Las cuatro grandes danas en Valencia: en otoño y con carácter destructivo
Un informe de AEMET que analiza el episodio del 29 de octubre de 2024 compara lo sucedido con la riada de 1957, la 'pantanada de Tous' y las lluvias torrenciales de 1987
Valencia se encuentra a apenas unos días de llegar al primer aniversario de la dana del 29 de octubre de 2024, un episodio trágico que será recordado para siempre. Una situación que ya vivió la provincia en episodios anteriores como la riada de 1957, la 'pantanada de Tous' o las lluvias torrenciales de 1987. Episodios de fuerte carácter destructivo sobre el modo de vida de los valencianos y a los que Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) encuentra muchos aspectos en común, como su época del año o los motivos que originaron el temporal.
«En los últimos 70 años la provincia de Valencia ha padecido distintos episodios de precipitaciones torrenciales que han dado lugar a graves inundaciones. Entre las más destacadas se encuentran las que sucedieron el 14 de octubre de 1957, el 20 de octubre de 1982 y el 3 de noviembre de 1987. Todas ellas representan eventos que tuvieron un gran impacto en la vida de las personas y en las infraestructuras, suponiendo algunas de ellas, como la de 1982, un punto de inflexión para este servicio meteorológico que experimentó un importante avance tecnológico para su modernización», asegura el informe de la Aemet.
La provincia de Valencia fue el punto de descarga de los cuatro grandes temporales, aunque por zonas sí se produjeron las lluvias en zonas diferentes. El día de la riada de 1957, el máximo se situó hacia el noroeste de la capital, mientras en 1982 las lluvias se focalizaron en e la zona centro-suroccidental de la provincia, dando lugar a la conocida 'pantanada de Tous' debido a la rotura de dicha presa que provocó graves inundaciones aguas abajo del río Júcar.
En el caso del episodio de lluvias torrenciales de 1987, los grandes acumulados se produjeron durante dos días y se concentraron todas ellas en la comarca de la Safor. Durante el último episodio, la dana del 29-O, las lluvias destacan las escasas precipitaciones en todo el litoral, en contraste con los grandes acumulados a tan solo unas decenas de kilómetros al interior, focalizándose la zona de máxima precipitación en el interior norte de la provincia y parte noroccidental de la zona de aviso Litoral sur.
«Los máximos absolutos de precipitación acumulados en veinticuatro horas (valores oficiales) de cada uno de los episodios fueron 494,4 mm (1957), 635,2 mm (1982), 817,0 mm (1987) y 771,8 mm (2024), siendo hasta ahora el valor de 1987 el récord nacional medido en 24 horas (dato que se observó en el intervalo de 24 horas que comprende el día pluviométrico que va desde las 8:00 de la mañana hasta esa misma hora del día siguiente)», recuerda el informe.
Pero, ¿qué ocurrió el pasado 29 de octubre para provocar un tsunami tan destructor en un sólo día? Pues que los registros máximos de lluvia se produjeron en muy poco tiempo: «el último episodio ha batido el récord nacional de intensidad de la precipitación acumulada en una, seis y doce horas. El dato máximo horario, de 185 mm, triplica al valor de 60 mm utilizado como umbral para la definición de torrencialidad, siendo además 26 mm superior al valor máximo observado con anterioridad en la localidad de Vinaròs (Castellón) el 19 de octubre de 2018. En cuanto a los valores acumulados en seis y doce horas (621 y 720 mm, respectivamente) éstos duplican a los más extremos anteriormente registrados en la estación de Alpandeire (Málaga) el 21 de octubre de 2018».
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Respecto al episodio meteorológico que produjo tanto en la provincia, AEMET confirma en el informe que en los cuatro episodios fue una depresión aislada en niveles altos (o comúnmente conocido como dana). Tanto en la pantanada de 1982 como en el pasado 29 de octubre, su origen se sitúa entre el Estrecho de Gibraltar y el norte de África, mientras que en la riada de 1957 y las lluvias de 1987 se sitúa sobre el entorno del golfo de Cádiz.
«Todas estas situaciones presentan un patrón similar entre los que se aprecia un anticiclón de bloqueo centrado hacia las islas británicas o hacia el interior de Europa, y con cierta extensión a lo largo del continente europeo y el Atlántico norte, en general resultado de la transición hacia el norte desde el Atlántico, de una dorsal subtropical con eje inclinado en la dirección suroeste-noreste, tal y como sucedió en este último evento y en los de 1982 y 1987», explica el ente meteorológico.
El encuentro de estos eventos climáticos (las danas al sur de España y los anticiclones al norte) se produjo sobre la Península Ibérica, lo que provocó la descarga torrencial sobre Valencia.
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