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Apagón granota
El Levante, que llegó a ponerse 2-0, cae tras la remontada del Barça, que se aprovecha de la fragilidad en el juego aéreo del equipo de Julián Calero en el regreso del Ciutat de València a la Primera División
El fútbol es un deporte cruel. El levantinismo ya lo sabe por experiencia propia. Si ya en la primera jornada se escapó un punto de ... Mendizorroza cuando Nahuel Tenaglia sentenció en el tiempo de añadido, lo vivido en el regreso del Ciutat de València a la Primera División fue de película de terror. El Levante de Julián Calero trazó un plan que durante la primera mitad, salió a la perfección. Se puso 2-0 por delante, desesperó a todos los culés, y soñó con otra machada. Tras el paso por los vestuarios, los de Hansi Flick tuvieron una reacción digna de campeón y remontaron un partido que al Levante se le hizo muy, muy largo. ¿Injusto? Puede ser. La imagen fue buena. El Levante le plantó cara a todo un Barça, el cual sudó para llevarse los tres puntos. Pero el conjunto granota vuelve a caer y eso es difícil de digerir. El balón parado y el juego aéreo, de nuevo, el talón de Aquiles granota.
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Levante UD
Cuñat, Toljan (Víctor García, 86'), Dela, Elgezabal, Cabello, Manu Sánchez (Pampín, 74'), Oriol Rey, Pablo Martínez, Brugué (Losada, 74'), Morales (Carlos Álvarez, 59') y Romero (Espí, 74').
2
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3
FC Barcelona
Joan García, Eric (Koundé, 85'), Araújo (Christensen, 76'), Cubarsí, Balde (Lewandowski, 76'), Casadó (Gavi, 46'), Pedri, Raphinha, Rashford (Dani Olmo, 46'), Lamine Yamal y Ferran Torres.
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Goles 1-0, Iván Romero (15'). 2-0, José Luis Morales, de penalti (45+7'). 2-1, Pedri (49'). 2-2, Ferran Torres (52'). 2-3, Unai Elgezabal, en propia (90+2').
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Árbitro Hernández Hernández (Comité canario). Amonestó a Balde, Pablo Martínez, Morales y Pampín.
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Incidencias 23.415 espectadores en el Ciutat de València.
El Levante sabía a lo que se enfrentaba. No hace falta ser experto en fútbol para saber cuáles son los puntos fuertes del Barça. Se preparó a conciencia el equipo de Julián Calero, con ese 5-4-1 que se va a volver característico para esta temporada. Especial énfasis en los carrileros, que ante los culés iban a tener una larga noche de trabajo. Sobre todo, Manu Sánchez. El lateral zurdo tenía la misión más difícil, la de bailar con la más fea: defender a Lamine Yamal. Empezó bien el granota, impidiendo que la estrella rival pudiese superarle en sus primeros duelos. El Levante, mientras recibía el constante ahogo del Barça, sabía lo que tenía que hacer. Defender, defender y defender. Y los de arriba, estar atentos para salir corriendo como cohetes cuando hubiera una recuperación de pelota. Ese era el plan de partido. Estaba claro desde el minuto uno. La línea defensiva del equipo de Hansi Flick está prácticamente en campo rival, por no decir dentro, y eso debía aprovecharlo el Levante. Llegó a tener un gol anulado José Luis Morales, pero había partido desde claro fuera de juego. El linier estaba desesperando a la afición de Orriols, puesto que en ocasiones, levantaba la bandera señalando la posición antirreglamentaria en vez de dejar seguir la jugada y luego ya ver si era o no. El Barça sometía y sometía al Levante, que se defendía con un brillante pero sobrio Pablo Cuñat, además de apariciones como la de Unai Elgezabal, providencial interponiéndose en la trayectoria a gol de un disparo lejano de Alejandro Balde.
Y en una de esas en las que el Barça encerraba atrás a los granotas, se pudo armar un contragolpe letal por banda izquierda fruto de una jugada espectacular de Manu Sánchez, uno de los hombres del partido. Su centro al segundo palo encontró a Jeremy Toljan, que pese a haber marcado en la primera jornada, no le pudo la avaricia y cedió a su compañero Iván Romero, que con una simple finta de cuerpo, dejó sentado a Pau Cubarsí para poder definir a placer ante un vendido Joan García. Delirio en el Ciutat, que veía como su equipo, en su regreso como local a la Primera División, se ponía por delante ante el vigente campeón al cuarto de hora. Era el inicio soñado. Todo de cara. Pero no había que perder el control y mantener la calma era obligatorio. Lamine Yamal tenía dificultades con Manu Sánchez, pero en el par de veces que pudo sacar a relucir su talento, dejó destellos de por qué es uno de los mejores del mundo, eso sí, con fallos en la definición que aprovechaba Cuñat para engordar sus cifras de paradas. También estuvo providencial el joven portero granota deteniendo un intento de Ferran Torres, que culminó una jugada de peligro de la banda izquierda culé. Con la llegada de la pausa para la hidratación a la media hora, Orriols se ponía de pie para aplaudir y agradecer el esfuerzo de su equipo. Al regresar al juego, el exvalencianista Ferran tuvo un disparo al travesaño tras un magistral pase de Pedri que enmudeció a todo Orriols y recordó a todos que el rival era el Barça.
El Levante se mantenía en su idea de estar replegado, y a esperar para aprovechar lo que viniera, como un cabezazo de Dela en una falta que salió rozando el poste. El partido se acercaba al descanso y Pablo Martínez derribaba a Lamine Yamal cuando el astro culé ya se iba solo hacia la portería. La falta, escorada al límite del área, parecía que iba a ser la última jugada de la primera parte. Pero el Levante repelió y pudo salir al contragolpe. No pudo finalizar Roger Brugué, pero el rechace le cayó a José Luis Morales, que disparó a puerta. Balde se puso de por medio, y desvió el balón con el codo. Todo el mundo lo protestó, pero Hernández Hernández no había visto nada. El VAR le llamó para revisar la jugada y el canario terminó por señalar el penalti. El Comandante asumió la responsabilidad y convirtió desde los once metros, poniendo el 2-0 y llevando a ambos equipos al vestuario para el descanso. El Levante se marchaba al entretiempo con una ventaja merecida y prácticamente impensable antes del inicio.
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Tras la reanudación, el Barça no estaba contento con su rendimiento y realizó una doble sustitución: fuera Marc Casadó y Marcus Rashford, dentro Gavi y Dani Olmo. Casi nada. El partido, eso sí, seguía igual, con dominio culé. En un saque de esquina, Lamine cedió atrás para Pedri, que desde más de treinta metros, no se lo pensó al ver un hueco y la puso en toda la escuadra. Nada que hacer. Cuando uno así de bueno te mete semejante golazo, no queda otra que asumirlo y no comerse la cabeza. El Barça, de un plumazo, conseguía reducir distancias y meterse en el partido. Y no tardó en igualarlo, puesto que poco después, en otro córner, Ferran igualaba desde el área pequeña con un escorzo a bocajarro que la defensa granota permitió con demasiada comodidad. En cuestión de unos pocos minutos, el Barça remontó la desventaja y puso el 2-2 en el electrónico. Partido nuevo, y con el Levante grogui. Calero notaba que el equipo necesitaba una reacción y metió a Carlos Álvarez.
El Levante pudo apaciguar un poco el fuego, pudiendo resistir hasta el segundo tiempo muerto de hidratación. Ahí, triple sustitución granota. Dentro Diego Pampín, Carlos Espí y el nuevo, el debutante Iker Losada. El Barça movía fichas y entraba también un tal Robert Lewandowski. Casi nada. Cuñat salvaba al Levante de un potentísimo disparo de Raphinha que encima se había envenenado con un ligero toque de Unai Elgezabal. Y precisamente, el defensor granota, fue el gran protagonista, de nuevo, en el tiempo de añadido. Como en la primera jornada ante el Deportivo Alavés, el Levante dejaba escapar un punto en el tiempo extra. Un centro peligroso de Lamine Yamal era cabeceado por el defensor vasco, que en su intento de despeje, además molestado por Ferran, introducía la pelota en su propia portería. El Barça culminaba así una remontada que dejaba helado a Orriols. Sumar contra el campeón se esfumaba, y ahora, con cero puntos en dos jornadas, el Levante debe empezar a sacar puntos donde y como sea. Porque los va a necesitar.
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