiente, producción, seguridad y calidad artística. El recinto, de 300.000 metros cuadrados, se ha convertido en un bello paraíso de la música, el baile, el ocio y la gastronomía. Miles de jóvenes han disfrutado de una experiencia orientada al hedonismo, los placeres sensoriales y el culto a la imagen.
El cierre de esta edición corrió a cargo de Estopa, que ofreció un concierto apoteósico ante 35.000 fans. Los hermanos Muñoz desplegaron su carisma habitual en un show vibrante, cargado de energía, simpatía, grandes éxitos y emoción a flor de piel. Temas como 'Fuente de energía', 'Cacho a cacho' o 'La raja de tu falda' fueron coreados por miles de voces en un cierre inolvidable sobre el escenario principal, realzado por la fantasía decorativa que los envolvía, así como una deslumbrante producción audiovisual.
Además de Estopa, sobre los 8 escenarios de Zevra han brillado con fuerza artistas como Dei V, Arcángel, Duki, Maldita Nerea, Yan Block, Omar Montes, Omar Courtz, Camela, Alleh & Yorghaki, Jhayco, Justin Quiles, Cali y El Dandee, Jason Derulo y La Fúmiga, que ofrecieron actuaciones memorables y encendieron al público con sus shows.
Aunque el calor apretó —hubo alerta naranja decretada por AEMET—, no logró empañar el ambiente festivo gracias a una batería de medidas que la organización desplegó para prevenir golpes de calor e insolaciones: 350 puntos de agua corriente, suministro ininterrumpido de agua potable 24/7, zonas sombreadas en la acampada —con 300 árboles y más de 50.000 metros cuadrados protegidos con parasoles—, bungalows con aire acondicionado... Este año se ha estrenado una nueva manguera difusora de agua pulverizada en los escenarios. Además, los bomberos varios algunos manguerazos en los conciertos programados antes de la puesta de sol.
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Durante la jornada de hoy, lunes 21 de julio, los últimos asistentes comenzarán a abandonar la zona de acampada, que estará completamente desalojada hacia las 15 horas. A partir de ahí, el operativo de limpieza actuará para devolver el recinto y su entorno próximo a su estado original en un plazo máximo de 24 horas.
Zevra ha conectado a la perfección con la generación Z —jóvenes entre 16 y 25 años— gracias a una propuesta pionera, visual y completamente hedonista. El recinto, uno de los más bonitos de España, está cubierto con césped artificial, salpicado de palmeras, esculturas gigantes, espacios instagrameables, una noria panorámica y múltiples rincones temáticos. La experiencia se completa con más de 30 puestos de restauración, estudio de tatuajes, peluquería, salón de maquillaje, y experiencias de marca que convierten el festival en un universo de placeres mundanos.
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En esta edición, además, el cartel se ha tornado más ecléctico e intergeneracional para incorporar también a los millennials. El cartel incluía guiños al público de entre 30 y 40 años, y éste respondió llenando los conciertos de Álex Ubago, Camela, Maldita Nerea o Sonia y Selena, que volvieron a interpretar la mítica 'Yo quiero bailar', que fue canción del verano en 2001.
Para Cullera, la celebración de Zevra supone un poderoso revulsivo para su economía local. Las calles, alojamientos y comercios se han visto llenos de jóvenes llegados de toda España, especialmente de comunidades cercanas como Cataluña, Castilla-La Mancha, Murcia o Aragón, y cada vez más de regiones más alejadas como Andalucía, Asturias o el País Vasco.
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Con las terrazas llenas, los hoteles y apartamentos reservados casi al 100%, y un ambiente de agitación juvenil en toda la ciudad, la cita musical aporta un incremento de la ocupación, la actividad y los ingresos para el tejido empresarial y el sector turístico de toda la comarca de la Ribera Baixa.
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