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El físico de Pedro Sánchez

Jueves, 11 de septiembre 2025, 00:26

Se estaría hablando tanto del cambio físico de Pedro Sánchez si no fuese guapo? ¿Se tratarían de otro modo asuntos relacionados con la cara del ... presidente si su aspecto fuese otro, menos agraciado tal vez? Llevo días pensando en ello, después de haberme tropezado con una retahíla de descalificaciones al respecto en las redes sociales, algún que otro artículo empeñado en analizar cómo ha variado en los últimos tiempos el rostro del líder socialista y encendidos debates televisados enzarzándose a cuenta canas, arrugas u ojeras.

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Cuanto más bello es el sujeto en cuestión, o mejor dicho, cuanto más se ajuste a los cánones de belleza establecidos (y que todos seguimos, aunque nos guste sentirnos diferentes al resto) mayor es la permisividad a la hora de hablar del físico y de criticar cualquier detalle sobre la anatomía, bien sea a cuenta de los kilos de más o de menos, o por la dejadez o no con la que se arregla esa persona. Ha pasado esta vez pero también sucede con modelos o intérpretes, cuyo atractivo da rienda suelta a comentarios sin filtros.

De Sánchez se ha dicho de todo en las últimas semanas, después de que compareciese a cuenta de los incendios en varias zonas de España y, sobre todo, tras su entrevista en TVE en el Telediario. Por supuesto ha caído también alguna broma, porque al referirse a alguien bien parecido se aplica una bula que vale para cualquier opinión sobre el aspecto físico.

No sé en qué nos influye el aspecto físico de Sánchez como para debatir tanto en torno a él

Por ejemplo, los colaboradores de un programa matinal de éxito no se extrañaron cuando una de las tertulianas habló del presidente en estos términos: «Tiene cara cadavérica, ojeras muy hundidas...». Lejos de reprochar el comentario lo corroboraron y se detuvieron incluso a resaltar otras transformaciones detectadas.

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No es el primer político al que el ejercicio laboral le pasa factura. Tampoco sabemos si los cambios son elegidos o puedan deberse a asuntos de salud. Qué más da. Estos matices se saltan, todo vale, como si las rivalidades y desencuentros ideológicos permitiesen traspasar cualquier límite. Se dijo en su día que había ganado elecciones solo por su físico y ahora hay quien se frota las manos dando por sentado que las canas o la piel más ajada son consecuencia de las dificultades para gobernar.

¿Se enfocarían esas opiniones de una manera idéntica si se tratase de una mujer o de un hombre más feos? Lo dudo. Aquí no es que la suerte de la fea la guapa la desea, el tratamiento se modifica en función de cómo nos cae el personaje en cuestión. Luego nos hinchamos a hablar de salud mental y de acoso en otros ámbitos.

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Y no será porque no haya cuestiones en torno al dirigente del PSOE que se puedan discutir y debatir, pero desde luego considero que lo que tenga que ver con su físico debería tratarse de otra forma. O simplemente pasar de largo sobre ello. No creo que eso vaya influir en nuestro día a día.

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