Un abanico desde la zona cero para dar las gracias

Aldaia Ferran Abanicos, empresa que produce abanicos artesanales desde 1942, ha presentado su última creación: un abanico que simboliza la solidaridad de los voluntarios tras la dana.

El abaniquero y diseñador de este modelo, Fernando Folgado, ha explicado que la empresa, miembro del Gremi de Mestres Abaniquers, resultó gravemente afectada por la barrancada. «Sobre todo hemos tenido daños en la materia prima que teníamos preparada para toda la temporada», ha dicho el artesano, y ha añadido que, debido a la magnitud de las pérdidas, se vieron obligados a cancelar numerosos pedidos.

Su fábrica, ubicada en Aldaia, una de las zonas donde la dana dejó huella, sufrió graves daños que no solo estropearon la materia prima con la que contaban. Folgado cuenta que en el local el agua y el barro llegó a subir unos 70 centímetros, «más que nada en la planta baja, donde el agua deterioró máquinas antiguas que son difíciles de recomponer», ha asegurado. «Todavía queda barro, pero como hemos tenido muchos pedidos que atender no hemos podido limpiar al cien por cien», ha dicho, lo que evidencia que a pesar de haberse recompuesto tras nueve meses de la riada, las secuelas aún son visibles en su recinto.

El proceso de creación de un abanico es largo. «Nos toma aproximadamente 60 días en hacer un abanico», cuenta Folgado. «Se humedece la madera para la laminación, y luego tiene que estar este periodo de tiempo para secarse», ha relatado, y ha indicado a su vez que deben «pasar por unas diez manos diferentes, en el menor de los casos» a la hora de calar el abanico. Este calado lo realizan con tecnología de corte láser, lo cual les posibilita recrear «casi cualquier imagen», concluye el artista.

Pocos días después de las riadas, Folgado diseñó este abanico con el propósito de agradecer la ayuda recibida, ya que no solo su empresa está en Aldaia, sino que además él es vecino de Picanya, otro pueblo de la zona cero. «Fuimos triplemente afectados, pues vivimos en Picanya, nuestra fábrica está en Aldaia, y tenemos una tienda en Valencia», ha contado.

El abanico 'DANA: som un poble' fue ideado para agradecer a las miles de personas voluntarias que se volcaron inmediatamente en la ayuda en los pueblos arrasados, y el diseño lo demuestra; este artefacto destaca por la imagen del puente de la solidaridad de Paiporta y las personas que cada día lo cruzaban para arrimar el hombro. «Cuando lo sacamos en la tienda, la gente se emociona», asegura Cristina Murciano, de Ferran Abanicos.

«El aluvión de gente que vino con intención de ayudar ya sea en la fábrica o en nuestras casas fue realmente impresionante», ha dicho el artesano de Picanya: «Es un homenaje y reconocimiento a ellos». «Quería reflejar estas imágenes a través del abanico, pues con ese empujón por parte de ellos pudimos salir de este enfangamiento», ha añadido con convicción.

Aldaia es la cuna mundial de este producto tradicional, ya que produce más del 80% de los abanicos de toda España y es la capital de este complemento. La fabricación en la zona de Valencia ya se muestra en los escritos medievales, lo que hace de este sector valenciano uno de los más antiguos y emblemáticos de la artesanía local.

La Diputación de Valencia, a través de la Vicepresidenta primera, ha comprado 200 ejemplares para contribuir a la recuperación de este sector artesanal que la dana del 29 de octubre puso en riesgo. Estos serán repartidos a las personas mayores que asistan a actos institucionales de la corporación provincial este verano.

La vicepresidenta primera, Natalia Enguix, asegura que desde el área de Promoción Económica impulsan medidas dirigidas a los afectados por la dana, pues «hay mucho por hacer» y los comercios deben volver a la normalidad.

En esta línea, Enguix ha adelantado la puesta en marcha de una nueva iniciativa de la Diputación para impulsar la economía en los municipios, en especial en los que resultaron afectados por la dana. Se trata de bonos comercio para ayudar a miles de establecimientos afectados, «en cuya recuperación debemos implicarnos todas las instituciones».