Loriguilla ampliará un barranco para reducir el riesgo de inundaciones
El Ayuntamiento alcanza un acuerdo con la Confederación del Júcar que permitirá aumentar el caudal del Pozalet a su paso junto a las viviendas
«A las ocho y media de la mañana, mi primera llamada fue a la directora del colegio para decirle que debíamos estar en contacto ... porque la cosa pintaba mal». La alcaldesa de Loriguilla, Montserrat Cervera, tiene muy presente el 29 de octubre, cuando la dana arrasó parte del municipio al desbordarse el barranco del Pozalet y otro de menor envergadura situado al norte.
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Por fortuna no se produjeron víctimas mortales, seguramente debido a la prevención que tomó el Ayuntamiento. A las 12.30 horas se suspendieron las clases tanto en el colegio como en la escuela infantil, con bandos de que también cerraban los servicios municipales.
«Todavía no llovía mucho pero pintaba muy mal», reitera. A las cuatro de la tarde ya recibía vídeos de cómo iba el barranco del Poyo en Chiva. Un tornado dejó fuera de servicio la subestación eléctrica y la vigilancia se intensificó en el Pozalet. Las llamadas al 112 eran infructuosas. «No había manera de comunicar», recuerda. Cuando se logró, el caudal de la dana ya había desbordado por completo e inundaba el municipio.
Tras el desastre, el balance de daños arrojó que las viviendas situadas junto al Pozalet habían resultado con muchos daños. «El agua llegó a 1,60 metros al menos», considera. Los propietarios han tenido que afrontar numeras reformas. Según el Consorcio de Seguros, 131 casas afectadas, así como 245 vehículos y 17 comercios y almacenes.
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La recuperación de la luz fue de lo primero que se logró: «Nos trajeron siete generadores». La reparación de una tubería del agua potable también fue otro de los servicios que en unos días ya estaba activo. Igual de complicado fue la reconstrucción de dos puentes, uno ya reparado y el otro en obras en la Loma. «El puente de la CV-374 lo cerraron también para revisar los cimientos», dice. Durante ese tiempo, se utilizó un puente provisional del Ejército.
En la zona industrial funcionaron bien las balsas de laminación, dado que los polígonos también resultaron afectados. De los cuatro millones para la reconstrucción, se destinarán a la ampliación del puente ahora en obras tras ensanchar el cauce del barranco. «Tenemos ya un acuerdo con la Confederación Hidrográfica del Júcar», comenta.
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«También queremos recoger el agua del barranco situado al norte para canalizarla a un jardín donde habrá una balsa». En la zona agrícola fue decisiva la recuperación de los caminos para salvar la cosecha de naranjas. «Queremos firmar un acuerdo con Riba-roja para asfaltar los caminos que compartimos». El resto ya están repadados.
En el ámbito de las peticiones, la primera edil comenta que lo mejor para Loriguilla sería potenciar la limpieza de los barrancos y la construcción de pozos de drenaje, balsas o cualquier otro sistema que propicie el control de las avenidas de agua. «En la dana, los arrastres de árboles causaron en parte el derrumbe de los puentes. Habría que reducir ese problema», considera.
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En cuanto a Loriguilla Viejo, donde se situaba la población antes de la construcción de un embalse, el Ayuntamiento tiene ocho casas turísticas y un albergue construidas hace una década. La dana afectó a las instalaciones, aunque la reconstrucción ya está terminada. Sí que hay más retraso con la reconstrucción del antiguo colegio y una iglesia donde se vino abajo la cúpula.
«La mayor parte de los accesos quedaron dañados y ya están todos reconstruidos». Sí que parece más complicado la recuperación del agua potable, todavía sin plazos. Cuando se logre esto, la idea es que vuelvan a entrar en servicio. La pretensión del Consistorio es acogerse a una línea de ayudas europeas.
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