¿De qué nos sirve tanto turismo en Valencia?

Miércoles, 11 de junio 2025, 23:48

El que era Mercado de Abastos es uno de los espacios que más me gusta de Valencia. Diseñado por Javier Goerlich, es posiblemente uno de ... los mejores ejemplos de arquitectura racionalista de la ciudad, junto con el edificio Rialto o la Finca Roja. Cuando me trasladé aquí a finales de los años 90 lo descubrí enseguida, reconvertido en instituto y complejo cultural y deportivo gracias a la primorosa labor del estudio Veges tu i Mediterrània.

Publicidad

Más adelante, cuando me mudé a la zona comencé a frecuentarlo para disfrutar su piscina, privilegiado lugar gracias a su cubierta acristalada que permite tomar un baño sin perder la luz natural. El hábito de nadar no lo he perdido, con épocas en la que he estado más activo y otras en las que menos.

En los últimos 25 años, por tanto, he seguido de cerca el devenir de este centro, que lejos de conservarse en unas perfectas condiciones ha sido víctima de una degradación absoluta. Tanto que ha habido ocasiones en que se han vallado algunos de sus chaflanes o pórticos para evitar accidentes por el riesgo de desprendimiento de las fachadas y tejados. El Ayuntamiento ha iniciado ahora una rehabilitación que había sido mil veces anunciada y otras tantas postergada. Y que esperamos que sea la definitiva. El proyecto, al parecer, se extenderá 12 meses y pretende reforzar toda la estructura exterior y reparar las naves principales. Algo absolutamente prioritario. Pero no es la única necesidad que tiene Abastos. Más allá de la estructura el polideportivo, que gestiona una empresa privada por concesión municipal, precisa de otras muchas mejoras en su interior, en la zona de vestuarios y duchas. Cualquier usuario puede dar fe del lamentable estado de estas estancias, que no se solucionarían con un simple lavado de cara. Los vecinos merecen que se invierta lo suficiente para recuperar el lustre que a un centro público de estas características se le presupone.

El centro de Abastos y otras infraestructuras municipales no han mejorado en los últimos 25 años

No es el único problema pendiente de resolver en este emplazamiento. El edificio alberga también una biblioteca, para dar servicio a los jóvenes y mayores del barrio que quieran disponer de algún libro o de un espacio para estudiar. Pero los recursos con los que cuenta son limitados. Solo así se explica su horario cambiante, con días en que solo abre por las mañanas y otros por las tardes, impidiendo adquirir cualquier rutina.

Publicidad

En estos 25 años Valencia ha cambiado mucho y se ha convertido en un destino turístico masificado, algo que supuestamente debería reportar algún beneficio a los ciudadanos. Pero no se notan. Todo ese dinero que tendrían que reportarnos los visitantes no se deja ver ni notar en las infraestructuras locales que conforman nuestro día a día. Lo que ocurre en Abastos no es una excepción. Las dependencias y servicios de los vecinos en numerosos distritos no han mejorado en las últimas décadas. No hay ninguna contraprestación palpable por soportar el otro ajetreo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias al mejor precio

Publicidad