«No nos podemos permitir el lujo de solo tratar el agua, sino de recuperar y reutilizar»
LAS PROVINCIAS y FACSA reflexionan sobre los desafíos y retos a los que se enfrenta el sector del agua
«Nuestra relación con el agua es una relación de vida y de pura necesidad. El agua es un bien esencial que nos permite vivir y hemos incrementado esa relación con ella por la falta que existe y porque supone un desembolso económico cada vez mayor para las familias. Queremos aumentar su calidad. El agua es vida y nosotros la necesitamos». Con este importante y potente mensaje comenzó la mesa de expertos del sector del agua.
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Con motivo del 150 aniversario de FACSA organizó junto a LAS PROVINCIAS diferentes encuentros con el objetivo de poner el foco en el ciclo integral del agua. Estos forman parte de la iniciativa 'El agua primero. Voces' a través de la cual dan voz a los principales agentes que forman parte del proceso de gestión y consumo de los recursos hídricos.
En el primer encuentro participaron el presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Comunitat Valenciana (FECOREVA), Pascual Broch; la directora de tecnología de Ainia, Begoña Ruiz; y el presidente de la Asociación Valenciana de Consumidores y Usuarios (AVACU), Fernando Moner, para analizar el presente y el futuro del agua y debatir sobre los desafíos y retos a los que se enfrenta el sector.
Adaptación
La adaptación a un contexto de cambio climático cada vez más complejo y la escasez del agua pasa por la tecnología. La tecnología desempeña un papel crucial en la gestión y conservación del agua, un recurso cada vez más escaso. Por ello, en la mesa de expertos se coincidió en que la innovación, investigación y reutilización son indispensables para asegurar su suministro y preservación.
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«Llevamos muchos años trabajando para conseguir avances. No vemos el agua como un problema a resolver, sino como un recurso que nos puede proveer de materias primas y dar la posibilidad de reutilizarla. No nos podemos permitir el lujo de solo tratar, sino recuperar y reutilizar. Siempre se puede hacer un poquito más y hay todavía mucho que se puede hacer mediante la tecnología en el consumo del agua», aseguró Begoña Ruiz.
Desde la monitorización en tiempo real hasta la optimización del uso en la agricultura mediante riego inteligente, las innovaciones tecnológicas permiten una administración más eficiente y sostenible. También las soluciones avanzadas, como el tratamiento de aguas residuales y la desalinización.
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«La digitalización es clave para evitar fugas, controlar procesos y optimizar el consumo del agua. La inteligencia artificial tiene mucho que decir en esto y nos va a ayudar a potenciar la tecnología para dar respuesta a la mayoría de los problemas del agua. La situación no es elástica, hemos pasado el límite: estamos en fase de plasticidad y lo que estiremos ya no vuelve», apuntó Ruiz, a lo que Fernando Moner agregó que las aplicaciones son muy eficaces para avisar de una fuga. «A través de la app me llega una alerta que me dice que mi consumo diario ha crecido. Son pequeños pasos que nos hacen subir escalones hacia una gestión eficiente del agua», reconoció.
La directora de tecnología de Ainia explicó que han migrado del concepto de depuración al de aprovechamiento, ya que del agua pueden recuperar materias primas y nutrientes que se pueden reutilizar. «En el agua residual hay celulosa que tiene un valor. En el agua también hay fósforo que se puede utilizar en la agricultura y metales que son muy escasos, que tienen mucho valor y se están perdiendo», expuso.
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También Pascual Broch incidió en este aspecto. «Lo importante sería saber qué cantidades tenemos, cómo se reparten y controlarlas para no quedarnos sin agua. Con la tecnología podemos avanzar con controles de pérdidas, sensores para no utilizar más agua, restricciones… Y también en el concepto de aguas desaladas y regeneradas. Todas son buenas y hay que trabajar para que entren en nuestro ciclo del agua. Encima, estos procesos se están abaratando gracias a las nuevas tecnologías».
Además, desde Ainia remarcaron que siempre se puede hacer un poquito más para ahorrar agua. «Hay todavía mucho que se puede hacer mediante la tecnología en el consumo del agua. Estamos trabajando con industrias que están haciendo pequeños cambios y reduciendo en limpieza hasta un 40%. Pequeñas acciones pueden dar grandes resultados, la industria se conciencia cada vez más y es un camino que está haciendo recorrido», explicó Begoña Ruiz.
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Por otro lado, en la mesa también se trató la calidad del agua y su sabor. «La calidad no la ponemos en interrogante porque el nivel de la Unión Europea en seguridad alimentaria no tiene comparación con otras partes del mundo. Es verdad que hay poblaciones que tienen excesos de nitrato, pero cada vez mejora porque hay control y medida. Lo que nunca tiene que faltar es el control de las administraciones, tienen que verificar que se mantiene el nivel. El tema del sabor va por barrios. Depende de la zona, en una misma comunidad cambia y hay poblaciones en las que el consumo de agua embotellada crece. No hay que demonizar ningún consumo y hay que invertir mucho en ser racional», reflexionó el presidente de Avacu.
La educación sobre el agua es fundamental para promover su conservación y uso sostenible. Educar a los más pequeños sobre la importancia de este recurso vital nos llevará a que las nuevas generaciones lleven a cabo prácticas responsables y reduzcan el desperdicio. En un mundo donde el agua es cada vez más escasa, educar sobre su valor y gestión es esencial para garantizar su disponibilidad futura.
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«El problema de la escasez del agua se ha acentuado, pero es un tema de educación. Si damos por perdida a la generación intermedia, debemos educar a los más pequeños. Me encanta cuando se habla de educación, nosotros formamos a unos 5.000 chavales cada año desde los 4 a los 16 años porque creemos que es fundamental», expresó Fernando Moner.
Pero el presidente de Avacu lamentó que en los 37 años que llevan con proyectos educativos solo ha habido dos en los que la administración les ha concedido una ayuda para concienciar del uso eficiente del agua. «Si hemos hecho cosas ha sido en colaboración con empresas que han estado más concienciadas. A lo mejor tenemos que repensar que todos podemos hacer un poquito más para que se tenga al agua como un valor real y se utilice de una manera más eficiente», reflexionó.
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Por otro lado, Moner quiso aprovechar para defender a los agricultores, a quiénes considera un ejemplo. «Vienen de otros países para aprender de nuestros sistemas de reutilización del agua. Me gustaría romper ciertos mitos que llegan al ciudadano y quiero romper una lanza a favor de los agricultores: el 80% del agua es para uso agrario, parece que damos responsabilidad a los agricultores, pero ellos la utilizan para darnos vida», aseguró.
«Tenemos que seguir avanzando con educación y abordar el problema del cambio climático. Hay que seguir trabajando y educando», afirmó Broch, a lo que Ruiz agregó que «se está avanzando la educación para que desde pequeños entendamos que el agua es un bien escaso y que cada vez haya más concienciación porque vivimos en una situación de emergencia en la que es necesario actuar inmediatamente».
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Despolitizar el agua
Siempre se dice que hay ciertas cuestiones con las que no se debe hacer política y, según estos tres expertos, el agua es, indiscutiblemente, una de ellas. «Hay temas esenciales donde no se puede hablar de ideología, el agua es un bien esencial del que tenemos carencias durante ciertos meses y de manera cada vez más habitual. Estamos hablando de un país como España donde en algunos sitios hay mucha agua y en otros sitios falta», reflexionó el presidente de Fecoreva.
«Hay que utilizar todos los sistemas que nos permitan tener agua, la tecnología no tiene nada que ver con la que teníamos hace diez años y en cinco años nos quedaremos boquiabiertos con lo que la tecnología nos permitirá. Necesitamos que la política sea mucho más realista y tratar temas de manera conjunta. Tiene que haber un consenso hídrico y un ritmo alto de solidaridad y cooperación», agregó Pascual Broch.
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A esto, Fernando Moner agregó que «en cuanto al precio, el consumidor no tiene ni idea de qué paga porque la factura tiene veinticinco conceptos. El valor del agua se ha incrementado mucho, sobre todo con la sequía, pero no sabemos realmente lo que cuesta. Pediría a las administraciones que, ya que estamos en la era de la transparencia, se le dote de más transparencia a las facturas de los servicios esenciales».
«El agua no solo tiene que ser incolora e insípida, sino justa, apolítica y de todos», defendieron desde Fecoreva mientras que desde Avacu agregaron que «el agua es vida y por tanto hace falta más participación de los consumidores, transparencia en los precios y mucha formación. Son tres cosas esenciales que ayudarán a que las generaciones futuras tengan las mismas oportunidades».
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