El barro de la dana se convierte en fertilizante
Compostajes y Abonos Desco recibe 800 toneladas del vertedero clausurado en la Pista de Silla para reutilizar la tierra que generó la riada
La dana del pasado 29 de octubre generó más de 800.000 toneladas de residuos en la provincia de Valencia. Durante meses, la conselleria de Medio Ambiente, Infraestructuras y Territorio coordinó medios llegados de varios lugares de España para retirar todo ello de polígonos y calles de municipios para poder así iniciar la reconstrucción. Con todo el lodo e inservibles ya desplazados a vertederos improvisados -una tarea urgente- la Generalitat pudo comenzar a planificar cómo tratar esos residuos para no perjudicar -todavía más- el planeta. Con este contexto, algunas empresas están aprovechando hasta el barro de la dana para convertirlo en fertilizantes.
Medio Ambiente improvisó 60 Puntos de Acopio Local (vertederos) para retirar de manera rápida todo el lodo y los residuos de calles y avenidas. Una vez la basura de la dana salió de los municipios, la conselleria comenzó a trasladarla de los puntos locales (su cercanía a los pueblos comprometía la salubridad y seguridad de los vecinos) a puntos intermedios de tratamiento. En total, cinco vertederos de mayor tamaño donde realizar las primeras tareas de separación de residuos para enviarlos a Centros Autorizados de Tratamiento. Actualmente, tan sólo quedan por vaciar dos de estos vertederos después de que la semana pasada el punto intermedio de Catarroja (situado frente a la Pista de Silla) quedase oficialmente clausurado.
Es precisamente en este punto en Catarroja donde la Generalitat anunció que se podía reutilizar un 40% de las 250.000 toneladas de residuos que allí se vaciaron. Medio Ambiente encargó a la entidad PreZero (empresa cuyo objetivo es gestionar los residuos fomentando la reducción, reutilización y reciclaje) que coordinara las tareas de aprovechamiento de los residuos. PreZero encargó a la entidad Compostajes y Abonos Desco (La Pobla de Vallbona) el tratamiento de 800 toneladas retiradas de Catarroja.
Desde la entidad explican cómo fue el proceso: «Desde PreZero nos contactaron para saber si nos interesaría aprovechar la tierra de la dana. Nosotros acudimos un día a verla y dimos el visto bueno». Una vez se ofrecieron a tratar el barro, no tardó en llegar a su planta: «Entre el pasado viernes y el sábado ya nos trajeron las 800 toneladas a las que nos comprometimos. Se debe tener en cuenta que somos una empresa pequeña, por lo que no podíamos aspirar a recibir miles y miles de toneladas».
Una vez la tierra ya se encontraba en su poder, ésta debe tratarse y se trabaja para lograr el objetivo final, que sirva de abono o fertilizante para la agricultura o jardines privados. Para ello, la empresa trata de darle «cuerpo» al material: «Cuando la recibimos estaba muy negra y porosa. Además, las lluvias de las últimas semanas la dejaron muy húmeda». Por tanto, Desco mezcla con tierra arcillosa el barro de la dana para darle mas color, además de secarla. Para llevar a cabo el siguiente paso, que sería la criba, la tierra tiene que estar seca«.
Tras esta primera tarea realizada, Desco debe eliminar las impurezas de su futuro abono. «La tierra hay que cribarla, y nosotros lo hacemos bajo unos estándares muy concretos que marcan las necesidades de nuestros clientes», aseguran desde la compañía. El barro se criba por medio de unas mallas con un granulado específico para que los llamados impropios -pequeños plásticos y otros residuos- se filtren para que tan sólo quede la tierra. «En los vertederos de la dana esas mallas tenían una granulometría entre 0 milímetros (mm) y 30 mm. Nosotros trabajamos con mallas de 0 a 10 mm, por lo que hemos tenido que volver a filtrar todas las toneladas», aseguran desde Desco.
Una vez ya se ha cribado el material, sólo falta mezclarlo con compost vegetal y animal, según el uso final que se le vaya a dar a esa tierra: «Cuanto más porcentaje de compost tiene la mezcla, sirve para utilidades donde la tierra debe cambiarse de vez en cuando. Por ejemplo, las macetas en jardinería. Cuanto menos compost tiene, puede servir para jardines privados o la agricultura, porque surge una tierra que sirve como abono para las plantas y que no se pudre, por lo que no hay que cambiarla».
Según cuentan desde Desco, el proceso para obtener estos fertilizantes suele ser de unas «cinco o seis horas» por cada cien toneladas de tierra. Su labor ayuda a que los vertederos creados tras la riada se vacíen lo antes posible: «Cuando nos ofrecieron la tierra la aceptamos porque como empresa nos ayuda a reducir costes y aprovechamos el material, pero también queríamos colaborar. Si la labor ayuda a vaciar las 'campas', pues colaboramos», sentencian desde Desco.
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