El Botánico también se agrieta por los pactos municipales

Oltra, vicepresidenta de la Generalitat, repite siempre, cuando llegan momentos duros en las relaciones entre los socios del tripartito, que el Botánico «está a prueba de bombas». Sin embargo, esa resistencia a la ruptura a nivel autonómico no alcanza similar fortaleza en términos municipales, donde un año de legislatura ha evidenciado que el pegamento de la Generalitat es mucho más potente que el que se usa en los consistorios. A nivel municipal, los socialistas han formado gobierno en más de una docena de municipios de la Comunitat con Ciudadanos, descartando en algunos de ellos a los que son sus socios en el Consell. Podemos perdió la mayor parte de su representación en los ayuntamientos tras las últimas elecciones municipales de 2019. El tripartito que en 2015 se trabajó todo tipo de alianzas para desbancar al PP de las alcaldías, se quedó cuatro años después en un debate a dos bandas, PSPV y Compromís, cuyos concejales han acumulado agravios entre ellos, de tal manera que cada una de las formaciones atesora media docena de «traiciones» que cíclicamente reprocha a sus supuestos socios. No hace falta que rompan para demostrar su falta de conexión. En Valencia se mantienen juntos al frente del Ayuntamiento de la capital, pero la relación se ha deteriorado de un modo espectacular a lo largo del último año juntos tras las elecciones locales de 2019. En las redes sociales, asesores y ediles se cruzan descalificaciones sin disimulo.

Mientras que Ximo Puig y Mónica Oltra, junto a sus respectivos consellers, conservan en público las formas y la cordialidad que se presuponen a un Consell de coalición, en el plano municipal el desencuentro es indisimulable en decenas de consistorios. Valencia no es una excepción. Esa misma crispación provocó que durante la legislatura pasada se rompiese el pacto de Gobierno en Alicante. En la capital del Turia no parece que la sangre vaya a llegar al río, pero el encono con el que se critican los dos grupos municipales está muy lejos de la amabilidad que, al menos de cara a la galería, todavía impera en el Consell.

Concejales socialistas y nacionalistas se descalifican abiertamente en municipios como Torrent, Bétera, Sueca o Xixona. Las acusaciones de pactar con la derecha, o de intransigencia, van de Compromís a PSPV y viceversa. Las direcciones de ambos partidos intentan sujetar a sus concejales, algunos de ellos amenazados con la salida del partido o, directamente, expulsados.

«En los ayuntamientos, la situación es completamente distinta a la Generalitat, donde todo está más compartimentado y hay espacio para la política, o las estrategias, un debate más general sobre qué hacer. En los consistorios hay un día a día de gestión que obliga a hacer o no hacer, es todo mucho más concreto y, ahí, las diferencias no hay manera de disimularlas. Además, luego está el factor personal. En los municipios, y especialmente en los más pequeños, los concejales, aparte de ser de un partido u otro, se conocen de toda la vida. Son amigos o enemigos de siempre, y una discusión se toma mucho más a pecho, es más personal, que en el Consell», explica un alto cargo de Compromís con experiencia municipal.

Fuentes socialistas coinciden en que las relaciones personales intensifican tanto las alianzas como los desencuentros. Desde ambas formaciones se admite en que el entendimiento a nivel local es mucho más complicado que mantener la cohesión en el gobierno autonómico. «Te cruzas a diario en el ayuntamiento con los que discutiste en la última reunión del equipo de Gobierno, o te encuentras por la calle al edil que te votó en contra el presupuesto a pesar de que es de izquierdas como tú, o eso dice, y eso no pasa a nivel autonómico, donde muchos altos cargos del tripartito apenas se ven. El roce hace el cariño, y lo contrario», admite un dirigente socialista.

El resultado de mayo de 2019 supuso una sorpresa tan grande para el PSPV que aún parece no haberlo digerido. Ribó, por su parte, ejerce de Puig y trata a sus socios con tal suficiencia que la crispación se eleva.

El veterano socialista Jesús Ros mantuvo una relación muy tormentosa con Compromís durante la pasada legislatura, y así continuó en la actual. Finalmente ha alcanzado un pacto con Ciudadanos.

El nacionalista Joan Morant ha salido de la alcaldía este verano tras salir triunfante una moción de PP, Cs y DV que obtuvo el voto favorable del edil socialista que el PSPV anunció que expulsará el partido.

Como ocurrió en Torrent, la socialista Isabel López llegó a la alcaldía gracias al apoyo de Compromís, si bien no formaron gobierno conjunto. En julio, el PSPV de la localidad alcanzó un acuerdo de legislatura con Cs.

Los nacionalistas se buscaron otros socios distintos al PSPV durante la pasada legislatura, y en la actual, el socialista Dimas Vázquez se alió con PP y Cs para cerrar el paso a Compromís, la fuerza más votada.

El socialista Enrique Moll revalidó en 2019 la alcaldía, pero se quedó en minoría. Desde entonces, el choque con Compromís es tan constante como los acuerdos con los concejales de Cs y Ciutadans de Pego.

Domingo García fue elegido alcalde tras acordar un reparto del gobierno con el PP. El acuerdo impidió que el socialista Enric Llorca renovase al frente del consistorio. Compromís anunció la expulsión de García.

El pleno del Ayuntamiento de Bétera aprobó este verano el presupuesto municipal. Contó con el voto favorable del equipo de Gobierno (PP, Cs y Mas Camarena-Torre en Conill) junto a Compromís y Vox.

La pasada legislatura, el alcalde de Compromís cesó a los del PSPV. Desde 2019 el alcalde es del PP. Los concejales obtenidos por el bloque de la izquierda fue incapaz de llegar a un acuerdo y gobernar juntos.

El socialista Ximo Coll se siente «hostigado» por una pinza, la formada por el PP y Compromís. La oposición le tumbó el presupuesto y al inicio de la legislatura dejó sin sueldo al equipo de gobierno.

El exalcalde de Catadau expulsado por el PSPV tras apoyar a un hombre condenado por apuñalar a su mujer en 16 ocasiones, recuperó un sueldo público tras apoyar la investidura del alcalde, de Compromís.

Los socialistas reprochan a los miembros de Compromís en la Diputación de Alicante que la coalición haya facilitado la aprobación del presupuesto confeccionado por el equipo del popular Carlos Mazón.