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Urgente Largas colas en la V-30 entre Mislata y Vara de Quart en la mañana de este viernes
Fernando y Begoña, con sus hijos en su velero. Iván Arlandis

Entre la libertad y el lujo en el mar

El alquiler de yates y veleros se dispara en la Comunitat, con los estadounidenses como mercado en auge y precios que oscilan entre 3.000 y 18.000 euros semanales

José Molins

Valencia

Lunes, 28 de julio 2025, 00:18

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La sensación de libertad es total. Ya sea al mando del timón o tumbados en la proa tomando el sol. Disfrutando del Mediterráneo y de la vida en un yate de alquiler que este verano están haciendo furor tanto en Valencia como en los principales puertos deportivos de la Comunitat. «Cuando sales al mar y despliegas las velas es algo impresionante, que te engancha para siempre», cuenta Fernando. Junto a su mujer Begoña y sus dos hijos, esta familia de Madrid acaba de regresar de una semana en velero por las playas y calas de Valencia y Alicante y la experiencia les ha entusiasmado.

Son un ejemplo de las miles de personas que en estos meses de julio y agosto se animan a unas vacaciones diferentes, ya sea en familia o con amigos. Lejos del bullicio turístico de las capitales europeas, con la privacidad y la tranquilidad del mar como único acompañante. No es una experiencia barata, desde luego, pero hay opciones para muchos tipos de bolsillo. Desde los 3.000 euros a la semana de un velero para seis personas hasta los casi 18.000 semanales de un yate de lujo, donde no falta de nada. Y por supuesto hay más caros, como los que exhiben los futbolistas, actores o cantantes, con cifras astronómicas.

Alfredo Pérez es el fundador de Setsail World Valencia, una compañía que alquila yates recreativos en el club Náutico. Como le ocurre a la mayoría de este tipo de empresas, prácticamente ya no tiene disponibilidad en lo que queda de verano. «Si quieres navegar en temporada alta, lo ideal es reservar antes de enero», indica. «Como hay tantísima demanda, no queremos dejar días sueltos y exigimos alquilar la semana entera, de sábado a viernes».

Interior de un yate de lujo. I. Arlandis

El armador destaca que este verano los estadounidenses se están quedando con los yates más lujosos de Valencia. «Se sienten con fuerza, con ganas de gastar dinero y lo alquilan para dos o tres semanas. Y hay también mucho cliente francés y del norte de Europa, como suecos, noruegos, daneses o alemanes». Estos suponen un 40% del mercado, pero el 60% es nacional, con gente que viene desde Madrid, Castilla-La Mancha, Murcia y Aragón, que apuestan más por gamas medias como catamaranes o veleros.

«El usuario principal son familias, porque suele ser una actividad planificada con tiempo. La mayoría de las reservas se venden entre noviembre y enero para navegar en julio y agosto», admite Pérez. «Valencia es un destino idílico porque tiene mucha variedad. Está la opción de ir hacia las Columbretes, que son únicas. En 12 horas puedes estar en Ibiza y en 15 en Formentera. Y hacia el sur puedes ir a Xàbia, Dénia o hasta Tabarca. Permite desplazarse a unos destinos que la hace muy interesante. Y la Marina no está tan masificada como Ibiza o Dénia, con lo que aporta al cliente una tranquilidad en el embarque», explica.

Los barcos de pequeña eslora, de menos de 12 metros, se alquilan en su gran mayoría sin patrón, porque quien se atreve ya posee la licencia y tiene experiencia surcando el mar. Pero en los yates más grandes casi la totalidad requieren de esa figura, que tiene un coste de 250 euros por día. Una semana supone casi 1.800 euros más. «En los pequeños el cliente quiere vivir esa experiencia de patronear, pero en los más lujosos no quieren complicarse y entonces alquilan con patrón», apunta Pérez.

Cabina interior de uno de los yates. I. Arlandis

En estos últimos es donde predominan las fotos que inundan estos días las redes sociales, tumbados en la proa o en la cubierta. Algo que Magdalena y Leonor se han marcado como objetivo. Vienen con unos amigos desde Chile a descubrir la Comunitat. «Vamos a ir recorriendo toda la zona pero no saldremos del yate. Somos seis personas y por supuesto haremos bastantes fotos para las redes sociales, es es casi obligatorio, tienes que mostrarlo porque es algo precioso. Además para nuestros amigos de Chile es algo novedoso que nos vean aquí en España, no suele ser habitual estos viajes, así que les llamará la atención», indican las jóvenes.

El Blue Lagoon, el yate más lujoso que ofrece esta empresa, tiene 16 metros de eslora por 8,75 de manga. En su interior, la cabina dispone de 136 metros cuadrados, en los que destaca una mesa de comedor enorme, una cocina de cinco fuegos y área de descanso. «Predominan los espacios, con solarium de proa inmenso, que es la zona del postureo, de de las fotos. Tiene máquina de hacer hielo, lavadora, secadora, lavavajillas, aire acondicionado en todas las cabinas, generador, potabilizador de agua. Es como un apartamento de lujo, pero en el mar», explica el fundador de Setsail World, que cuenta con seis embarcaciones. «Cada una es rentable si se alquila al menos 14 semanas al año», asegura.

En los catamaranes de tamaño medio, con cuatro cabinas, el precio se mueve en torno a los 8.000 euros semanales, también con diferentes espacios, solarium, proa, que permite durante el fondeo estar más amplio. Ahí no se exige contratar a un patrón si uno de los clientes tiene suficiente experiencia acreditada. No obstante, en esos casos las empresas suelen estar más atentas y avisar con tiempo al usuario por si se acerca un temporal adverso, como fue el caso del pasado jueves, para que busquen un amarre en el puerto.

El madrileño Carlos Montoya ha optado por patronear un velero con sus dos hijos, su mujer y su hermano. «La experiencia ha ido muy bien. Lo cogimos el sábado, hicimos un recorrido costero, fuimos a Gandia y dormimos allí el primer día. Luego fuimos a Xàbia y nos atrevimos a cruzar hasta Formentera, porque el tiempo estaba bien. Allí pasamos un par de días, en Ibiza también, pero anticipamos la vuelta al miércoles, por el temporal del jueves, ya que siempre hay que ir sobre seguro», explica el hombre. «Hemos dormido en calas y cocinamos en el velero para disfrutar a tope la experiencia del barco», añade.

Lo de llegar hasta Ibiza es una aspiración de muchos, pero no resulta sencillo. «En esos sitios tan turísticos, si quieren ir hasta allí, para tener un amarre te ponen en lista de espera y el mismo día te pueden hacer hueco o no. Los barcos pequeños es más fácil, pero los grandes es muy complicado, salvo que hayas reservado con mucho tiempo», indica Alfredo Pérez. De hecho, Fernando y Begoña lo intentaron en su velero pero la previsión del temporal les hizo cambiar de idea. «Teníamos pensado un recorrido pero al final hemos variado un poco, ya que hemos ido con nuestros hijos, que no tenían experiencia de navegación. Al final decidimos costear por Valencia, bajamos a Xàbia, Gandia y Dénia», cuenta este cliente. Y admite que no todo ha sido color de rosa, porque en espacios reducidos surgen los roces. «Ha habido broncas, porque mis hijos no habían probado nunca esto, y se han mareado un poco».

Con este tipo de embarcaciones hay reserva de agua dulce para un par de días, pero con los yates más grandes, la independencia es enorme. «Con un barco tan grande, en cualquier cala pueden tirar el ancla y fondear durante días, porque tiene reservas para ello con el generador, es como tres casas. Estos barcos pueden ir hasta el Caribe, están preparados», comenta Pérez. El alto nivel económico que requieren estas embarcaciones suele conllevar que la media de edad del cliente es más alta, de entre 45 y 65 años, mientras que en otros rangos de precio es inferior.

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