La repetición crece en la Comunitat pese a la facilidad para aprobar que da la ley Celaá
Uno de cada cuatro alumnos ha permanecido en el mismo curso al menos una vez durante su educación, más que la media nacional
El porcentaje de alumnos que repiten curso en la Comunitat ha crecido en el último ejercicio analizado, lo que supone un cambio de tendencia respecto ... a los años previos, según se desprende del informe sobre indicadores de la educación que publica el ministerio que dirige Pilar Alegría. La variación es llamativa. No tanto por el volumen sino porque se produce a pesar de las limitaciones que impone el marco legal a la permanencia en el mismo nivel -la premisa es promocionar, salvo situaciones muy específicas- y porque el ejemplo valenciano no coincide con lo que sucede a nivel estatal.
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El compendio estadístico, de carácter anual y que se actualizó el pasado mes, incluye un capítulo centrado en la tasa de idoneidad, que se refiere al alumnado que cursaba el nivel que se corresponde con su edad. Es decir, que ha avanzado a lo largo de la enseñanza obligatoria a curso por año. Los datos del informe se quedan algo desfasados, pues los últimos hacen referencia al curso 2022-2023, aunque en cualquier caso ayudan a medir la evolución. Y de la mano, la influencia que ha podido tener la reforma educativa derivada de la Lomloe, también conocida como Ley Celaá, cuyos cambios en materia de evaluación, suspenso y paso de curso, con medidas más laxas, se aplicaron a partir del 2021-2022.
La tasa de idoneidad, en realidad, sirve para hacer una aproximación a la repetición. Si se le da la vuelta al indicador a los 15 años, cuando el estudiante debería estar en 4º de la ESO, se extrae el porcentaje de los que quedan descolgados: los que en cursos previos habían repetido en alguna ocasión. Se trata de un parámetro acumulativo, pues se refiere a aquellos que han permanecido al menos una vez en el mismo nivel entre Infantil, Primaria y la Secundaria Obligatoria (especialmente). Eso sí, incluye situaciones que nada tienen que ver con el desempeño del alumno, como escolarizaciones tardías (con una edad más avanzada) fruto de necesidades especiales del estudiante.
Según el estudio, en el sistema valenciano el 73,2% de los alumnos se encontraban a los 15 años en el curso que les correspondía conforme a su edad, mientras que el 26,8% había tropezado en alguna ocasión. El ejercicio previo el porcentaje fue del 25,6%, lo que supone un crecimiento del 1,2%. Para encontrar la última vez en que la repetición se incrementó hay que remontarse al 2014-2015: 42,1%, 2,2 puntos más que en el anterior (39,9%).
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El cambio de tendencia no se da si se observa el promedio estatal, cuyo registro es algo mejor que el valenciano y además experimenta más bien un estancamiento: 24,7% en el 2022-2023, un 0,1% de crecimiento respecto al año anterior. Igual sucede en la mayoría de regiones, y sólo en dos el incremento es mayor que en la Comunitat: La Rioja (+1,9%) y Castilla y León (+1,3%).
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En cualquier caso, es importante matizar que el porcentaje sigue siendo bajo si se compara con la mayoría de cursos del siglo XXI, llegándose en algún caso (2003-2004) hasta el 45,4%, siempre hablando de los parámetros valencianos. A partir del ejercicio 2019-2020 se acentuó la minoración ya iniciada en años previos como consecuencia de la pandemia, hasta el punto de que entre las medidas adoptadas por el Gobierno destacó que la repetición fuera excepcional y sin que rigiera como criterio definitivo el número de asignaturas suspendidas. La idea era no penalizar a los estudiantes más afectados por la pérdida de la presencialidad.
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Posteriormente esta disposición quedó recogida en la ley Celaá. Así, en la actualidad entre 1º y 3º de la ESO se pasa con hasta dos asignaturas suspendidas. Si hay más deciden los profesores, valorando si el alumno tiene perspectivas de recuperación y si se favorece su progresión. Pero no hay límites de materias que obliguen a repetir.
Con la Lomce del PP, si entre las dos suspendidas estaban Matemáticas, Castellano o Valenciano no se podía pasar, salvo que se considerara que era mejor para el estudiante. También se permitía con tres, siempre que no coincidieran las anteriores, y de manera excepcional. Y no se podía pasar con o más. Es decir, se trataba de una regulación más restrictiva que la vigente.
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