La Mostra se estremece con un documental sobre Mongolia
Zhao Liang firma una obra con una fotografía espectacular que denuncia la imparable destrucción del planeta
COLPISA / AFP
Sábado, 12 de septiembre 2015, 00:42
El realizador chino Zhao Liang viaja con la cámara a cuestas por las inmensas praderas de la Mongolia interior para denunciar con imágenes la devastación provocada por el desarrollo del planeta en el documental 'Behemoth', periplo poético y dantesco que estremeció ayer el festival de cine de Venecia. «Y Dios creó la bestia Behemoth el quinto día. Era el mayor monstruo sobre la tierra», advierte el autor, quien se inspira en Dante y la 'Divina comedia' para describir el Purgatorio, el Infierno y el Paraíso que simbolizan los estados en que se encuentra la Tierra debido a su desarrollo insensato.
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La transformación de bellas mesetas y campos en tierras áridas cubiertas de polvo y cenizas provenientes de la explotación de las minas de carbón, el ruido infernal en la minería, el calor abrasador de las acerías, el silencio de ciudades fantasmales se convierten en un manifiesto ecológico y a la vez poético. «Como Dante logró crear una obra que combina infierno y paraíso, logrando un conjunto y un contraste, lo mismo quise hacer yo. Me inspiré en una obra de hace 800 años para explicar lo que deseaba transmitir», explicó Liang.
Autor de numerosos documentales sobre el rostro oscuro de China, desde la kafkiana burocracia hasta la injusta discriminación contra los enfermos de sida, Liang ofrece esta vez con imágenes reales una obra artística, con una fotografía espectacular, que resulta también una denuncia abrumadora de la destrucción del planeta por parte del hombre y de su idea de desarrollo económico.
Dividido en tres partes, como la 'Divina comedia', Liang emplea el rojo para entrar en el infierno de las acerías, con obreros que trabajan a altas temperaturas sin protección alguna, el gris para las cenizas de las minas de carbón que cubren bellas llanuras y generan enfermedades a los pulmones y el azul del cielo para el paraíso de Ordos, una gigantesca y surreal ciudad completamente deshabitada.
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