Siempre lo pienso, España es un caso muy particular porque, a pesar de todo lo que tenemos alrededor... seguimos avanzando. Y miren que es difícil.
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A pesar de los escándalos políticos, económicos o sociales, que no son pocos actualmente ni han sido pocos durante estas últimas décadas, nuestro país sigue avanzando. Y eso es gracias a todos 'los de abajo', a trabajadores y empresas, a la gente que se levanta cada mañana y que, a pesar de todo, sigue adelante.
Eso, si lo extrapolamos a la automoción... pasa un poco lo mismo. Sobre todo con la eco-movilidad. Y es que, a pesar de todo, avanza. Lentamente, pero avanza. A pesar de un plan como el Moves que tiene muchas grietas y está desfasado, avanzamos; a pesar de que los precios no paren de subir, avanzamos; a pesar de que ni siquiera los políticos que nos dicen qué coche debemos comprar se ponen de acuerdo, avanzamos. De hecho, incluso seguimos creciendo y avanzando en infraestructura de recarga en España a pesar de todas las trabas burocráticas con las que se encuentran los instaladores cada vez que se quiere poner en marcha un nuevo punto. Y hay cosas que no tienen ningún sentido: recientemente ANFAC lanzó su último barómetro de electromovilidad, y en él destaca –aunque no sorprende– un dato: el informe revela que 13.782 puntos de recarga instalados, el 22 por ciento del total, no están operativos. Es decir, uno de cada cinco puntos de carga en nuestro país no funciona. Las ventas de modelos electrificados siguen creciendo, siguen avanzando... a pesar de datos como este.
Lo peor de todo es que muchos ya hemos perdido la esperanza de que cambien las cosas. A pesar de todo... seguiremos remando para que todo siga avanzando.
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