IVÁN ARLANDIS
Belvedere

Celebramos una victoria

El 9 d'Octubre es un día de fiesta, la conmemoración de la entrada de Jaume I en Valencia. Por contra, los nacionalismos viven de recordar las derrotas

Pablo Salazar

Valencia

Miércoles, 8 de octubre 2025, 22:56

Disfrutemos del 9 d'Octubre mientras podamos. ¿Cuánto tardará la alianza entre la corrección política progre y el islamismo en rechazar que el Día de ... la Comunitat Valenciana sea la conmemoración de la victoria del Rey Jaume I sobre las tropas musulmanas? En un país, España, en el que los amigos de los terroristas son elevados a la categoría de «hombres de paz» mientras que los que tuvieron que escapar del acoso de los violentos o vivieron bajo la amenaza del tiro en la nuca son denostados como «extremistas» puede ocurrir cualquier cosa. Que se prepare Aragón y su escudo o las comisiones de moros y cristianos, que vienen curvas. Hasta que llegue ese día -que llegará- celebremos una victoria. 9 de octubre de 1238, entrada de Jaume I en Valencia tras su conquista. Dos días antes, el 7 de octubre, y 333 años después, 1571, batalla de Lepanto, cuando -como escribe Marcelo Gullo en su libro de reciente aparición- España salvó a Europa de la islamización. Otra gesta.(Con la participación estelar de Miguel de Cervantes, fuera homosexual, heterosexual o asexual, que no es lo que importa sino su vida y, sobre todo, su obra). El nacionalismo exalta y recuerda las derrotas. Piensen en el catalán y su gran día, el 11 de septiembre, la Diada. 'Celebran' la caída de Barcelona en 1714 tras un largo asedio de las tropas de Felipe V. El fin de la Guerra de Sucesión (que no de Secesión, aunque traten de confundir a los incautos y mal informados. Fue una contienda dinástica, no territorial). El nacionalismo valenciano también rememora un desastre bélico, el de la Batalla de Almansa, en la misma guerra. Es curiosa esta tendencia de regodearse en los fracasos pero tiene su lógica: los nacionalismos viven del agravio, siempre hay un nosotros y un ellos. El ellos del nacionalismo catalán y del valenciano (tanto monta...) es el mismo, España, la malvada España que nos oprime y nos exprime. Y que ahora (Junts dixit) se lleva el dinero de los catalanes para pagar los gimnasios y las mascotas de los andaluces). La derrota, y el posterior expolio, represión y asfixia económica, es la clave de bóveda del nacionalismo. Perdimos, se flagelan, y desde entonces somos una nación sin Estado. Un pueblo oprimido. El 9 d'Octubre celebramos (mientras nos dejen) una victoria y la constitución formal del Reino de Valencia, precedente histórico de la actual Comunidad o Comunitat Valenciana. Y está bien que así sea, marida mejor con el carácter festivo y abierto de los valencianos que la derrota lacrimógena y los golpes de pecho, el bucle melancólico de los que viven anclados en un pasado idealizado.

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