Valencia hierve a cuarenta grados

Calor, mucho calor. No se hablaba de otra cosa en Valencia. De la ciudad y de los pueblos puede decirse que han hervido a cuarenta grados. Los termómetros de la provincia han alcanzado, según los datos de la Agencia Española de Meteorología (Aemet), los 40,4 grados en Carcaixent. En Xàtiva 40,3. En Jalance 39,8 grados y 39,6 en Ontinyent. También ha anotado registros que hablan de bochorno Pego: 39,4 grados. En Barx, 38, 5; en Bicorp, 38,2 y en Llíria, 38,2. En la ciudad de Valencia el valor más alto, según los registros de Avamet ha sido el de la estación del Colegio San Juan Bosco: 34,4 grados.

Sin duda, día de abanico, sombrero y mucha agua en la primera ola de calor del verano. Y lo que queda. La predicción de Aemet para este domingo apunta temperaturas significativamente altas en la Comunitat. La alerta máxima, la de color naranja, se mantiene y se esperan cielos despejados, temperaturas mínimas sin cambios o en ligero ascenso. Las máximas en ligero descenso en el litoral sur de Valencia y en ascenso en Alicante y litoral de Castellón, sin cambios en el resto.

En este ambiente, la playa de la Malvarrosa acusaba esta mañana los rigores de la soleadísima jornada. En torno al mediodía una larga cola de bañistas se disponía a tomar posición en la orilla del mar donde ya lucían no pocas sombrillas bajo las que se protegían de los ultravioletas los más madrugadores, mientras en las terrazas de la zona no pocos buscaban refugio, bebida para refrescar y diversión en torno a un novio disfrazado para su despedida de soltero.

«Se augura un buen verano», explicaban a LAS PROVINCIAS desde el legendario restaurante La Pepica. Desde el miércoles pasado la afluencia había ido in crescendo. Ese día fue el que señaló un punto de partida hacia el verano. También en Las Carabelas confirmaban que el ritmo de las reservas iba por buen camino.

Propios y extraños: valencianos, turistas nacionales y a juzgar por los idiomas que se escuchaban, muchos extranjeros en busca del sol, que se ha servido en abundancia.

No menos poblado estaba el centro de una ciudad que ayer estrenaba rebajas y que todavía no se ha vaciado por el éxodo vacacional, pero que sigue recibiendo visitantes.

La prueba la ofrecía la Catedral. Una larga cola de personas de las procedencias más diversas demostraba la fuerza de atracción de la ciudad y de su patrimonio histórico artístico. En torno a la una de la tarde eran muchos los que se disponían a conocer la seo valenciana, mientras otros buscaban un remanso de sombra en los alrededores del Miguelete o unas refrescantes gotas de agua en los aspersores de la plaza de la Reina.

Otra vez terrazas y cafeterías bien pobladas por los que buscaban un respiro en el entorno del centro histórico. Y la arteria comercial de la capital del Turia, la calle Colón y las vías que la circundan recorrida por muchos en busca de la rebaja deseada.

Mucho color en la calle en una jornada de altas temperaturas que confirmaron las predicciones para un día que sólo era la víspera de otro semejante, de la que se avecina en el marco de la primera ola de calor del verano.

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