El agresor de Alfafar disparó tres veces a la víctima, que está en estado de coma inducido

Tal y como ha adelantado en exclusiva LAS PROVINCIAS, el hombre herido, Phileas G., de 33 años, permanece en estado de coma inducido tras ser intervenido dos veces en el Hospital La Fe de Valencia. Según un testigo, el agresor disparó tres veces a la víctima, una de ellas cuando ya estaba en el suelo.

Primero se produjo una acalorada discusión en la calle entre Phileas, hijastro de un guardia civil, y dos hombres de etnia gitana, uno de ellos armado con un machete de grandes dimensiones. Uno de los individuos entró en una casa okupada, salió poco después con una escopeta y disparó a la víctima, que recibió un primer tiro en el hombro. Luego realizó otros dos disparos a corta distancia, y Phileas sufrió sendas heridas de arma de fuego en una pierna y en el glúteo.

Luis Olmos, primo del herido y testigo del tiroteo, relata que acudió al lugar cuando su hija le dio que su familiar estaba discutiendo en la calle con dos okupas. El testigo trató de separarlos, pero los tres hombres se vacilaron y ninguno le hizo caso. «Intenté calmar las cosas. Dije guardad eso (el machete) porque al final vamos a acabar todos en el cuartelillo», afirmó Olmos.

Tras la discusión, uno de los individuos entró en una casa y salió poco después con una escopeta. «Le dije que dónde iba con la escopeta, y ya me rodea y por detrás mía pega el primer disparo. Me giro y me veo a mi primo que le pega en el brazo», explicó el testigo a los periodistas.

«Me quedé paralizado, y entonces se va cara a él y le vuelve a disparar en la pierna, y ya cuando cae al suelo le vuelve a disparar en el culo. Entonces ya no tiene más cartuchos. Llevaba una mochila con más cartuchos colgada al cuello, pero esa se le cae», añadió el testigo. Después de los disparos, el agresor golpeó a la víctima varias veces en la cabeza con el cañón de la escopeta hasta que uno de los okupas le quitó el arma.

Olmos y otro vecino realizaron dos torniquetes a la víctima en un brazo y una pierna mientras esperaban la llegada de la ambulancia. "pudimos controlar el sangrado, se habría muerto allí mismo", confiesa a LAS PROVINCIAS este familiar del herido. El agresor y el segundo individuo que había participado en la discusión, un joven de 23 años, salieron corriendo y huyeron antes de que llegaran las primeras patrullas. Según los testigos, ninguno de ellos llevaba ya la escopeta ni el machete, por lo que todo parece indicar que dejaron las armas en la vivienda.

La Guardia Civil ya ha identificado al autor de los disparos, que se encuentra en paradero desconocido, mientras que el otro joven implicado en la discusión se entregó pocas horas después, acompañado de su abogado, en el cuartel de la Guardia Civil de Patraix.

Tras recibir el aviso del tiroteo, un grupo numeroso de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local de Alfafar acudieron con urgencia al lugar. Los efectivos policiales se desplegaron durante 15 horas en la calle Pintor Sorolla, el lugar donde se produjeron los disparos, y otras calles adyacentes cerca de los barracones instalados con motivo de las fiestas.

Los agentes consideraron la posibilidad de que el autor del tiroteo se hubiera escondido en un domicilio próximo, una casa okupada en la misma calle, pero no irrumpieron en la vivienda hasta que la jueza de guardia dictó la correspondiente orden de entrada y registro.

Antes de asaltar la casa, la Guardia Civil utilizó un dron con una cámara térmica para detectar la posible radiación infrarroja emitida por un cuerpo humano en el caso de que el agresor se hubiera escondido dentro de dicho domicilio.

Sin embargo, las imágenes visionadas por el operador de dron no mostraron variaciones de temperatura, por lo que los investigadores del instituto armado sospechaban que el individuo ya no se encontraba en la casa. El agresor logró eludir el cerco policial poco antes de que llegaran las primeras patrullas de la Policía Local de Alfafar y de la Guardia Civil.

Los guardias civiles esperaron la autorización judicial para poder entrar en la vivienda, y el operativo policial se mantuvo cerca de 15 horas, concretamente desde las once y media de la noche del lunes hasta las dos y media de la tarde del martes, ante la posibilidad de que el individuo estuviera armado con la escopeta dentro de la casa.

Ante la duda y por cuestiones de seguridad, los guardias civiles y policías locales cortaron la calle e impidieron el paso de vecinos y vehículos como medida preventiva. Los agentes de la Guardia Civil tomaron precauciones cuando registraron la vivienda y comprobaron que no había ninguna persona dentro.

A las 13.30 horas, agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic) de la Guardia Civil de Valencia comenzaron a tomar posiciones en las calles Pintor Sorolla, San Antonio y Tauleta. Después de cerca de catorce horas de despliegue policial, la jueza de Instrucción dos de Catarroja autorizó la entrada en el inmueble okupado, y el operativo se prolongó una hora más hasta que los guardias civiles registraron la vivienda.

Pocos minutos antes de las 14 horas, un grupo de guardias civiles especializados en operaciones de asalto reventó la puerta de la casa a golpes con un ariete. Los agentes no esperaban localizar a nadie en la vivienda y su búsqueda se centró en el arma de fuego empleada en la agresión, y eso fue lo que sucedió.

Sobre la demora en la autorización judicial para registrar la casa, el alcalde de Alfafar, Juan Ramón Adsuara, manifiesta que es necesario revisar los procedimientos: «Si analizamos bien la situación, algo está fallando en el sistema que permite que una persona pueda cobijarse en una casa ocupada, y que las autoridades no podamos intervenir de inmediato. Estamos tomando todas las medidas necesarias para corregirlo».

No obstante, fuentes jurídicas aclararon que la Guardia Civil podía haber entrado en cualquier momento si hubiera riesgo para las personas pero al no tener constancia fehaciente de que el presunto autor de los disparos estuviera en el interior se prolongó el despliegue hasta localizar a los propietarios legales del inmueble.

El sospechoso solía frecuentar la casa okupada, pero no vivía en ella. Según los vecinos, el individuo discutió el día anterior con la víctima, y aparcaba su vehículo habitualmente en la zona delimitada por un vado. La plaza de estacionamiento está muy cerca de la casa okupada por varios individuos, y estos últimos consideraban que solo ellos podían aparcar en ese lugar.

Los vecinos de la calle Pintor Sorolla comentaban que la víctima habría estacionado su vehículo, un Porsche Macan, en el vado y esto habría desencadenado, al parecer, una nueva discusión y el posterior tiroteo, aunque los dos hombres mantenían desavenencias por otros motivos.

La Guardia Civil no descarta que el móvil de la agresión con arma de fuego esté relacionado con algún asunto delictivo, ya que tanto la víctima como el autor de los disparos tienen antecedentes policiales.

Un equipo del Servicio de Ayuda Médica Urgente (SAMU) asistió al herido y lo trasladó al Hospital La Fe de Valencia, donde fue intervenido quirúrgicamente en dos ocasiones debido a la gravedad de sus lesiones, según informaron fuentes médicas.