Borrar
Urgente Números premiados de La Primitiva de este sábado 6 de diciembre
Víctor, en la piscina pública de Chiva. Damián torres

Valencianos que se quedan sin vacaciones

Uno de cada cuatro españoles no ha tenido parón estival. Estudiantes y autónomos quedan atrapados por las oposiciones y el trabajo

SARA BONILLO NAVARRO | LEA GUGELMANN

Domingo, 28 de agosto 2022, 16:50

Comenta

El verano es sinónimo de playa, arena y descanso para la mayoría de las personas. Millones de valencianos ansían la llegada de las vacaciones con el objetivo de dejar atrás la rutina de metro, trabajo y obligaciones.

Sin embargo, esta no es la realidad para muchos ciudadanos. Uno de cada cuatro trabajadores españoles no se ha ido de vacaciones en el periodo estival de 2022 según datos de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). La inflación y los bajos salarios provocan que muchos vecinos no se puedan permitir el lujo de coger estos días de descanso.

Esta es la realidad de Sara, a quien, justo al graduarse de la carrera de Enfermería, le han ofrecido un puesto de trabajo para cubrir precisamente el puesto de los que se han ido de vacaciones. Su verano ha sido sacrificado por un contrato temporal hasta septiembre, pero ella considera tener mucha suerte. «Tener trabajo al terminar la carrera era algo impensable para mí, lo veía muy complicado», declara la auxiliar.

Sara García D Torres

Pero las condiciones de trabajo en el sector de la sanidad son agotadoras, con turnos de 12 horas, especialmente en este periodo de calor que dificulta el trabajo. «En el hospital hace un calor que te mueres, lo llevo muy mal. Trabajar en estas condiciones, no es lo mismo que estar en la playa», señala la joven. Ella ha aceptado el contrato porque se ha independizado y además quiere poder pagar su máster. Aun así, se muestra preocupada frente a su futuro laboral. «Hay mucha incertidumbre, mi contrato finaliza en septiembre, cuando todos vuelvan de vacaciones. Después no sé si voy a trabajar», declara la joven.

Ser estudiante e independiente es un «proceso muy sacrificado», como explica Andrea Martín, graduada en educación infantil que durante toda su carrera ha compaginado esto con un trabajo durante los fines de semana. Estudiar y trabajar implica «renunciar a ocio y vida social para poder hacer frente a ambos», apunta la recién educadora. Actualmente Andrea compagina dos trabajos, uno como educadora infantil y otro de dependienta de tienda, y además prepara las oposiciones para maestra.

Sin embargo, a pesar de todo su sacrificio sigue siendo «imposible independizarse, es impensable con bajo salario y el coste de vida actual». La joven denuncia las deficientes condiciones de trabajo y la falta de oportunidades para la juventud que está cada vez más preparada. «La cuestión no es que no haya trabajo, la cuestión es cuánta vida nos va a costar el trabajo», denuncia la empleada. Hoy en día, la emancipación aparece como misión imposible para los jóvenes, por los bajos salarios y los altos costes de la vivienda y la vida en general. «Sinceramente, no compensa ni la vida que vivimos ni los trabajos que generalmente se nos ofrecen» continua afirmando, resignada.

Algo a lo que sabía que se iba a enfrentar también Víctor Camarasa al aceptar el trabajo como socorrista era a renunciar a su verano «el socorrismo implica trabajar prácticamente todos los días de lunes a domingo, excepto algún día entre semana que puedas librar por los compañeros», indica el joven. Pese a que afirma que se trata de un trabajo duro y que se necesitan muchos más socorristas, está muy bien remunerado.

También considera que el trabajo en una playa o en una piscina no es igual. «En una piscina el trabajo es mucho más tranquilo, la playa requiere mucha más atención y responsabilidad que en una piscina municipal», asegura el socorrista.

Este año en especial está siendo muy duro para esta profesión ya que consideran que trabajar al sol con estas temperaturas «es algo muy duro. Cada media hora tenemos que estar debajo de la ducha refrescándonos porque el calor es insoportable».

De su lado, Patricia Herrero también padece mucho el calor «llevamos agua fría, decimos a los niños de hidratarse y mojamos las nucas para que estén bien frescos», señala la trabajadora. Para sobrevivir en la escuela de verano, lo que supone estar constantemente de pie a altas temperaturas, lo más importante es «beber mucha agua, hielo frío, refrescos y salir a tomar el aire aunque haga mucho calor», comparte como una de las claves. Al igual que Sara, Patricia también ha tenido que pasar directamente de la escuela al mundo laboral para poder hacer frente a los gastos que suponen su vida de estudiante.

La joven trabaja 55 horas a la semana compaginando dos empleos como monitora y camarera.

De este modo, Jorge Peiró asegura que desde que empezó a trabajar este verano en dos empleos distintos «valoro mucho más los fines de semana». Este verano está suponiendo todo un reto para el joven «lo estoy llevando bastante mal sobre todo por el calor», indica Peiró.

Cuando termina por las tardes, se encuentra tan cansado que no tiene ganas ni de salir a tomar algo, únicamente piensa en llegar a casa y descansar unas horas. «Todo el verano así se hace un poco duro, pero al final es gratificante trabajar en lo que realmente te apasiona», señala el joven periodista.

Eva Martínez valora también los momentos de desconexión, que le permite aguantar la temporada de verano, «lo que tomo son los sábados libres, intento tener los fines de semanas libres enteros», señala la autónoma.

Eva Martínez D. Torres

Eva ha comenzado con su negocio de peluquería hace poco, por lo que tomar vacaciones no era algo «viable», como cuenta ella misma. Ella no expresa tristeza por el hecho de no tomar el descanso de verano, «es mi proyecto, y todo nuevo proyecto tiene su lucha», continúa afirmando. Sin embargo, las olas de calor que acompañan la temporada producen condiciones laborales más duras. «El verano es duro en Valencia. Las temperaturas son insufribles sobre todo en la peluquería, trabajamos con fuentes de calor», lamenta ella. Otro factor que hace su trabajo difícil es la incertidumbre como autónoma. «Estamos sobreviviendo», denuncia la peluquera.

La hostelería es otro sector que tampoco descansa durante los meses de verano cuando la demanda se dispara por los turistas. Adrián Huesa, ha pasado de veranear en Cullera todos los años a pasar este verano en la cocina de un restaurante «empecé el mes de abril, por lo que no me corresponden vacaciones hasta diciembre», indica el joven.

Ahora echa más de menos que nunca la playa, «ahora con el límite de temperatura por el ahorro energético el calor en la cocina es agobiante. No encienden el aire acondicionado en la cocina hasta las 12 horas para ahorrar. Se hace muy difícil», asegura Huesa. El joven asegura que aunque el verano está siendo muy duro, le compensa trabajar durante este tiempo porque es un dinero que quiere invertir en seguir formándose.

Adrián Huesa D. Torres

Para todas estas personas las vacaciones son un lujo que no se pueden permitir. La mayoría de los trabajadores coinciden en que los días de descanso son más una necesidad que un simple deseo. En efecto, permiten desconectar así como eliminar el estrés que puede tener impactos negativos en nuestra salud mental. La OMS reconoce que trabajar 55 horas a la semana o más afecta negativamente la salud.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

lasprovincias Valencianos que se quedan sin vacaciones

Horario laboral, vacaciones | Valencianos que se quedan sin vacaciones