Valencianos en la portería del club de Mestalla
Balaguer fue el pionero en ostentar la capitanía pero la meta del equipo fue defendida casi exclusivamente por gente de la tierra en los primeros años de la entidad
Paco Lloret
Sábado, 11 de mayo 2024, 00:13
El debut de Rivero añade un nuevo nombre a la lista de porteros de la tierra que han defendido el marco valencianista. Algunos de ellos, como Sempere, desafiaron el paso del tiempo. Otros tuvieron un paso efímero. Pocos de ellos alcanzaron la capitanía. Balaguer fue el pionero.
La meta del Valencia fue defendida casi exclusivamente por gente de la tierra en los primeros años. Entre los aficionados de aquella época surge con gran fuerza el nombre de Cano, más conocido como 'manitas de plata', como referente. Enrique Cano fue el portero titular en el once del ascenso a primera división, así como en el del debut en la máxima categoría, a principio de los años treinta. En la final de la Copa de 1934, disputada en Montjuic, actuó entre los palos pese a la competencia de Nebot, nacido en Nules, y que había jugado con anterioridad en el Castellón y en el Real Madrid.
Después de la Guerra Civil, aparece en la portería valencianista Pío Bau, titular en la conquista de los primeros títulos, tanto de Copa como de Liga. Con la llegada de Ignacio Eizaguirre, se diluye su presencia en las alineaciones. El guipuzcoano se hace el amo de la titularidad hasta que a final de los años cuarenta surge una alternativa: Antonio Pérez, natural de Nules. Con anterioridad, debutó Bienvenido, nacido en Benimodo, y que tuvo un paso fugaz. En los primeros años cincuenta, Quique Martín se convierte en el referente habitual de la portería hasta la conquista de la Copa del 54. A continuación, aparece otro valenciano como guardameta durante la segunda mitad de esta década: Antonio Timor, del barrio de Benicalap, que competirá con Goyo en las alineaciones con suerte desigual en un equipo en el que entran en decadencia jugadores de la talla de Pasieguito y Puchades.
En ese contexto, irrumpe con fuerza a finales de los años cincuenta José Manuel Pesudo, natural de Almassora, que adquiere un gran renombre en poco tiempo, hasta el punto que es traspasado al Barcelona cuando se retira el legendario Ramallets. Sin embargo, Pesudo regresa a Mestalla para vivir una segunda etapa desde mediados de los 60 hasta principios de la década siguiente. Su proverbial competencia con Abelardo divide a la grada entre partidarios de uno y otro. Antes, otro guardameta valenciano criado en el Mestalla, Pepe Martínez, gozó de su oportunidad, aunque no adquirió la continuidad necesaria.
En los primeros años setenta aparece en el escenario Cota, natural de Oliva, cuyo nombre era Salvador Llopis Soler, y que fue el suplente eterno de Abelardo en la Liga del glorioso ejercicio 70-71. Su debut llegó en la Copa y también participó en varios partidos de la campaña siguiente con un excelente rendimiento. Sin duda, la gran aportación valenciana a la portería durante los años setenta fue Balaguer. Nacido en La Pobla de Vallbona, debutó en la campaña 72-73, aunque su espaldarazo definitivo llegó dos años después, cuando se convirtió en titular indiscutible. Pepe Balaguer permaneció en la plantilla valencianista hasta la temporada 80-81, y adquirió galones de capitán, un hecho novedoso porque habitualmente el brazalete lo lucían jugadores de campo.
Su retirada coincidió con la aparición de José Manuel Sempere, el guardameta valenciano que más tiempo ha estado ligado al conjunto de Mestalla. Natural de Torrellano, Sempere se convirtió en una auténtica revelación por su portentosa agilidad y extraordinarios reflejos. Su físico, carente de la envergadura que solían exhibir los porteros tradicionalmente, no le impidió triunfar y jugar a lo largo de 15 años hasta situarse como uno de los futbolistas con más partidos disputados, pese a competir con compañeros de la talla de Ochotorena y Zubizarreta. Otro producto de la cantera de Paterna, José Ramón Bermell, surgió en la temporada 81-82, con motivo de una huelga de futbolistas profesionales. Siempre se le recordará por su formidable actuación en el decisivo duelo contra el Real Madrid que puso el punto final a la angustiosa Liga 82-83. Su competencia con Sempere derivó en alguna situación tensa hasta que se fue a Cádiz en 1985.
Bartual creció eclipsado por Zubi y Cañete y apenas tuvo presencia en las alineaciones. Con una fuerza imparable irrumpió Palop, nacido en L´Alcúdia, cedido al Villarreal, debutó en primera en la temporada 98-99. La competencia con un avasallador Cañizares deparó algunos episodios de alto voltaje. Dos gallos en el mismo corral. Su salida al Sevilla fue, probablemente, la mejor solución para todos y calmó el ambiente. La última gran aportación valenciana a la portería se personifica en Jaume Doménech, capitán y titular en el campeón de la Copa de 2019.
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