Ustedes perdonen por el título, pero no es mío, lo ha puesto Netflix a un episodio de la serie documental 'Fiasco total', que recoge casos ... reales de cómo todo lo que es susceptible de empeorar, empeora. Aquí cuenta, con imágenes reales y entrevistas a miembros de la tripulación y pasajeros, lo ocurrido en el Carnival Triumph, y crucero con más de 4000 personas con ganas de juerga, que en febrero de 2013, tras un incendio en una turbina, se quedó sin energía y a la deriva por el Golfo de México, y no solo sin electricidad o aire acondicionado, sino que los retretes dejaron de funcionar. La tripulación pidió al pasaje que hiciera sus necesidades en bolsas rojas pero muchos negaron a hacerlo, y ha pasado a la historia como 'el crucero de la caca'.
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No había comida, salvo sandwichs preparados de urgencia por los cocineros, pero con colas de horas para pillar uno. Cuando al quinto día llegaron los remolcadores mexicanos decidieron arrastrar el barco a la costa de Florida. Y al intentar amarrar al Carnival Triumph, el barco se desestabiliza y se inclina peligrosamente hacia un costado. Y las aguas fecales salen de los retretes y se desparraman por camarotes, pasillos y cubiertas. Para andar por el barco era inevitable ir pisando cacas, y para contentar al pasaje se abre barra libre en el bar, y el pasaje se abalanza, y a por todo el alcohol que puedan y todo se descontrola aún más.
No pretendo aguarles sus vacaciones si es que tienen previsto disfrutarlas a bordo de un crucero, pero no se pìerdan el documental, conviene navegar preparados. Es muy instructivo, y agradezcan que el 'odorama', aquel invento de John Waters del cine con olor, haya pasado al baúl de los recuerdos, porque aquí el olor del documental sería nauseabundo, vomitivo.
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