Pujol alega que tiene «marcadores de alzhéimer», deterioro cognitivo grave y demencia dos semanas antes del juicio
Si la Audiencia Nacional determina que puede ser juzgado, el expresidente de la Generalitat reclama poder declarar por vía telemática
Movimiento de última hora del expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol, para tratar de evitar ser juzgado por corrupción o al menos para no tener ... que acudir a Madrid, a la Audiencia Nacional, a declarar in situ en el banquillo de los acusados. El próximo 24 de noviembre, arranca en la Audiencia Nacional el juicio contra el clan Pujol, el expresidente catalán y sus siete hijos, en relación a la fortuna presuntamente ilícita que acumularon y mantuvieron oculta durante décadas. El exmandatario catalán se enfrenta a una pena de 9 años de cárcel, mientras que la petición de la Fiscalía para sus siete hijos va de los 8 años a los 29. Están acusados de asociación ilícita, blanqueo de capitales, falsedad en documento mercantil y delitos contra la Hacienda Pública.
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Jordi Pujol tiene 95 años y su defensa ha presentado ante la Audiencia Nacional un escrito, que incluye dos informes médicos y una petición para que un forense designado por el tribunal evalúe el estado de salud del exdirigente nacionalista y determine si está en condiciones físicas y mentales de ser juzgado con garantías.
En caso negativo, si los médicos concluyen que está incapacitado y no puede afrontar un juicio en condiciones, su causa quedaría archivada, como ya ocurrió con su mujer, Marta Ferrusola, procesada inicialmente en esta misma causa y exonerada más tarde por el alzhéimer que padecía. Ferrusola murió el año pasado. Si los forenses del tribunal consideran que está apto para ser juzgado, la defensa del expresidente reclama no tener que desplazarse hasta Madrid para asistir al juicio y poder declarar por vía telemática desde Barcelona.
Los dos informes médicos presentados ante la Audiencia Nacional, según ha avanzado El Periódico, apuntan a un «deterioro cognitivo grave», «demencia sobrevenida» y una «severa alteración de la memoria verbal». Pujol alega que tiene «marcadores de alzhéimer en la sangre», así como una discapacidad del 75% y «severa dependencia funcional».
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