El coladero de coca del puerto de Valencia: lucha de clanes, ganchos perdidos y manzanas podridas
La macrooperación 'Spider' con casi un centenar de detenidos confirma las alertas por el auge del narcotráfico en el recinto valenciano, con un récord de 12,5 toneladas de droga intervenida y el regocijo de las mafias colombianas y albanesas: «Aquí te forras»
«Tengo que hacer una movida. Un procedimiento que flipas. Pero con calzador, eh. Me está costando la vida. Y al tío de Dani también. Le he cotizado y me está costando la vida meterlo. Está súper mirado, tío. Súper mirado. Los transportistas lo tienen mirado con lupa. Pero míralo con cariño, no me jodas. No me hagas mierda. Todo perfecto, sí todo perfecto. Me da un miedo cuando dices todo perfecto...». No es un diálogo de 'The Wire', la icónica serie de HBO que en una de sus temporadas destripa los trapicheos, mafias y tráfico de drogas en los muelles de Baltimore. Y quizás es un diálogo que podría ser cualquier cosa. Pero es una conversación real. Grabada en una escucha de la Guardia Civil durante la operación que acabó con el arresto de Jesús Fernández Bolaño, el capitán responsable de la lucha antidroga en el puerto de Valencia y ahora mismo en prisión junto a otros integrantes de la red. Un extracto del mastodóntico sumario de la operación que revela lo que es la parte más oscura del recinto portuario valenciano: un lugar líder en el transporte de mercancías en España, sí. Pero al mismo tiempo un nido de trapicheos, mafias, entrada de cocaína y delincuencia.
La escucha telefónica registrada por los agentes de Asuntos Internos fue una conversación entre P. C. P., la integrante de una naviera valenciana investigada, e Y. E. M., uno de los presuntos lugartenientes de Fernández Bolaño en la operación. Tan sólo uno de los vertices de los tejemanejes que rodean al puerto de Valencia. La mayor puerta de entrada de cocaína de España y en podio de los recintos marítimos europeos. Pero, ¿por qué es el puerto de Valencia un coladero de entrada de droga? Aquí van algunas claves:
El imperio del capitán
Viajes gratis a destinos paradisiacos, alojamientos en hoteles de lujo, una paga mensual por facilitar la entrada de droga por el puerto de Valencia, 90.000 euros enterrados en su chalé de 'El Dorado' en Cullera... El entramado descubierto por la Guardia Civil a finales del año pasado con el arresto del capitán Jesús Fernández Bolaño se puede considerar el pistoletazo de salida de la operación 'Spider', el mayor golpe propiciado a las redes de narcotráfico y corrupción en el puerto de Valencia. Fuentes de la investigación consultadas por LAS PROVINCIAS señalan que ambas no están relacionadas. Las dos parten de la Audiencia Nacional pero cada uno con sus tintes diferentes. Pero la caída del que fuera cerebro de la vigilancia antidroga de la Benemérita en el puerto (aunque realmente fuera todo lo contrario) ha destapado prácticas repetidas en la intervención de esta semana de la Policía Nacional.
Y una telaraña de empresas para ocultar las ganancias. Uno de los investigados, Guillermo T., poseía una laberíntica red de firmas (la mayoría sin actividad alguna). Una de ellas adquirió entre marzo de 2022 y agosto de 2023 hasta 14 vehículos de alta gama, como un Maserati Levante S o un Porsche Cayenne–, valorados en unos 800.000 euros.
Una incontrolable lucha de clanes
Hace unos años los cárteles colombianos dominaban por completo el negocio de la cocaína a nivel planetario. Nadie se atrevía ni a toserles. El puerto de Valencia no era una excepción. Los envíos desde Colombia eran mirados por lupa en todos los recintos. Una pista perfecta para dar con alijos. Pero desde hace aproximadamente una década han irrumpido en el mundo del narcotráfico otras bandas organizadas: los cárteles de los Balcanes. Son grupos de origen albanés o serbio. Varios de los detenidos junto al capitán corrupto eran de allí.
Ellos han puesto en marcha un mecanismo para tratar de confundir el foco de los investigadores: variar los puertos de envío de la droga desde Sudamérica. Ahora las principales remesas de droga llegan desde Guayaquil (Ecuador). También desde el puerto peruano de Callao. Más puntos en los que poner sus ojos las Fuerzas de Seguridad y menos facilidad para descubrir alijos.
Y estos clanes extreman su habilidad a la hora de ocultar la droga. Ya no valen los métodos clásicos de introducirla en el marco de puertas transportadas por mar, disueltas en botes de Cola-Cao o en formato líquido dentro de refrescos o bebidas alcohólicas. Hace dos años llegó a Galicia el mayor alijo de cocaína recibido jamás en aquellas tierras. Siete toneladas y media de droga. Iba introducida en los lomos de pescado y dentro del caparazón de marisco. Todo congelado. Indetectable, pero los ojos de los especialistas de Policía Nacional y Guardia Civil atraviesan a veces lo imposible.
El paraíso del 'gancho perdido'
No era el mecanismo usado por la red que capitaneaba Fernández Bolaño, cuyo método era el 'cambiazo' de contenedores, mediante su código de aduana: colocando el dígito de uno legal en uno 'con bicho', con estupefacientes dentro. Pero el 'modus operandi' más extendido en el puerto de Valencia es el del 'gancho perdido', también conocido como 'gancho ciego'.
El mecanismo permite enviar menos kilos de estupafeciente de golpe pero de forma más segura. A veces con la introducción de una simple mochila entre toneladas y toneladas de fruta. Imposible de encontrar. El sistema consiste en ocultar la droga en un contenedor con mercancía legal en el país de origen, sin el conocimiento del exportador ni del importador, para luego retirar la cocaína en el puerto de destino antes de que el cargamento llegue al final de la ruta. Colar 'farlopa' en un envío reglamentado.
La mafia tiene que contar en este caso con 'rescatadores' de la droga. Generalmente personal del puerto (estibadores, empleados de empresas navieras, tripulación de los buques...) para sacar la droga y dejarla a buen recaudo antes de que el cargamento llegue al final de la ruta.
Las 'manzanas podridas'
Las redes que actúan en el puerto de Valencia repiten un patrón: la colaboración de personal del recinto. Fernández Bolaño se encarga de orquestar el mecanismo con el que la banda introducía los contenedores con droga. 'Clonaba' las mercancías ilegales con los códigos de otros contenedores legales y así pasaban el foco de la aduana. No era la única 'manzana podrida'. En la misma causa figura como investigado un agente aduanero con antecedentes policiales y un estibador. Y P. C. P., la empleada de la empresa naviera que daba forma a toda la estructura de envíos y logística para darle un halo legal.
Lo mismo ha ocurrido en la 'operación Spider'. Por eso en la misma han intervenido lo que se conoce como agentes encubiertos. Ocho policías infiltrados para desenmascarar a los elementos 'podridos' del puerto y dar con sus conexiones con las mafias. Agentes jugándose el pellejo y la misma vida cada día. Con peligro de ser descubiertos y dejar en vilo sus existencias y las de sus familias. Porque los clanes colombianos y albaneses no avisan, actúan. Ejecutan.
También esta vez han caído dos integrantes del recinto. Dos agentes portuarios que colaboraban con las bandas y ya en manos de la Policía Nacional.
La puerta de entrada de cocaína de España y Europa
El paraíso de los traficantes de droga por vía marítima en España no es Vigo, antiguo paraíso de los cárteles gallegos, ni Algeciras (convertido en un fortín por la vigilancia de la inmigración ilegal). Nuestro puerto es la mayor puerta de entrada de droga en España. Cocaína, concretamente. El tercero de Europa tras el belga Antwerp y Rotterdam.Sólo el año pasado, en el puerto de Valencia se confiscaron 12,5 toneladas de 'polvo blanco'. Una tonelada más que el año anterior. Una preocupante escalada.
Fruto sobre todo de la mayor inspección de contenedores que no cesa por parte de los agentes aduaneros y de las Fuerzas de Seguridad. Pero el año pasado pasaron por el recinto valenciano 47,7 millones de toneladas de mercancía. Como buscar una aguja en cien pajares. El año pasado se halló el ilícito cargamento en un total de 39 contenedores. En 2023 ocurrió así en 26 cargamentos. Por cierto, el año pasado, 23 llegados desde Guayaquil, la confirmada 'ruta caliente' entre Ecuador y España.
Y esto se presupone solo la punta del iceberg del tráfico de drogas. Dice la estadística que por cada alijo que se encuentran, entran nueve. Las redes mandan además 'señuelos' en forma de cargamentos claramente sospechosos para que el foco se ponga en ellos y la droga pueda entrar entonces tranquilamente por otro lado. Si hacemos caso a esta regla estadística, cada año entrarían por aguas de Valencia más de 30 toneladas de cocaína. En España, el flujo delictivo solo es comparable con Vigo o Algeciras, aunque el puerto de Valencia es el número uno en cifra de contenedores.
La técnica a veces no ayuda
«Está estropeado el escáner y ahora no encontramos nada. El que quiera meter algo, que aproveche porque se estará forrando». La frase es del mismísimo Jesús Fernández Bolaño, el ex guardia civil preso por su connivencia con la red de narcos. Captada por los agentes de Asuntos Internos en una de las escuchas que contiene el sumario y representativo de otra de las lacras para acabar con el tráfico de drogas en el puerto de Valencia: los fallos de la tecnología empleada para detectar alijos con rayos X.
La inspección humana y visual solo puede hacerse con cargas 'calientes': contenedores con origen sospechoso o con seguimiento de Policía Nacional o Guardia Civil. Y ni siquiera todos. Imposible. El uso de escáneres y cámaras de radioanálisis es la única forma de dar con la droga. Y fallan más a menudo de lo deseado.
«Si sigue sin funcionar se va anular el paso de los contenedores por el escáner», advierte el capitán corrupto a su interlocutor en la conversación escuchada por los investigadores. Vía libre en este caso para los cargamentos ilegales.
'Luces rojas' de Fiscalía y juzgados
Que la deriva del narcotráfico va a más desde hace unos años en el puerto de Valencia es algo que viene siendo advertido hace mucho tiempo por numerosos entes. Es el caso de la Fiscalía y de los juzgados. En primer lugar, por la acumulación de causas que provoca las incautaciones en el puerto. Y un colapso en el sistema judicial. «Los juzgados sin especialización acumulan causas de delincuencia organizada mucho más graves que las que, en muchos casos, se tramitan en la Audiencia Nacional», advirtió el año pasado la Fiscalía General en relación a los juzgados valencianos.
La Fiscalía pone sus ojos sobre tres partidos judiciales en concreto: Massamagrell, Requena y Torrent. Son los que más sumarios de delincuencia internacional asumen, sin medios. «Las conexiones internacionales de estas organizaciones merecerían una investigación especializada en la Audiencia Nacional», subraya la Fiscalía.
La Fiscalía General del Estado también ha alertado del aumento general de las causas relacionadas con el narcotráfico en la Comunitat. Y otro dato: advierte del auge de la presencia de la mafia albanesa en Castellón. Allí, la población reclusa de esta nacionalidad ya es mayoría en las cárceles de la provincia. Los imparables tentáculos del 'narco' no dejan de extenderse.