La mina de oro de los palomos de competición y lo que les rodea
El 90% de las aves robadas se destina a las peleas de gallos y actividades ilegales, según el presidente de la FCCV | Las sustracciones se producen en su mayoría en los picaderos al haber menor seguridad
R. González
Valencia
Martes, 2 de septiembre 2025, 00:24
El reciente robo en tierras murcianas de tres palomos de competición, uno de ellos de un 'colombaire' de la Comunitat Valenciana, ha puesto el foco ... en la colombicultura, una actividad tradicional, y en las aves que pueden alcanzar un alto valor, en función de su palmarés. Las sustracciones de estos animales son más habituales de lo que pueda parecer, lo que suele ser más extraño es que se lleven alguno de los más valorados, como ha ocurrido en este caso. De hecho, 'Sordo', 'Gran Capitán' y 'Joker' valen una fortuna, unos 170.000 euros aproximadamente, según la denuncia presentada por los dueños.
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El presidente de la Federación de Colombicultura de la Comunitat Valenciana (FCCV), Ricardo García Esparza, remarca que el valor del palomo de competición es muy subjetivo y «simbólico» El propietario lo considera como un tesoro, ya que lo ha criado y entrenado con mucho cariño. Para otros no deja de ser un ave.
No obstante, la Federación cuenta con una escala oficial de valoración en función de la edad y las competiciones en las que haya participado el ejemplar. La tabla recoge dentro de las pruebas comarcales un abanico que va desde los 1.500 euros para los que tienen un año hasta los 6.000 que alcanzaría si ya hubiera vivido una década.
Estas cifras se incrementan progresivamente para los que han estado en competiciones de carácter intercomarcal, regional, etc. Dentro del apartado de la Comunitat, las cifras oscilan entre los 6.500 y los 11.000 euros, y si ha tomado parte el en nacional ya los números rondan entre los 8.500 y los 13.000 euros.
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García Esparza remarca que esos números se establecieron de cara al momento en que se deba acudir a los tribunales y el ladrón se siente en el banquillo. Según apunta, pretende ser una cantidad que actúe como medida disuasoria para que los ladrones se lo piensen antes de llevárselos, no porque ese sea su precio real. Es más, el presidente de la FCCV hace hincapié en la inversión que supone tener estos palomos, alimentarlos y cuidarlos, ya que también conllevan un «gran gasto en medicamentos».
Otras cifras remarcables son los premios que obtienen los campeones. En el caso del Campeonato de la Comunitat Valenciana, el vencedor percibe 18.000 euros, cantidad a la que después hay que aplicarle la correspondiente retención fiscal, insiste el presidente, que señala que «más que por el dinero es por el reconocimiento de tener el mejor palomo». Si la victoria se produce en el nacional, el premio asciende a 20.000 euros
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En cuanto a las sustracciones, existen diversos motivos para que los amigos de lo ajeno intenten apropiarse de algunas de estas aves. «El 90% se destinan a las peleas de gallos y actividades ilegales», afirma. En el primero de los casos, los palomos se convierten en meros 'sparrings' para entrenar a los gallos y en el otro, se pueden ver implicados en apuestas ilegales. Un ejemplo de ello se produjo en marzo, cuando la Policía Local de Algemesí recuperó casi medio centenar de aves sustraídas en varios municipios de Valencia y sorprendió a los sospechosos apostando en el patio de una finca.
Algo que está claro es que los animales robados no se pueden usar para competiciones oficiales porque van anillados y el dueño ha de mostrar la chapa de plástico que demuestra su propiedad, detallan los expertos. Tampoco valdría para criar y aprovechar el tirón de su caché en los descendientes. Aunque eso no quita que pueda haber un mercado negro para darles salida. Y, según apuntan, incluso hay 'colombaires' que llegan a pagar para que roben el palomo de otro y así usarlo para crías y optar a una descendencia de campeones, aunque no puedan presumir del linaje, pero sí vender esa nueva generación o cosechar títulos.
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Por otro lado, el presidente de la Federación pone de relieve que normalmente las sustracciones se producen en los picaderos, que son los centros de entrenamiento de estas aves, e insiste que lo ocurrido en Murcia con 'Sordo' ha sido «un caso aislado». El motivo radica en que los picaderos suelen estar en medio del campo y allí las medidas de seguridad son mínimas.
Más raro resulta que se produzcan robos en viviendas, en los palomares donde están las grandes figuras de estas competiciones. Los propietarios despliegan medidas de seguridad más importantes. Cuentan con alarmas, vigilantes o incluso una especie de búnker, una jaula con un blindaje que no pueden cortar las radiales. Y en las competiciones pueden contar con un grupo de hasta diez personas encargadas de ir controlando el palomo, para no perderlo de vista cuando va volando.
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Y es que la colombicultura es una práctica muy arraigada en la Comunitat Valenciana, que conjuga tradición y estrategia. El número de licencias alcanza las 9.500 y eso prueba la buena acogida que tiene. En cuanto a federados, se sitúa por detrás del fútbol, el baloncesto y la caza. La inscripción en la competición cuesta 86 euros. Se empieza en la comarcal y, si se clasifica entre los puestos establecidos, pasa a la siguiente ronda. Y así sucesivamente hasta la prueba nacional, a la que sólo llegan los mejores ejemplares y, por eso, la recompensa es más grande.
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