«Solo puedo poner la lavadora si hace sol y en invierno me tendré que ir por el frío»

Los vecinos de una urbanización de Montserrat temen la llegada del frío porque no pueden disponer de calefacción al carecer de conexión a la red eléctrica desde hace casi dos años.

No solo se encuentran con este problema sino también con muchas dificultades para realizar las tareas más básicas del día a día en un hogar. "Solo puedo poner la lavadora si hace sol y nada de utilizar el secador del pelo porque tiene mucha potencia", relata Susana, una de las vecinas de la colonia Caña Primal 3.

Una situación que, denuncian, está provocada por el colapso en el servicio territorial de Energía, dependiente de la Conselleria de Economía Sostenible, que ha hecho que el expediente necesario para conseguir la autorización para conectarse a la línea de media tensión quede atrapado en un almacén de Riba-roja a la espera de una licitación para que una empresa se haga cargo.

Así, mientras la burocracia paraliza los trámites para que estas ocho viviendas pueden tener conexión eléctrica, un servicio básico, los cerca de 22 vecinos que residen allí se las tienen que ingeniar para subsistir.

"Es vergonzoso que estemos peor que los okupas al querer hacer todo legal y correcto", lamenta Ana, otra vecina de la zona. Ella tiene tres hijos pequeños y un sistema de placas solares básico que no da para la calefacción así que además de tener que cocinar con un camping-gas, los pequeños en invierno duermen con batín para no pasar frío.

"Teníamos una estufa de gas y se produjo una fuga y casi nos asfixiamos así que no vamos a usarla", explica esta mujer que denuncia la "dejadez" de las administraciones.

La mayoría de vecinos llegaron hace unos dos años pero algunos llevan casi 10. Es el caso de Norma que cocina durante todo el año en el exterior, en una especie de barbacoa.

También se presenta difícil el invierno para otra de las residentes. "Tendremos que irnos a casa de nuestros padres porque las placas dan para encender la luz, la nevera y poco más", comenta Susana que compró junto a su pareja esta casa con mucha ilusión y que ahora se encuentra desesperada.

Un problema que cuando adquirieron las viviendas propiedad de un banco aseguraron que se solucionaría en tres meses. Comenzaron los trámites, se constituyeron como comunidad de vecinos y pagaron 3.000 euros por vivienda para conseguir la conexión. Pero más de un año después continúan en el mismo punto y cada vez más angustiados.

El servicio territorial de Energía no responde a sus quejas y la tramitación de las autorizaciones se encuentra en punto muerto. Tampoco han conseguido que Iberdrola les facilite una conexión auxiliar, de obra, para dar servicio hasta que se consiga el expediente.

"Es frustrante que nadie haga nada para solucionarlo, se escudan unos en otros y mientras seguimos igual", critica Iván, otro vecino de la colonia que en su caso cuenta con una instalación de placas solares adecuada pero que lamenta que otros residentes estén viviendo en unas condiciones que no son propias del siglo XXI.

En el caso de Ana tiene que duchar a sus hijos antes de que se haga de noche porque no puede secarles el pelo. Por su parte, Susana sigue con el horno a estrenar porque la batería de las placas es insuficiente y la comida la tiene que hacer en el garaje en una antigua cocina de gas.