Ángela, un calvario que empezó en Tailandia y dura ya un año
La joven valenciana accidentada en el país asiático sigue su recuperación apoyada por su familia
Manuel García
Valencia
Sábado, 4 de octubre 2025, 19:58
Un año puede pasar muy rápido o muy lento. La percepción humana cambia con la edad y con las circunstancias ocurridas en los últimos 365 ... días. No hay duda de que el último año ha sido muy duro para la familia de Ángela Agudo y, lo peor, es que todo sigue más o menos igual que el 6 de octubre de 2024. Este lunes se cumple exactamente un año de un hecho que volteó la vida de toda una familia y de muchas personas.
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Aquel domingo la joven, que estaba de vacaciones en Tailandia con su pareja, sufrió un accidente de moto cuando volvía a su hotel después de cenar. La cabeza de Ángela se llevó la peor parte con heridas que aún hoy la mantienen en un proceso de recuperación sobre el que hay más dudas que certezas, según les han ido comunicando los médicos a sus familiares en los últimos doce meses. Los facultativos no pueden ofrecer plazos sobre la evolución al tratarse de un proceso tan complejo.
LAS PROVINCIAS se ha puesto en contacto con miembros de la familia de Ángela para conocer sus sensaciones cuando se cumple esta desgraciada efeméride. De manera muy amable pero también muy rotunda, han declinado ofrecer cualquier tipo de información y quieren seguir permaneciendo en un segundo plano, preocupados, que lo están, y mucho, por lo único que les interesa. Que la evolución de Ángela sea positiva y que pueda recuperar una vida normal en la medida de lo posible. Hablar de plazos resulta baladí en casos como éste.
Además, las redes sociales de personas cercanas mediante las cuales se ofrecían algunas novedades sobre el estado de Ángela se han silenciado en los últimos meses y la familia insiste en solicitar tranquilidad en un proceso que está siendo muy duro para todos pero sobre todo para los padres de Ángela, que se desplazaron a Tailandia y tuvieron que solventar problemas en un país con un idioma desconocido para ellos.
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El accidente que tuvo la joven en el país asiático desencadenó, en primer lugar, una respuesta solidaria que la familia siempre ha agradecido.
Las elevadas facturas a las que tuvieron que hacer frente el centro sanitario tailandés provocaron que los allegados de la joven, que durante este proceso (el pasado mes de enero) ha cumplido ya 25 años, pidieran una respuesta popular para atender a unos gastos inalcanzables para una familia. Y no quedaron decepcionados. Más bien al contrario. En pocos días se recaudó el dinero necesario para sufragar los gastos de las diferentes operaciones quirúrgicas a las que se tuvo que someter esta vecina de Godelleta, localidad que siempre le ha manifestado su apoyo.
Cuando el estado de salud de la joven lo permitió y los médicos dieron el ok para volar, se produjo otro problema que la familia no quiere recordar pero que quedó ahí. La falta de una respuesta decidida del Ministerio de Defensa para fletar un avión medicalizado que pudiera transportar a Ángela con profesionales que pudieran atenderla durante el vuelo.
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En medio de esta controversia también hubo una llamada de la titular de área, Margarita Robles, a la alcaldesa de Godelleta, Amparo Pardo, de la que la primera edil no salió nada satisfecha ni con el fondo ni con las formas usadas por Robles. Desde la familia se consideró en su momento que se había producido un agravio comparativo entre el caso de Ángela y el de otros ciudadanos españoles que habían vivido circunstancias parecidas en el extranjero.
Finalmente, y tras conseguir los servicios del avión medicalizado fletado por una fundación suiza, alrededor del 6 de noviembre, un mes después del accidente, Ángela ponía rumbo a Valencia, ajena, lógicamente, a lo que había pasado en la Comunitat una semana antes: la dana del 29 de octubre fue un obstáculo más en esta serie de catástrofes que parecían pergeñadas por el guionista con la mente más retorcida. A partir de ahí, y con una mayor tranquilidad al estar en la Comunitat, llegaron las primeras visitas de familiares, los deseos de recuperación hablando con ella incluso sin saber si Ángela les estaba escuchando.
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Cuando la familia tuvo tiempo, llegó otro trámite que tuvieron que realizar para responder a las muestras de solidaridad recibida: ofrecer la máxima transparencia sobre cómo se había gastado cada euro. Desde el primer momento dejaron claro, en medio de la preocupación por la salud de Ángela, que nadie podría tener dudas sobre el destino del dinero. Donaron lo sobrante a la Fundación Ángel Nieto, que ayuda a las personas que sufren accidentes de tráfico. Para que se pueda apoyar a personas que, por desgracia, sufran circunstancias que sean similares a las de Ángela.
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