«¿Para qué coño escribir una canción? Para que sea el asidero de mucha gente»
Los cartageneros Arde Bogotá, en plena gira, llegan el sábado al Ciutat de Valencia en su mejor momento y Antonio, su cantante advierte: «Vamos a montar un pifostio»
Arde Bogotá actuará en Valencia el próximo sábado a partir de las 22.30 horas en el estadio del Levante. Los cartageneros abrieron el ... verano en casa en la Cuesta del Batel, pasaron por el Mad Cool, arreció en Galicia y aquí hay ansia y expectación por verles. La semana que viene, a Santander. Los cobwoys del rock español intentan hacerle la vida menos dura a ese batallón de fans. En 2021, Les Arts Lite los puso en el mapa en Valencia y ahora llegan con el 'sold out' al Ciutat.
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–Venís de A Coruña con un doble baño, el de masas y el chaparrón que os cayó encima, que ahí lo estuvisteis aguantando.
–(Ríe) El doble baño es un término que todavía no habíamos utilizado. Está muy bien. Nos cayó la del pulpo...
–Otros hubieran dado por suspendido el concierto...
–Es que la gente aguantaba ahí, eran duros. Tuvimos que parar porque dos guitarras dejaron de funcionar. Y el público ahí seguía. Hablamos con los técnicos, hubo que operar de urgencia, revivieron los instrumentos y a tope hasta el final. La gente estaba cantando, bailando y entregada bajo el agua. Y en esa simbiosis seguimos adelante. La gente no se iba, entonces no nos podíamos ir nosotros. Los bomberos nos dijeron que no había peligro y nadie en el equipo tenía en la mente cancelar.
–¿La garganta bien, se quedó tocada por ese aguacero?
–La llevo abrigada, como siempre. Me tuve que cambiar de ropa pero siempre me la estoy cuidando.
–Valencia os espera con ganas, ansiosa.
–La gente allí nos trata muy bien. Cada visita ha sido más multitudinaria. El sábado va a ser un concierto muy especial.
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–Leiva actuó el sábado pasado y dejó el listón muy alto con su Gigante. Esperemos que no llueva pero la humedad está garantizada aunque vosotros sois mediterráneos y sabéis de qué va esto.
–En Cartagena pasa un poco lo mismo. Vivimos cerca del mar y casi sin moverte acabas empapado. Pero ya te digo que lo prefiero antes que la lluvia.
–Volvéis a una Valencia distinta a la última vez, sensible por lo sucedido con la dana pero que a la vez busca vías de escape para superar la tragedia. El tema 'La torre Picasso' lo cerráis con 'Bailaré con el dolor', una frase catártica que se pueden aplicar muchos de los que el sábado estarán en el Ciutat de Valencia.
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–La dana justo nos pilló con dos o tres conciertos por medio. Y a veces nos preguntábamos, ¿cómo podemos subirnos a un escenario cuando a 200 kilómetros de aquí hay miles de personas que lo han perdido todo? Te haces muchas preguntas porque sabes que ha sido algo aterrador. En esa lucha interior, una amiga me dijo: Antonio, la gente va a los conciertos un poco a eso, a luchar contra lo aterrador. Ir al cine, a ver una obra de teatro, a salir de lo aterrador. Y entendí que en este caso nosotros, Arde Bogotá, podemos servir también de bálsamo para todas esas personas que vienen a vernos y tienen un mal momento. Pienso que lo hicimos bien en ese momento de dudas porque le da sentido al curro que hacemos. Encontrar un espacio de seguridad y de emoción por lo que habéis vivido por allí.
–Vuestras letras son duras, de garra, de echar hacia adelante.
–Estábamos hablando de afrontar y de cómo superar el duelo. El dolor hay que entenderlo y saber colocarlo. Lo que cantamos en muchos casos viene de experiencias personales pero tiene mucho valor que el público pueda extrapolar eso a experiencias personales, como las vividas en Valencia.
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–Un grupo muchas veces parte de lo personal para desnudarse en un disco y un escenario ante miles de personas.
–Claro, claro, lo pienso muchas veces. ¿Qué necesidad hay de compartir algo que es como muy personal o qué necesidad hay de hablar de esto? Pero me lo dijo un amigo, con una respuesta a esa pregunta: lo que cuentas nos sirve a los demás a veces para tener un asidero. Me dijo que le ponía palabras a lo que estamos viviendo o sintiendo.
–A veces mostráis sin ser conscientes rendijas por las que colarse.
–De eso va la experiencia artística en general y la música en particular. Y lamentablemente hablamos de una parte súper jodida, que puede ser la realidad de una persona. Pero también creo que sirve para lo contrario, para ser una presentación festiva, una celebración y formar parte de la diversión de alguien. Últimamente me he planteado mucho para qué coño escribir una canción, para qué coño hacer un disco, para qué coño publicar... Y pienso que yo cuando he estado jodido la música ha sido un asidero.
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–¿Y eso es un reto?
–El reto es que también me gustaría ser y hacer mi propio asidero en el futuro. O sea, hacer canciones que me ayuden a disfrutar o a entender los momentos jodidos. Y si le sirve a alguien más, pues mejor que mejor. Para eso sirve hacer cualquier cosa artística, no sólo para acompañarte a ti mismo sino para acompañar a alguien.
–¿Seguís siendo esos cuatro colegas, Antonio, Jota, Pepe y Dani, que empezasteis en Cartagena?
–Por supuesto, y a ver, en este tránsito, en estos años evidentemente hemos pasado por todo. Ten en cuenta que ahora mismo es a la gente que más veo al día en todo el planeta, los veo más que a mi madre...
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–Eso me decía una amiga, pregúntale cuánto tiempo ve ahora a sus padres...
–Los veo, los veo... pero veo mucho más a la gente de la banda. La suerte que hemos tenido es que conforme se ha profesionalizado el proyecto, la relación entre nosotros ha mejorado. Cuando más tensa ha estado la situación es cuando tienes que convivir muchísimas horas y estás más cansado. Ayudas a montar y desmontar, conduces, vas en la furgo y se rompe el aire... Te llegas a mandar a la mierda (ríe) como lo harías con cualquiera... Pero la fortuna de que el proyecto haya ido tan bien y de que ahora podamos contratar a una persona para que conduzca por nosotros, poder ir más cómodos en el viaje, gente que monta y desmonta... Ahora, si hay un problema de verdad, pues estamos frescos y tranquilos para resolverlo con cabeza y no sólo con furia.
–¿Quién es el que pone ahí el orden?
–Diría que soy yo el que ejerce un poco más de más mediador pero también soy bastante cascarrabias. Entonces ahí ya medio si decimos 'me estás hablando fatal'... ahí sale el 'acho, lo siento...'
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–Llegué a vosotros hace unos años por youtube con 'Cariño' y el vídeo de la patinadora. Pero el día que mi hijo, con 16 años, se duchaba con 'Los perros' de fondo me di cuenta que ya estábais a otro nivel. Sois una banda abierta a todas las generaciones.
–Es una cosa curiosa de la banda y no tengo una explicación. El otro día lo hablaba con un colega. Volví de A Coruña en mi coche, paré en Ávila a comer y me paró una señora que iba con su hija, una niña de diez o doce años, y a las dos les gustaba Arde Bogotá. Luego me paró en Albacete un señor lleno de tatuajes, la voz áspera y con más pinta de heavy que una tormenta de hachas. Esta gente comparte un gusto en común, como mínimo.
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–¿Crees que habéis emergido en un momento donde el público demandaba otra cosa?
–Mucha gente nos ha descubierto en festivales, que son lugares que hemos habitado y a partir de ahí se ha sumado a Arde Bogotá. Gente que comparte el gusto por otras bandas. También creo que hay gente que se ha venido porque le gusta mucho las bandas de guitarra, otros que llegan por 'La torre Picasso' y después se quedan por otras canciones. Creo que hay en todo esto una mezcla maravillosa que es la que permite que podamos ir a Valencia a tocar a estadios como el del Levante. Es bonito que vengan a vernos en festivales pero si no sumáramos gente no podríamos hacer pifostios como el del sábado en Valencia.
–Una vez subes de nivel, ¿os permitís el lujo de poder seguir haciendo las cosas a vuestra manera? Un tema de casi nueve minutos como 'La torre Picasso' no es fácil en un mundo de consumo acelerado. Podéis decir: esta es nuestra apuesta.
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–Sí, totalmente. Ahora estamos en hacer otro disco, hacer cosas nuevas, lo que nos dé la gana y por donde nos lleve la intuición. No hay otra cosa. Y tiene que ser así y creo será así siempre. Unas cosas que hagamos nos gustarán más y otras menos, pero tienen que ser cosas que nos emocionen y que tengan sentido para nosotros.
–¿Lees mucho?
–Leo bastante, sí. Ahora leo mucha novela y voy un poco a lo que me llega. Trato de rodearme de gente que me recomiende cosas que sé que me van a gustar. Tengo amigos que son mucho más lectores que yo, entonces voy siguiendo su rastro. Ahora estoy leyendo 'Trenes hacia Tokio' de Alberto Olmos.
–Os han dado el 'Castillete de oro' del Cante de las Minas. Eso es ser profetas en Cartagena.
–En orden de importancia de festivales del mundo mundial para mí el segundo más importante, después de la Mar de Músicas que nos marcó a todos. Al Cante de las Minas todos lo miramos con pleitesía, por la trascendencia cultural que uno siente que tiene, un templo de la música, es que es literalmente una cueva donde sobreviven géneros musicales que sin este festival no existirían. Creo que eso es lo más grande que puede hacer un evento musical, salvar géneros musicales como ha hecho este festival con los cantes de levante y los cantes de las minas.
–Murcia está en el mapa. La desaparecida Second, Viva Suecia, Arde Bogotá... hay buena salud musical en tierras murcianas.
–Muy buena. Hay mucha propuesta nueva también haciendo música, haciendo cosas muy chulas. Hay un montón de propuestas por ahí en la escena murciana que están muy bien y que son muy distintas entre ellas, que es para mí lo más interesante.
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–En Cartagena apareció por el escenario Kutxi Romero de Marea, habéis hecho con Sober 'Arrepentido', Bunbury, Dorian, Comandante Twin, Dani Fernández...
–Nos gusta lo que hacemos. Nos gusta la música. Nos gustan los escenarios. Me gusta conocer gente. Me gusta hacer cosas y todo es fruto de la amistad de gente a la que hemos conocido por el camino y compartimos con ellos poder cantar, hacer música, tocar. Si es que no es otra cosa. Yo creo que todo tiene que estar fundamentado en eso. Lo mejor que nos deja esta profesión es la gente que hemos conocido.
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