Las novelas 'Los días perfectos' y 'Las despedidas' me hicieron bergarechista convencido. Influyó mucho, por supuesto, lo bien escritas que están, pero sobre todo que, ... como su autor, rozo los 50 años, lo cual me permite mirar la vida con cierta perspectiva y valorar qué ha estado bien y mal hasta ahora. No pretendo insinuar que ya está todo hecho, ni mucho menos. Espero seguir acertando y equivocándome una buena temporada. Pero los (casi) 50 me han servido para acumular experiencias suficientes sobre asuntos vitales como la familia, las parejas o los fracasos para poder opinar sobre ellos con cierto criterio. Esos temas me gustan, lo admito. Y cualquier libro, película o serie que los aborden acaparan mi atención enseguida.
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Otro tema que me interesa y que da para discusiones y conversaciones con sustancia es el de los amigos, el papel que ocupan y lo que significan para nosotros. Las relaciones amistosas están mucho menos exploradas que las familiares o las amorosas y no será porque no haya aristas que abordar en ese terreno.
Los amigos cubren huecos que otros dejaron, nos ayudan a parecernos a las personas que queríamos ser, son cómplices de nuestras alegrías y abrigos en las desdichas. Pero también pueden convertirse en motivo de conflicto o de desengaño y esas dimensiones las tenemos menos tratadas, creo yo. Por eso cuando me enteré de que Jacobo Bergareche había escrito un ensayo sobre el tema no tardé en interesarme por él. En esta ocasión lo hace junto a un amigo -como no podía ser de otra manera-, el neurocientífico Mariano Sigman. Los dos se conocieron -lo cuentan en el prólogo- cuando ambos habían sobrepasado los 40 y emprendían caminos laborales sin tener claro qué les iba a deparar el futuro. Me gusta que se recalque eso de que se pueden hacer nuevos amigos a cualquier edad, que a veces tendemos a romantizar a los que hicimos siendo niños o adolescentes y los mejores aparecen cuando ya nos han salido canas.
Los amigos nos ayudan a parecernos a las personas que queríamos ser, son cómplices y abrigos
Mano a mano han llegado a conclusiones sobre la amistad, después de haber compartido confidencias con invitados diversos. Algunas de esas charlas se han rescatado en un podcast, disponible en Onda Cero, en el que participan actores, actrices, filósofos, escritores o periodistas. A ellos les invitaron a pensar la amistad desde el punto de vista emocional, social o intelectual y el resultado es una temporada de episodios que devoré y que me permitieron discutir conmigo mismo sobre el modo en que se crean afinidades, la caducidad de las relaciones o cómo llevamos los duelos por los amigos que en algún momento dejaron de serlo.
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Por supuesto también lo he hablado con amigos. Con los que están, con los que permanecen. Y he pensado en unos cuantos que se fueron a los que ahora les recomendaría el podcast. Del que por cierto habrá segunda temporada.
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