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Junfran Pérez Llorca. Efe

Y al final, Pérez Llorca

Génova pone fin al debate y encumbra al número dos de Mazón, el candidato a presidir la Generalitat con más opciones de lograr el apoyo de Vox en la investidura

JC. Ferriol Moya

Valencia

Martes, 11 de noviembre 2025, 13:00

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Juanfran Pérez Llorca (Finestrat, 1976) será el aspirante del PP a la presidencia de la Generalitat en sustitución de Carlos Mazón. La dirección nacional de los populares ha puesto fin a un culebrón que se había iniciado incluso antes de que el aún jefe del Consell anunciara el pasado 3 de noviembre su renuncia al cargo, y que en los últimos días comenzaba a generar dudas respecto a si terminaría concretándose. Pérez Llorca, secretario general del PP valenciano, síndic de los populares en Les Corts y alcalde de Finestrat (elegido en las últimas eleciones municipales con el 74%) alcanza la cima de una carrera labrada en la política municipal, ni más ni menos que en la Marina Baixa, toda una credencial en la política valenciana.

Pérez Llorca ha superado los recelos de Génova. No tanto por su papel en relación con la dana que el 29 de octubre arrasó media provincia de Valencia y dejó 229 víctimas mortales –aunque la jueza de Catarroja que instruye la causa ha decidido citarle como testigo para el día 21- como por mover ficha, a la vista de que la situación política de Mazón era insostenible y la dirección nacional preparaba un relevo, para propiciar que la decisión sobre el nuevo candidato del PP a presidir la Generalitat se adoptara en Valencia, y no en la calle Génova.

Pérez Llorca es el secretario general del PP valenciano que aún lidera Carlos Mazón. El aún presidente de la Generalitat lo situó en el cargo tras la victoria de los populares en las elecciones municipales y autonómicas del 2023. Mazón aprovechó el triunfo también de María José Catalá en la ciudad de Valencia para desplazarla de ese puesto y situar a un fontanero de los que conocen el partido como la palma de la mano. De hecho, Pérez Llorca fue junto con Miguel Barrachina director de esa campaña electoral que puso fin a dos legislaturas de mayoría de izquierdas en la Comunitat Valenciana.

El nuevo candidato popular pertenece, por tanto, al grupo de dirigentes populares más cercanos a Mazón. Esa circunstancia –no menor en un dirigente que había sido uno de los más estrechos colaboradores de otro veterano del PP valenciano, José Císcar- es la que permite una sucesión tranquila en el PP valenciano. Pérez Llorca viene a representar el proyecto que encabezaba Mazón, muy anclado en la provincia de Alicante, pero con la complicidad de los líderes provinciales de Valencia, Vicent Mompó, y Castellón, Marta Barrachina.

La reunión que mantuvo con ellos el 31 de octubre se encuentra en el origen de los recelos que la calle Génova ha mostrado hacia su nombre. Este lunes, Pérez Llorca hizo lo que debía para reconocer la autoridad de Feijóo. «La propuesta (del candidato a la investidura) es suya», dijo. La dirección nacional agradeció el gesto.

Alcalde de Finestrat desde 2015, diputado autonómico desde 2023, hábil negociador, prudente, conocedor de sus límites, metódico, trabajador, Pérez Llorca representa un perfil menos efectista que el aún president de la Generalitat, pero más pragmático. Tanto que fue pieza clave en la negociación con Vox tras las elecciones municipales y autonómicas para hacer posible la investidura de Mazón y al gobierno de coalición durante el primer año de legislatura.

Pérez Llorca representa un perfil menos efectista que el de Mazón, pero más pragmático

Pérez Llorca fue clave en ese acuerdo, pero su pieza maestra, el pacto donde demostró todo lo que había aprendido de Honorato Algado –el alcalde de Finestrat al que sucedió- fue en el acuerdo a tres bandas del PP con Vox y con el partido del exdirigente del PSPV Jorge Rodríguez y que permitió a Vicent Mompó, contra todo pronóstico, presidir la Diputación de Valencia. Un acuerdo con el partido de Santiago Abascal –sin entrar en el gobierno provincial- y con una formación progresista, que ocupa la vicepresidencia de la corporación. Y con el PP al frente. Pocas veces se consiguen acuerdos tan valiosos en política. Y Pérez Llorca fue, sin la presión de los focos, el que consiguió el acuerdo. Esa capacidad para llegar a acuerdos, y para entenderse con Vox, ha resultado determinante en este momento para ser propuesto aspirante a la investidura. Otros posibles candidatos, como la alcaldesa María José Catalá, tenían mucho más cuesta arriba ese entendimiento.

De hecho, su capacidad para pactar con Vox provoca que algunos cargos consideren que con su designación el PP corra el riesgo de desdibujarse ante el partido de Abascal, precisamente cuando toca disputarle el voto a ese partido en diversas convocatorias electorales. En realidad, el voto de Vox es imprescindible para una investidura. Y según las encuestas que se han publicado, volverá a serlo cuando se celebren elecciones.

El candidato popular es consciente de sus fortaleza. También de que si logra el voto de los 13 diputados de Vox tomará las riendas del Gobierno valenciano condicionado por la dimisión de Mazón como inquilino del Palau, con una oposición encendida a la búsqueda de unas elecciones anticipadas, y condicionado por el acuerdo con el partido de Santiago Abascal para hacerle president. Y junto a todos esos asuntos, la obligación de no desatender la reconstrucción tras la riada y, al mismo tiempo, construir discurso para una Comunitat que en lo que va de legislatura había centrado buena parte de su relato en el ninguneo del Gobierno de Pedro Sánchez.

Para lograrlo, Pérez Llorca tendrá que acometer cambios en el equipo de Mazón. Y nadie parece ponerlo en duda. El núcleo duro del Palau parece destinado a dejar sus responsabilidades, achicharrado como Mazón por la dana del 29 de octubre. Pérez Llorca es de los que asume que Presidencia de la Generalitat es la sala de máquinas de la acción del Gobierno, y que algunas medidas adoptadas por el Consell de Mazón, dentro de ese discurso de quitar grasa de la administración, había convertido en demasiado liviano el peso del equipo presidencial. Un presupuesto de 30.000 millones de euros como el que maneja la Generalitat parece lo suficientemente robusto como para pensar en un equipo de profesionales muy preparado para liderar la acción política. También parecen probables cambios en la composición del Consell.

El candidato del PP a la Presidencia del Consell tiene ante sí casi año y medio de gestión al frente del Consell. Pérez Llorca ha venido remarcando que su presidencia, si finalmente se concreta, no será «de transición». Como poco, el dirigente popular quiere afrontar el cargo y darse unos meses para tratar de consolidar su posición. Pérez Llorca puede representar al PP alicantino como Mazón, pero sus colaboradores le reconocen una gran capacidad para la reflexión, anticipación en la acción política y una permanente disposición al trabajo. Probablemente sin el vértigo con el que era capaz de convivir Mazón, pero con una pausa que a su partido le puede venir bien para restañar las heridas que ha dejado abiertas este proceso con la dirección nacional.

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