El poniente dispara las temperaturas con oscilaciones de más de 10 grados

Ciudades como Alicante, Elche, Xàtiva y Llíria rondaban ayer los 20 grados mientras los termómetros de Valencia superaban los 21 grados a las cuatro de la tarde; unos primaverales registros anormalmente elevados para esta época del año y propiciados en gran medida por el cálido viento de poniente que ayer comenzó a soplar.

Además, en estas poblaciones ni siquiera de madrugada las temperaturas bajaron ayer de los nueve o diez grados, y solo en algunos puntos del interior se contabilizaron registros por debajo de los seis grados, mientras que el promedio habitual del mes de diciembre en la Comunitat ronda los ocho, en base a las temperaturas registradas entre 1981 y 2010 en los meses de diciembre. Solo en Pinoso, según los datos que maneja la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) el mercurio bajó hasta los 2,1 grados, el registro más frío de toda la autonomía.

Estas oscilaciones de más de 10 grados en un mismo día se alargarán, como mínimo, hasta los primeros días de enero, cuando las previsiones apuntan a que podrían registrarse lluvias ocasionales en distintos puntos de la región. La situación hoy y mañana se mantendrá similar a la del día de ayer, pero para el día de Año Nuevo y las jornadas siguientes «no se descartan precipitaciones débiles, dispersas y ocasionales», según Aemet. Las temperaturas podrían descender algún grado, pero no será significativo.

Previsiones cumplidas

En la línea de este nuevo pico de temperaturas altas se encuentran los registros acumulados, al menos, durante la última semana, en la que las máximas han oscilado entre los 17 y los 19 grados, por lo que las previsiones que manejaba Aemet de que la Comunitat cerraría un mes de diciembre especialmente caluroso se cumplirán con creces.

Estos vaivenes térmicos, que en la mayoría de los casos vienen acumulando registros más calurosos de lo habitual, no son exclusivos del mes de diciembre, puesto que, como ya avanzó la delegación valenciana de Aemet, la Comunitat encadena los dos años más calurosos desde que hay registros. Sin embargo, pese a contar con meses extremadamente calurosos como julio, también se han registrado otros especialmente fríos, como el pasado febrero.

De media, la Comunitat cerrará el año con prácticamente un grado más de lo habitual, con un promedio estimado por encima de los 16 grados. Parte de culpa lo tiene el «extraordinario episodio de calor» de los días 13 y 14 de mayo, cuando se alcanzaron los 45 grados en Antella, 44,4 en Carcaixent, 44 en Alberic y 42 en la ciudad de Valencia. Estos valores superan en una horquilla de entre 17 y 20 grados los promedios habituales para mediados de mayo. «También fue notable el persistente calor de julio, mes extremadamente cálido, con picos por la entrada de vientos de poniente».

En relación al frío, «lo más destacado fue la irrupción de una masa de aire de origen ártico en la primera quincena de febrero, que dio lugar a que se registrasen los días más fríos de los tres últimos años, desde febrero de 2012», añadieron. Sobre el último otoño, desde Aemet destacaron el potente anticiclón que predominó sobre la península desde el 3 noviembre, con una pausa entre el 21 y el 24 debido a la irrupción de una masa de aire fría, y que luego volvió a reforzarse en los días finales del mes y en la primera mitad de diciembre, que determinó una atmósfera muy estable y las temperaturas altas de los días centrales de noviembre y de diciembre.

Calor en toda España

A nivel nacional, el año 2015 ha estado marcado por ser el más caluroso desde que se tienen registros. Sin embargo, a lo largo de los doce meses se han producido numerosos fenómenos meteorológicos.

Desde Eltiempo.es destacaron el mes de enero por ser «realmente anticiclónico», con temperaturas que contrastaron con las que se registraron en el mes de febrero. De hecho, del 4 al 8 de ese mes se vivió una ola de frío en España, bajando el mercurio a valores por debajo de cero y trayendo copiosas nevadas al norte del país. De marzo señalaron la mayor marea del siglo que se produjo tras un eclipse lunar. El fenómeno provocó una pleamar de 14,6 metros en Francia, equivalente a un edificio de cuatro plantas. España también lo notó y se registró la mayor marea del año en zonas como San Sebastián.

Ya en mayo se empezaba a aventurar el verano cálido que vendría. La tendencia se mantuvo en junio, que terminó con una ola de calor de gran intensidad y duración que afectó de forma continuada a gran parte de España, sobre todo al interior y al sur del territorio peninsular. En agosto entró un poco de aire más frío en capas medias y altas de la atmósfera e interactuó con las aguas del Mediterráneo, lo que produjo fuertes tormentas. Esta situación de grandes fenómenos continuó durante el inicio de noviembre, con inundaciones en algunas zonas.