Hace unos meses salió de la cárcel Mr. Ulbricht, condenado a dos cadenas perpetuas en Los Estados Unidos por crear una web profunda en la ... que se podía adquirir cualquier tipo de droga mediante el pago en criptomonedas. Como resultado de esa venta del todo ilegal murieron seis personas por ingesta de droga. Cómo no, el presidente Trump le ha perdonado y ahora recorre el país dando conferencias y recogiendo donaciones de sus colegas y simpatizantes, pero... no de arrepentimiento ni nada por el estilo, sino más bien retomando de forma renovada su anterior atractivo para libertarios y otros grupos proTrump.
Publicidad
La justicia plenamente burlada; el malhechor como héroe, esa es la realidad que nos trae el amigo americano y sus adláteres. Me pregunto cómo pueden estas personas obtener tanto apoyo y admiración. Con motivo de las vacaciones he podido ver una película que se me había escapado en estos últimos años y lo cierto es que me emocionó: 'Trece vidas', dirigida por Ron Howard y con unos estupendos Viggo Mortensen y Colin Farrell. Es una crónica detallada de cómo se unieron voluntarios de 50 países del mundo para rescatar a trece niños de una cueva muy profunda en Tailandia, en la que habían quedado aislados en su interior por las lluvias torrenciales. No había dinero de por medio y sí mucho peligro que afrontar dada la longitud del trayecto que llevaba a la cueva y su claustrofóbico recorrido.
La película tuvo mucho éxito porque resonó en la mejor parte de todo ser humano al activar la empatía de auxilio ante víctimas inocentes. Me pregunto en qué parte de este camino que se suponía que iba a ser de triunfo de la sociedad de los derechos humanos y del bienestar se produjo este desvío de nuestra humanidad compartida para regresar a los tiempos donde el bárbaro y el poderoso sin escrúpulos suscitaban admiración. Lo peor de todo es que asumimos esta 'nueva normalidad' donde los hechos no importan si son un obstáculo para quien ostenta el poder y quiere conservarlo. ¿Cuándo sucedió que nos rendimos ante el ignorante y el zafio? ¿Por qué hay tantos votantes que se identifican con el que siembra odio y miente sin complejos, generalmente con un pasado donde lo único relevante es la codicia y el ventajismo? ¿Por qué tanta gente que se considera cristiana ríe las gracias y aplaude a quienes niegan con su discurso y obras la enseñanza de los Evangelios? ¿Resulta de verdad imposible que en Europa, con nuestro pasado de guerras permanentes pero también un oasis en el mundo, aparezca una generación de líderes dispuesta a que esta excelencia tan duramente conquistada perviva frente a estos nuevos héroes de pacotilla? Muchas preguntas y pocas respuestas.
¿Por qué hay tantos votantes que se identifican con el que siembra odio y miente sin complejos?
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión