Con púlpito. «Los que van de buenos me aterran, es empalagoso y falso».

«Esperanza Aguirre sólo es demasiado crédula»

«Lluís Llach, el inefable cantautor de la libertad, ahora se nos ha metido a comisario soviético partidario de las purgas»

ARANTZA FURUNDARENA

Domingo, 30 de abril 2017, 21:03

Cuarenta años después de La Torna, Boadella sigue sobre un escenario. Pero ahora, con púlpito. Y lo que denuncia no es aquella dictadura sino la «extrema derecha del nacionalismo» y la «progresía farisaica». Más libre y malicioso que nunca, representa en el teatro Marquina de Madrid 'El sermón del bufón'.

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¿No es impropio de un bufón dar sermones?

Convertirse en predicador es normal a cierta edad. Es lo mismo que la castidad. Con los años uno va siendo cada vez más casto, je, je... Por obligación.

Se le ve a gusto predicando.

Me recuerdo a los curas que iban a hacer las misiones cuando yo era joven. Tenían una labia extraordinaria. Quieras o no, somos del mismo gremio. Lo que pasa es que ellos se dedican más bien a la fantasía y nosotros, a la realidad.

¿Cómo ve aquel rompedor Boadella al de ahora?

El Boadella de hoy es mucho más rompedor porque dice lo que le da la gana y no tiene nada que perder, cosa que no sucedía a mis treinta años. A esa edad yo estaba vinculado a la corriente progre pero ahora voy por libre.

¿Fue un niño puñetero o es peor de mayor?

Fui un niño tirando a salvaje: sometía a mi gato a experimentos terribles con descargas eléctricas.

Y esa refinada crueldad la usó luego con Pujol.

Con Pujol, visto el resultado, fui un ángel. Además de sus turbias maniobras económicas, ha sido el máximo responsable de la deriva moral y política de Cataluña.

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Uy, a usted le va a tocar sufrir, como diría Lluís Llach.

Cada día conocemos una nueva patochada del nacionalismo. Ahora el inefable cantautor de la libertad y la paz se nos ha convertido en comisario soviético dispuesto a las purgas. Los más burros de mi familia son independentistas.

Por cierto, los Teatros del Canal que usted dirigió están ahora bajo sospecha por el 'caso Lezo'.

No me sorprende. He padecido muchos inconvenientes derivados de su mala construcción.

¿Su amiga Esperanza Aguirre le ha salido rana?

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Le sigo teniendo un respeto y una simpatía personal. Ha asumido su responsabilidad y estoy casi convencido de que no se ha enriquecido con la política. Pero es una mujer excesivamente crédula, a la que puedes engañar con facilidad.

Con su propio gremio no es tan indulgente.

Me parecen unos impostores. Estamos rodeados de gente que pregona todo el rato la bondad y la solidaridad. Es empalagoso y falso. A mí los que van de buenos me aterran. Son los que más putadas me han hecho. Esa impostura, que se hace de una forma exhibicionista en todo (los refugiados o el Tercer Mundo), es repulsiva.

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Es la progresía de la que usted se borró.

Más bien tiene que ver con los intereses de la supervivencia. En Cataluña los de mi gremio se han pasado al 'España nos roba', porque los nacionalistas son los que pagan. No hay nadie que esté del otro lado.

Usted.

Yo ya no soy un hombre de Cataluña. Vivo allí como viven los guiris. El problema de la sociedad española es que no tiene derecha. Tenemos ultraderecha, que es el nacionalismo. Pero los demás se han escorado hacia la izquierda o la socialdemocracia.

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