La ensaladilla rusa de Carlos Ferrando
Todos tenemos un plato predilecto que nos permite sonreír ante las altas temperaturas. En esta sección mostramos el de algunos amigos de la gastronomía, con su receta infalible para disfrutar de los días más ociosos
Todos queremos conocer la dieta personal de los nutricionistas. Carlos Ferrando no ha venido a contarnos la suya, pero sí a compartir la receta ... más significativa de su verano, con autoría de su madre. Profesional desde hace 18 años, tiene su propia clínica (Nutralab) en Rocafort, el pueblo donde nació. Sin embargo, le conocemos por el cargo que empezó a ostentar en 2019, cuando fue nombrado nutricionista del primer equipo del Valencia CF. «En todo este tiempo he convertido mi pasión por la nutrición, la gastronomía y el deporte en una forma de vida», explica. Por ello, no sólo se centra en el ámbito de la salud y el rendimiento deportivo, sino también en la docencia y la divulgación. «Lo considero fundamental para transformar la manera en la que nos relacionamos con la comida», explica, procurando mantener «un enfoque realista y sostenible, en el que alimentarse signifique cuidar la salud física y mental».
Publicidad
Su verano sabe a...
Hay recetas que no solo se saborean, se recuerdan. La ensaladilla rusa es una de ellas, pues a muchos nos transporta a la infancia. «Me acuerdo de cuando mi madre la preparaba, mientras mi hermana y yo disfrutábamos en la piscina hinchable del patio de casa. Salíamos corriendo, casi sin secarnos, compitiendo por ver quién la probaba primero», viaja al pasado. De vuelta al presente, Ferrando sigue disfrutando de los veranos junto a los suyos, sin dejar de lado la actividad. «Hago rutas, senderismo, snorkel... Me gusta descubrir lugares y calas a las que sólo se accede nadando. Retar a alguien a llegar a la boya. Y ya que hablamos de descubrir, que la gastronomía sea también un eco para recordar cada lugar«, cuenta, apelando a sabores, productos, historias y vidas. Su vida, precisamente, cambió con la paternidad; »Mis dos hijos me enseñan sin darse cuenta lo esencial: vivir con curiosidad, sin prisas y con propósito«.
Cómo preparar la ensaladilla de la madre de Carlos
Ingredientes
- 500g de patata - 200g de zanahoria- 150g de judía verde (de la fina)- 4 latas de atún (en aceite de oliva)- 4 huevos duros- Aceitunas- Mahonesa casera: 1 huevo, el aceite de las latas de atún y 50ml de aceite suave* Opcional, para un toque de sube y baja: pepinillos agridulces y cebolla encurtida
Elaboración
- Cocer al vapor la patata, la judía verde y la zanahoria. Así conservarán mejor su sabor y textura. Después, cortar en taquitos muy pequeños, pero sin triturar. «Para mí, que se reconozcan los ingredientes es clave. Si no, acaba pareciendo un paté», dice.
Publicidad
- Añadir el atún —reservar el aceite— y los huevos duros, también cortados en tacos. Agregar una pizca de sal y mezclar suavemente.
- Incorporar las aceitunas, los pepinillos y la cebolla encurtida, picados finos, pero no demasiado, para que aparezcan de vez en cuando y den pequeños toques de sabor.
- Le toca el turno a la mahonesa: en un vaso triturador, añadir un huevo, el aceite del atún reservado, aceite de oliva y una pizca de sal. «Esta mahonesa con sabor a mar aportará un toque distinto, intenso, y ayudará a integrar todos los sabores», garantiza.
Publicidad
- Dejar reposar en la nevera para servir bien fría.
Pequeño test de verano
- Desayuno, comida y cena en un día típico de verano.- Café con leche. No suelo tener hambre nada más despertar, así que no me detengo mucho en el desayuno. En la comida, un buen plato de ensaladilla rusa y una rodaja generosa de sandía, bien fresca. Y para cenar, gazpacho con tacos de pepino bien finitos y unas sardinas en la freidora de aire (desde que descubrí esta maravilla, se ha vuelto un básico en mis semanas).
- Una bebida adecuada para las altas temperaturas.- Agua con gas bien fría, con hielo, una rodaja de limón fresca y frutos rojos congelados, que le dan un toque irresistible.
- Un lugar que recomiendes para comer en vacaciones.- Sin duda, Dénia. Ofrece tanta riqueza gastronómica com kilómetros de playas.
Publicidad
- El mejor verano de tu vida fue aquel en el que... - El mejor verano de mi vida fue aquel en el que entendí que no hacía falta ir muy lejos para desconectar. Que el mar de cada día y las personas de siempre podían regalarme momentos realmente extraordinarios. No hubo grandes fotos para Instagram, pero sí muchas risas sinceras (sin filtros), comidas improvisadas que sabían a gloria y silencios que curaban el alma. Aquel verano aprendí que lo más importante no es el dónde, sino el cómo. Desde entonces, intento que cada verano tenga un poco de ese mismo espíritu.
Suscríbete a Las Provincias al mejor precio
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión